Pocos comerciales de automóviles me han causado ternura. Si, ternura. Y es que hay que reconocer que los autos me generan muchos sentimientos. Desde la mayor lástima hasta la total envidia. Ahora, no es que el auto sea lo que me causa ternura, en realidad no le he prestado atención. Debe ser bonito, supongo.
Lo que pasa es que a mi los peluches me despiertan un lado demasiado infantil y dificilmente dejan de conmoverme. Claro que reconocer eso es digamos, hummmm, esteeee, algo poco masculino, ¿me dejo entender?
Bueno, de todas maneras les comparto el comercial y estoy seguro que compartiran también el grito de ánimo que es el título de este post.
Sinceramente, espero que llegue. Digo, es un decir.
Lo que pasa es que a mi los peluches me despiertan un lado demasiado infantil y dificilmente dejan de conmoverme. Claro que reconocer eso es digamos, hummmm, esteeee, algo poco masculino, ¿me dejo entender?
Bueno, de todas maneras les comparto el comercial y estoy seguro que compartiran también el grito de ánimo que es el título de este post.
Sinceramente, espero que llegue. Digo, es un decir.
3 comentarios:
Me dio penita el pobre chancho... Ni corriendo como Ben Johnson iba a poder con el coche en cuestión. Le aconsejaría que regrese a casa a esperar el rescate de sus amigos en la segunda parte del comercial ;)
No puedo ver el video.
Así que mi momento de ternura tendrá que esperar.
Mnn...
Slaudos
una michi la chancha para dejarlo jateando al pobre chanchito...
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