lunes, 22 de diciembre de 2008

Duda.

Ayer vi al presidente bailando cumbia en la puerta de Palacio de Gobierno.

Y yo me empecé a preguntar: ¿De verdad habría sido tan malo votar por Humala?

Digo, es un decir.

martes, 16 de diciembre de 2008

Digo por que no digo

"Sólo faltaba un brindis: el de Arturo
el del bohemio puro
de noble corazón y gran cabeza

Aquel que sin ambajes declaraba
que sólo ambicionaba ...
robarle inspiración a la tristeza"(*)

¿Y de qué hablas en tu blog?
No hablo de nada. Sólo escribo.
¿Pero de qué escribes, pues?
De cualquier cosa. De nada y de todo. Digamos que no sigo un tópico predefinido. No quiero hacerlo. No quiero ser un blog de política por que la política me cansa y además por que siempre están los gurús, no quiero ser un blog de derecho por que el derecho me deprime, no quiero ser un blog de deportes por que ese lo tengo en otro lado. Sólo quiero ... escribir.
Puta, eso me parece hasta el queso. Si no comunicas algo, entonces no escribes, sólo balbuceas. Si no vas a tocar un tema en particular es como si no hicieras nada, sólo estas en el cargamontón. Eres uno más sumido en su mediocridad.
Lo que pasa es que tal vez tu no puedas entender que lo que yo busco y obtengo es el simple placer de escribir. Osea, yo no quiero ser un referente de opinión ni nada por el estilo. Yo lo que quiero es escribir. El blog es mi block de apuntes. Y lo tengo por que me nace de los huevos que mi block de apuntes sea un blog. Y si a ti no te gusta, pues no lo leas.Aparte, no tengo que meterme a hablar de música o política sólo por que a algunas personas les parezca que, si tienes un blog y no hablas cuatro paparruchadas como si fueras un conocedor, en realidad estas perdiendo el tiempo.

...

Y si.

Yo sólo quiero escribir. Cuando la izquierda y la derecha se ponen de acuerdo y se dirigen al teclado, escriben solas. No sé si llegaré a algún lado a fuerza de tecla presionada pero ... que bien que me siento. A mi manera, mi única ambición es totalmente etérea, y parece que también es, unicamente, robarle inspiración a las cosas.

Asi que puedes llamarme "Arturo" si te place y también puedes irte al cuerno con tus observaciones.

Digo, es un decir.

(*) Fragmento de "El brindis del bohemio" de Guillermo Aguirre Fierro.

miércoles, 10 de diciembre de 2008

Adicción

Es eso que te obliga a comprar un libro en cada feria del libro que visites.

De tantas ferias visitadas, ahora resulta que en vez de un nuevo libro necesito un nuevo librero.

martes, 9 de diciembre de 2008

Inconformidad

¿Saben por qué no dejo todo esto de lado, renuncio a esta profesión que tan pocas alegrías me da, y me voy a hacer algo que realmente me guste?

Hay una razón poderosísima.

Se llama: "Fin de mes". ¿La conocen?

Y bueno, en el fondo también hay otra cosa. Cuando no tiene nada que ver con la actividad que realizo para ganarme el pollo a la brasa ... si me gusta.

A veces llego a pensar que, a mi, lo que no me gusta no es la carrera sino la consciencia de que lo hago obligado por la sobrevivencia.

Tal vez si no me pagaran por hacerlo ...

¿Por qué ...

si todo el tiempo ando entre cautelas, escritos, estrategias, conciliaciones y demás, en la noche - acogido por el fortísimo viendo que recorre las nuevas estructuras del campus de la Universidad Católica - vienen admirables jurístas a hablarme de algo tan inconexo con mi vida y mi realidad?

"Derecho" dicen que se llama. Y cuando lo veo, se ve tan diferente a todas esas cosas con las que yo trabajo durante la mañana.

Deberían ponerle otro nombre. Para que no se crean que estamos hablando de las mismas cosas. Digo, es un decir.

lunes, 10 de noviembre de 2008

Confesión

¡¡¡Yo también me reuní con Canaan!!!

Digo, todo el mundo tiene derecho a ganarse sus quince minutos de fama, ¿no? Digo, es un decir.

La infelicidad

Gonzalo, de 58 años, aún trabajando de abogado.

Me deprimo de sólo pensarlo.

Humpf!

Cuando desperté ya estabas ahí.

Con toda tu antipática inmensidad.

¡Puta madre! - fue mi primera exclamación al verte.

Y cómo te odié.

Te odié por que sabía que no tenía escapatoria. Te tenía que soportar y no tenía ni siquiera el más legítimo derecho al reclamo. El más elemental derecho de decir "no quiero".

Lo peor es que no me sorprendiste. Yo te sabía.

Incluso las últimas horas de ayer las contaminaste con tu certeza.

Y ahora te tengo que soportar mientras, como si tuvieras ganas de joder aún más, te empeñas a hacer que cada segundo de tu presencia sea más largo que el anterior.

¡Puta madre! - sigo repitiendo.

Cómo te odio, lunes.

Y un día volví ...

Usualmente es fácil ir a ver un partido del Cristal.

Usualmente no hay mucha gente, sólo la necesaria. Consigues un buen sitio sin tener que ir muy temprano, no es tan peligroso llegar ni salir. En fin.

Ayer llegué al estadio sólo tres minutos antes de que empiece el partido y, lejos de lo que me imaginaba (poca gente, nada de colas) considerando que nos habíamos alejado del campeonato y que habíamos perdido el último partido, me encontré con larguísimas colas, un huevo de gente, hartos revendodores, hartos zampones, policias paranoícos, caballos resoplando, alguno que otro choro por ahí. En fin. Tres veces la cantidad de gente que usualmente va.

¡Carajo! - pensé - Y eso que perdimos, imáginate si le hubieramos ganado a las gallinas.

Luego me sentí feliz de ser parte de una hinchada que es recontra seguidora y termina llevando más gente que los otros equipos populares.

Entré al estadio 15 minutos despues de iniciado el partido luego de hacer una larga cola para comprar la entrada y otra larga cola para pasar los controles. Ya adentro me encontré con lo que temía: no había dónde sentarse.

Okey, si había dónde sentarse pero no había. ¿Caspisci? Osea, quitando las partes bajas de la tribuna que están tapadas con las banderolas que colocan ahí y el quinto de tribuna separada para la hinchada visitante, sólo quedaba ponerse bien al costado, casi pegado a popular y con una pésima vista. Así que opté por hacer algo que no hacía hacia años (nótese como caigo en la cacofonía redundante sin que me importe un pito): me metí a la barra.

Y ahí tuve que ver el partido saltando y cantando luego de casi tres años. Grité dos goles y me canté todas las que me sabía - que no fueron todas las que se cantaron por que algunas, sólo algunas, eran nuevas - y cuando salí me di cuenta que todavía tengo la garganta de barrista y que eso de gritar incoherencias por 90 minutos termina siendo una buena catarsis.

Contento y exhausto encaminé el rumbo a mi pisito donde me limité a almorzar y tumbarme en mi cama.

Y quien lo diría. un día volví a la barra ... y creo que voy a regresar pronto.

Había sido bonita la barra, caray. Digo, es un decir.

miércoles, 5 de noviembre de 2008

No lo dije antes ...

... pero el concierto de Loquillo, al que también fui el mes pasado, me gustó mucho.







Nada más que decir.

martes, 4 de noviembre de 2008

Cristo es peruano.

O si no, mírenlo como lleva orgullosamente la blanquirroja en este simpático ambientador para el carro.


Esta bien, esta bien, no se ve toda la blanquirroja. Pero nadie me va a poder decir que ese no es el inicio de la franja roja que cruza el pecho. Digo, es un decir.

Visto en: Esto no, eh?

- (Pausa) -

El taxi dobla a la izquierda, tu mano no logra alcanzar el monedero, se te cae el libro que está sobre el folder encima de la billetera que no alcanzaste a guardar que está encima de tu celular que, como no has bloqueado las teclas, está que llama a alguno de los teléfonos de tu agenda.

Por fuera otro taxi cierra a la combi, un tico destartalado escucha a Antonio Cartagena, en tu taxi suena "La Inolvidable" y más allá dos coaster de la ruta que va a La Marina (Callao, La Perla) empiezan la clásica carrerita para amenizar el día más que para ganar pasajeros.

Y de pronto, te invade un pensamiento de paz, recuerdas la tarde del día anterior, el cansancio, el descanso del músculo, tu reencuentro en tu cama, la tranquilidad, la paz de la felicidad, la alegría más simple y pura mientras ves el día oscurecerse lentamente en tu ventana. Un cigarrillo.

Y sonries. Sonries mucho.

El taxi acelera de frente, por fin coges el bendito monedero y te apresuras a sacar las siete luquitas de la carrera, el libro se te terminó de caer y se perdió el número de la página en que estabas, el folder también se resbaló y tu billetera se ve ahí - indefensa - y en el celular escuchas la voz de alguien que - contestando tu llamado involuntario - grita ¡Aló, aló!

El otro taxi sigue a tu costado, ya no se escucha a Antonio Cartagena pero en tu taxi sigue sonando "La Inolvidable" y pasan otras coaster rumbo a La Marina (San Miguel, todo Universitaria).

Y sigues sonriendo.

martes, 28 de octubre de 2008

Miau, dijo el gato.

Esa frase la escuche aplicada cuando sucedían cosas que eran evidentes.

Y me viene a la cabeza hace días con todo este escandalete de los audios, mails, y demás.

Y es que ... era evidente. Digo, ¿a alguien le sorprende? Osea, cuando tuvimos que elegir al APRA por sobre el lumpen ... ¿acaso nos quedaba resquicio de duda sobre el tipo de gente que estabamos llevando al gobierno?

Osea ... ¿acaso soy el único que se acuerda que todo esto es sinónimo de "gobierno aprista"?

Es que, de verdad, en serio ¿Alguien se sorprende? O, lo que es más, ¿de verdad alguien cree que tal o cual compañero o compañera no sabía del tema?

La verdad que yo no.

Ahora, es claro que el escándalo no es patrimonio exclusivo de estos señores pero si les es condición "sine qua non". Digo, es un decir.

Coherencia

Y si, yo también fui al concierto de Calamaro. Aunque eso a estas alturas no sorprende a nadie. Por el rebote de evento, pareciera que en vez de las 15 mil puntas que estuvimos ahí debieron haber por lo menos el doble.

Y bueno, yo estuve ahí, acompañado de mi alegría, con una cerveza en la mano y un cigarrillo cerca. Cantando algunas entre dientes y otras a voz en cuello. Mientras todo el resto de personas a mi delante se empeñaban en que su emoción me haga aún más difícil ver al artista.

Y si bien la multitud le dio al cantante el reconocimiento popular que se merece. Yo no estaba ahí para mezclarme en el grupo y repetir como repitieron todos que el hombre era un maestro. Siempre rehuyo a la masificación de mis gustos. yo estaba ahí en un acto simple de coherencia.

Coherencia con lo que soy y lo que fui. Sobretodo lo que fui. Por que yo escuchaba a Calamaro antes incluso de Alta Suciedad. Por que mientras a quienes se guían por los gustos del díal aún no les habían presentado a Calamaro y se meneaban en los chorreantes ritmos de las Spice Girls y los Backstreet Boys, yo ya escuchaba a Calamaro. Entonces resultó que yo no fuí a ver al artista que canta sino que me presenté a hacer lo mismo que vengo haciendo hace casi 20 años: deleitarme - en un rito cuasi personal - con la música que me ha acompañado tanto tiempo.

Por eso me sentí cómodo estando atrás, que lo importante no era verlo sino escucharlo. Como siempre fue, como siempre será.

Un simple acto de coherencia, con lo que fui, con lo que soy y con lo que seguiré siendo.

Y lo mejor de todo: sólo con mi alegría, mi alegría personalísima, que me ilumina hasta el rincón más oscuro y que convierte todo acto simple en acto genial.

Aunque, valgan verdades, la explanada del Monumental en tanto localidad para conciertos es una buena mierda. Digo, es un decir.

miércoles, 15 de octubre de 2008

Charlas de Estadio - Historia 1

- Pero tranquilo pues huevón. Total, va a volver ¿no?
- Eso es lo que no sé, pe. Espero que sí ... pero no sé.
- Osea qué? Fácil no regresa.
- Fácil no. Y es que el tema no es que no regrese por que puede que sí ¿entiendes? Es solo que no se sabe cuánto le va a tomar este tema. Osea, primero se va por un tiempo ¿ya? De ahí se supone que tendría que venir a Lima pero no lo va a hacer por que tiene que irse pa otro lado a ver otros temas que, si no los ve en ese momento, luego se le va a complicar.
- Y luego se vuelve a ir.
- Si. Y por eso es que no sabemos en realidad cuánto tiempo no va a estar.

Faltaban más o menos veinte minutos para el inicio del partido. Como siempre yo estaba ya sentado esperando que salga el equipo para pararme en la grada y ver a mi esportin querido. Hacían ya cinco o seis minutos que estos dos causas se habían sentado a mi costado. Jean, camisa, casaca también de jean (de esas que tienen peluche en el cuello). Se sentaron a mi costado sin mirarme - yo tampoco los miré sino hasta despues de escuchar todo - y empezaron a hablar.

La típica pareja de causas, amigos de toda la vida, donde uno brinda apoyo al que lo necesita por que uno de ellos se veía - se sentía - especialmente triste. Luego de seguir las primeras frases de la conversa entendí el dramón. La pareja del segundo se iba a algún lado y la relación se vio forzada a romperse. Nada original, pensé.

- Pucha, pero la esperas pe huevón. Que tanta palta te haces.
- Si, bueno, hubiera sido una opción. Pero ella la sacó de plano. Cuando hablamos de su viaje dijimos que nada de tener relaciones a distancia, que son difíciles, que no pagan, que lo mejor sería que terminemos y luego veamos.
- Osea que ella quiso terminar desde un inicio.
- No es que haya querido terminar. Es que yo también la cagué pe. Cuando dijo eso de "relación a distancia" yo puse una caraza que noté cómo cambió la forma que miraba pe y por eso dijo lo de que es difícil, que mejor no, que mejor terminamos. Y yo, pucha, por huevón no dije nada. "Si" dije, va a ser mejor. Y acá estoy pe, cagado.
- Pero no entiendo. Si ella no quiere terminar, tú no quieres terminar. ¿Pa qué cha terminan?
- Es que habíamos quedado que íbamos a terminar. ¿No te estoy diciendo?
- Claro, claro. Pero igual no entiendo.

El silencio de los causas coincidió con una fría corriente de aire. Saqué un cigarrillo y lo prendí.

- Puta, ¿sabes qué me gustaría hacer?
- ¿Irte con ella?
- No. Me gustaría poder ir corriendo al terminal y bajarla del carro. Pucha, y que ella se quede.
- Pero anda pe huevón. ¿Por qué no vas?
- ...
- ...
- No, ni cagando. De acá hasta allá me demoro como media hora y su carro está saliendo ahorita.
- Osea que mientras estás sentado acá, ella se quita.
- Hhhhmmmajá
- Y tu te quedas acá cagado, viendo al Cristal.
- ¿Oe, pendejo, tu me estas queriendo ayudar o me estas queriendo cagar más?
- Pe riéte pe huevón. No vas a estar cagado todo el rato. Total va a regresar. Ta que ya es pa que te dejes de huevadas. Total, cuando llegue a ... a ¿A donde se va?
- Al culo del mundo se va, no sé que sitio de mierda es.
- Ya, cuando llegue ahí te va a llamar y van a estar hablando todos los días. Así que no te me hagas el triste por las huevas.
- Yo no pensé que me iba a coger tan fuerte, la verdad.
- ¡Fuera de acá! Yo te conozco compadre, tu eres así de huevón.
- Y pucha, ayer me abrazó fuerte cuando se despidió. Nunca la había sentido así. Nunca.
- ...
- ...

El cigarro se acabó y yo, cansando de estar sentado en el frio cemento me paré. Los causas también se pararon a mi costado.

- Cuando se quitó, me abrazó y me dijo que me amaba.
- Que chévere. Cariñosa ¿no?
- Y yo también la amo, Mario. La extraño un huevo. Y por la santa que la voy a esperar. Dos años si es necesario, yo la espero. Vamos a volver a estar juntos.
- Claro pe. Ya te dije, no es para tanto chongo. El tiempo va a ir pasando rápido. Antes que te des cuenta, ya van a estar juntos otra vez.

¡¡¡Fuerza Cristal!!! Por más interesante que fuera la historia, la celeste salía al campo y yo grité interrumpiendo toda la conversación. La gente de las barras empezó a cantar, yo me despreocupé del dramón y empecé a aplaudir al equipo ya que, a fin de cuentas, para eso había ido al estadio. Se soltaron papelitos, se prendieron extintores, se estiraron banderolas y la gente empezó a cantar.

Volveremos, volveremos. Pero yo te digo una cosa, Mario. Volveremos otra vez. Yo no la voy a dejar ni cagando. Volveremos a ser campeones. Por mi santa madre que yo voy a estar con ella.Y a la copa otra vez. ¡¡¡Vamos Cristal!!!

Antes de concentrarme en el partido, voltié a ver al muchacho. Saltaba agitando la mano, gritando, con los ojos rojos. Y repetía el mismo cántico que cantabamos todos: volveremos, volveremos, volveremos otra vez. Y lo vi un toque más. No sé. Todos cantabamos que volveremos a ser campeones ... pero él no. Mientras gritaba "volveremos, volveremos otra vez", yo sabía que se refería a otra persona que tal vez - pensé - se encontraba efectivamente saliendo de la ciudad en ese preciso momento.

A veces las barras no sólo sirven para decirle a tu equipo cuánto lo quieres. A veces sirven para mandar mensajes de amor de otro tipo. Todo es cuestión de cómo las cantes. Digo, es un decir.


martes, 7 de octubre de 2008

Pocas veces en mi vida ...

...

he probado algo tan desagradable como la bebida Sobe (si, esa del renacuajo que baila).

Es más, estoy rastreando que mis actuales males estomacales se remontan, curiosamente (aunque no puedo probar mis afirmaciones), hasta el mismo día en que tuve la tonta idea de comprar esa gelatina royal disuelta en suero.

Como diría el tío Melcocha (y usando la psicología inversa que él tan sabiamente sabe aplicar): ¡¡¡¡Cómprenla!!!!

Digo, es un decir.

miércoles, 1 de octubre de 2008

Antojo.

Me acabo de enterar que la única empresa gringa cuyas acciones no se han ido al suelo es .... Sopas Campbell.

Y me ha entrado una curiosidad por saber a qué saben esas dichosas sopas en lata. ¿Alguien sabe si en algún lugar se importan esas empresarialmente exitosas sopas en lata resistentes a la crisis?

Además ... ya me cansé de las sopas Ramen. Digo, es un decir.

lunes, 29 de setiembre de 2008

Charlas de estadio

Ya lo había dicho antes. Soy un asiduo visitante de la tribuna oriente del San Martín cuando juega mi esportin querido. Hace años que voy y lo voy a seguir haciendo por muchos años más.

Yo ya tengo incluso un sitio que considero "mi" sitio. Un lugar ubicado a las tres cuartas partes del largo de la cancha que me permite estar cerca de la tribuna popular y escuchar lo que canta el extremo y algo alejado de la barra de oriente para evitar que ellos, parados en las graderías, me tapen la visión del campo. Y me ubico en la grada superior de toda la tribuna por que me gusta ver el partido parado y en esa grada no tapo a nadie por que ... no hay nadie atrás. Además, si es que me canso, puedo sentarme tranquilamente y no fastidio a nadie.

Usualmente voy solo. Tengo acompañantes ocasionales pero la mayoría de veces voy sólo. Y no me hace sentir mal. Al contrario, entre el Cristal y yo existe una de esas relaciones que son eminentemente personales. No me fastidia que me acompañen - es más, algunas compañías me gustan harto harto - pero tampoco me es difícil estar sólo.

Durante el partido yo grito. Hablo, puteo, grito y canto las barras que me acuerdo de cuando iba a las barras. Que sí. Hace años yo iba a las barras. Estuve en la barra popular y también estuve en la barra de oriente. Luego, cuando las barras se fueron poblando de muchachillos palomillas, decidí ir a sentarme al costado. Eso no significó medra en mi bolsillo porque yo siempre me compré mis entradas y nunca hice usufructo de las entradas de barra. Así ningún palomilla iría a entender que tenía mi lealtad o mi obediencia a cambio de un ticket que costaba sólo 11 soles (actualmente cuesta 16). Sentándome al costado encontré más tranquilidad. Aplaudía cuando me daba la gana, cantaba cuando me daba la gana, gritaba cuando me daba la gana, puteaba cuando me daba la gana y no había nadie que me empujara. La comodidad.

Usualmente yo llego al estadio entre 40 o 20 minutos antes del partido. A no ser que mi experiencia me diga que va a haber buena afluencia de público y que resultaría recomendable estar más temprano, siempre llego con esa anticipación. Lo normal es que 30 minutos antes del partido yo ya esté sentado, ataviado de acuerdo a la estación (short cualquiera, polo blanco cualquiera, camiseta cervecera y sombrero cervecero en verano - pantalón, camiseta cervecera, casaca y chalina cervecera en invierno), jugando con mi celular a la espera de que empiece el partido.

Y es a este punto a donde quería llegar.

A medida que se acerca el inicio del partido, las personas van llegando al estadio. Y se van sentando. Y como la ubicación que yo escogí es una de las mejores en esa tribuna, me veo rápidamente rodeado de gente. Así, se han sentado a mi costado hombres, mujeres, niños, niñas, adolescentes, ancianos, amigos, familiares. De todo. Y así, mientras esperaba el inicio del partido he sido mudo testigo de todo tipo de conversaciones. Quejas, reproches, deseos, historias, declaraciones de amor, declaraciones de odio, secretos e intrigas. Cosas que uno no presta atención pero que igual escucha y así, de tanto escuchar, algunas veces terminas viendo que la realidad, por todos lados, más que "mejor que la ficción" es "la fuente por excelencia de la ficción".

Frases adecuadas, diálogos interesantes, moralejas sabias. Cosas que realmente merecerían dejar la fugacidad de un diálogo de estadio y fueran recogidas por alguien. Y luego me pongo a pensar ¿No será por algo que estoy yo escuchando todo eso?

Y así, a medida que recuerde ... iré relatando esas cosas. No tanto por que quiera hacer literatura sino por que me parece que de esa forma me iré liberando del cúmulo de cosas que escucho, que imagino, y que creo escuchar mientras espero que empiece el partido.

Claro, eso será con las que recuerde, por que cuando sale el Cristal y empieza a jugar ... me olvido de todo. Digo, es un decir.

martes, 16 de setiembre de 2008

Placeres

Existen placeres que nadie reivindica.

Y eso se debe no sólo a reparos de conservadurismo o de cierto pudor hedonístico sino a que, en algunos casos, nadie les presta atención.

Ayer me tope con uno de ellos que, casi omnipresente, recibió alguna vez un pensamiento de mi parte pero, siendo éste tan breve, no prosperó a hacerse una opinión. Pero ayer fue diferente. Volví a disfrutar el placer y decidí no volverlo a ignorar.

¡Que cosa tan buena de rica y agradable es meterse a la cama!

Y si, luego de varias horas de oficina y muchas horas de manejada, acostarse y abrigarse es un verdadero placer. Ya sea sólo o acompañado (y si, algunas veces me acompañan), prepararse para el reposo de la carne (la mas de las veces) es una situación que merece disfrutarse.

Ahora tampoco veo las horas de llegar a mi casa, sólo para poder acostarme. Digo, es un decir.

Descubrimiento

Existe cierto placer morboso en pagar por adelantado todas las cuotas de tus deudas.

Aparte de la certeza de que le estas jodiendo el negocio al prestante que deja de recibir ingentes cantidades de intereses ... sales con una tranquilidad que ni les cuento.

Tanto así que hasta te provoca prenderte un pucho.

No veo la hora de hacerme de otra deuda sólo para poder pagarla cuanto antes. Digo, es un decir.

lunes, 15 de setiembre de 2008

Los lunes ...

... son un gol en contra para la felicidad de todo ser bípedo racional.

domingo, 14 de setiembre de 2008

Metablog

Con esto del 3108 day y los 20 mejores blogs peruanos y los 5 que cada uno recomiendo, he levantado la mirada, visitado el vecindario y me parece que el cotarro contínua algo alborotado.

Y creo, entre los varios puntos, que algunas reacciones las motivó estas declaraciones.

De pronto, el señor Cisneros volvió a estar en boca de todos que le critican su crítica.

Pero ... ¿saben una cosa? Yo pienso igual que él. Y lo que dice no me ofende por que ... yo no me veo reflejado en su crítica. Y ojo que no lo hago por empatía al declarante por que en ese campo, yo le creo a mi hermano. Claro que la tolerancia es el principio Nº 1 de todo y al igual que con la gente que pinta el pelo de cyan ... yo dejo pasar.

A veces pienso que me gustaría poder comentar más cosas de mi interés acá en Digo pero ... creo que hay gente que ya lo hace y muchas veces desde un punto de vista más ilustrado que el mio. Y a no ser que tenga algún punto especial que decir de mi propia cosecha, prefiero no redundar.

Y entre los blogs que consumo con fruición hay varios. Así que aprovechando que ya pasó el cargamontón (odio las aglomeraciones innecesarias) pasaré a recomendar algunos.

Fronteras, blog español que habla precisamente de eso ... fronteras y la ridiculez de las mismas en algunos casos. Para mi es como oro líquido.
Fail blog, graciosísimo.
NSFW, para adultos. Interesante.
Vision Beta, que postea cosas que ni te imaginas. Y
WTF? Microsiervos. ¿Que puedo decir de este que no se haya ya dicho?

Si te interesan, dales una chequeada.

Bueno, y eso es todo por acá.

400

¡JA!

¿Quien lo diría?

Cuatrocientos decires and going, and going, and going ....

Cual conejito de duracell.

Y bueno, todos tenemos algún rasgo en lo que sobresalimos y el mio es, precisamente, la duración.

Largo aliento.

Iremos por otros 400 más, para empezar.

O por ver hasta dónde me dan los ánimos y el físico. Digo, es un decir.

martes, 9 de setiembre de 2008

Simple geografía.

Hoy leí que Chemo Del Solar busca la victoria.

Y yo pienso ... que es recontra fácil.

De la Videna, doblas a la derecha por Aviación y ... tres cuadras y ya está: La Victoria.

Mira que hay gente que no ve lo evidente. Digo, es un decir.

lunes, 8 de setiembre de 2008

Enrumbado.

Simplemente aguzo la vista y pienso. Las cosas podrían ser diferentes. El mismo pensamiento tras una nueva agudeza de vista. Es un constante pasar y pasar y repetir y repetir las mismas reacciones, la misma mirada, la misma sonrisa, el mismo giro, el mismo ángulo y la misma inclinación.

A veces me siento sorprendido, a veces no. A veces pienso en lo diferente y otras en lo igual. Las manos fijas en el volante pensando más en lo que no tienes que en lo que lograste y el camino adelante ... borroso. Con las plumillas avanzando a un ritmo que no logra encajar en esta fina garúa limeña, fallido intento de imitar lluvia, ya que o va muy rápido que hace chillar el vidrio o muy lento que no evita que se junten demasiadas gotas.

Y sigo pensando mientras esquivo los parches de las calles de esta ciudad llena de baches, la imposibilidad de que un carro ruede sin que encuentre en su paso motivos de golpe, salto, giro y esquivo.

Las cosas podrían ser diferentes.

Pero ... ¿quiero realmente diferencia?

El pentagonito se alza como una mole negra y oscura. Se adivina su presencia más que verse su silueta. El héroe lanza el grito al cielo nublado, brumoso, pluvioso. Los últimos rompemuelles golpean las ruedas del vehículo y yo siento ya el calor del heater que sin decir ni una sola palabra me clama a gritos su frustración en la imposibilidad de calentar adecuadamente un ambiente. Hace frio y no estas. Las cosas podrían ser diferentes.

Mientras espero que los ojos se me cierran, volteo buscando el lado más fresco de la almohada y me olvido de todos y de todo. Ahí ya no quiero diferencia, sólo quiero pausa. Sueño con decisiones tomadas y que no cambiaré, sueño con lugares añorados y que no visitaré, sueño con personas cercanas y otras no tanto. Sueño que manejo sin tener que evitar baches. Las cosas podrían ser diferentes.

Despierto con pesadez abdominal y deseo no despertar. Mezcla de cansancio y aburrimiento me aplastan a las sábanas tantas veces acomodadas y vueltas a acomodar y tantas veces arrugadas y vueltas a arrugar, bajo el calor facil del edredón y de espaldas a la vida que me llama desde cuatro metros. La rutina no me mata, me mata la incertidumbre. Si todo fuera igual no habría problema pero ... todo es distinto cada día. Las cosas son, paradójicamente, diferentes.

Vuelvo a salir y vuelvo a aguzar la vista, la misma mirada, la misma sonrisa, el mismo giro, el mismo ángulo y la misma inclinación. Y a veces, sorprendido, me sorprendo que no me importa que me sorprendan o me sienta sorprendido.

Need a vacation. Digo, es un decir.

lunes, 1 de setiembre de 2008

En las noches ...

... al acostarme, tengo miedo.

...

Tengo miedo de que venga el Ministro de Salud y me despierte a mi también.

domingo, 31 de agosto de 2008

Gallinas modernas.

El otro día compre huevos.

Y me dí con la sorpresa de que ahora los huevos tienen impresa una fecha de caducidad en su cáscara.


Y yo me quedé pensando: "cómo habrán entrenado a esas gallinas para que ahora pongan los huevos impresos.

¡Pobres! Digo, es un decir.

Fe de Ratas

- Joder, Gonzalo, ¡me cago en tus muelas! ¿Cómo vas a poner en tu blog que yo no hablo ceceando? ¿Acaso te parece que tengo dejo, Cagüenlaostia? Que te tienes que rectificar, te digo. Te tienes que rectificar, chaval. Tienes que dejar de difamarme de esa manera y dejar también de tocarme los cojones que te voy a dar una que te vas a enterar.
-Ok, ok. Yo me rectifico, amigo, pero por favor ... deja de cagarte en mis muelas.

Y nada, macho. Que luego de ese diálogo - que reproduzco con fidelidad - no me queda otra que rectificarme.

El agente no tiene dejo. Digo, ... es un decir.

lunes, 25 de agosto de 2008

Desgano

De pronto, el ritmo del trabajo se me va ralentizando.

Siendo un desgano.

No quiero hacer nada.

Es que tengo la cabeza y pensamiento lejos, en cualquier otro lugar.

Como si no estuviera en esta Ciudad de los Reyes sino en algún lugar del interior del país. San Pedro de Lloc o algo así, por ejemplo.

...

Luego de un tiempo regreso a la labor. Pero aquello que hace que tenga el pensamiento en cualquier otro lugar sigue estando presente en mi. Digo, es un decir.

sábado, 23 de agosto de 2008

iPhone

¿Quieres saber por que mandé a rodar a Movistar con su iPhone, macho?

Yo pensaba comprarme el aparatejo, te diré. Pensaba que cortando acá y pegando allá, podía con cierta tranquilidad hacerme del gadget. Pero también te comentaré que, aunque a veces me deje, suelo ser muy reacio a que me metan el dedo. Sobre todo si lo quieren hacer de manera tan burda y evidente.

Por eso me tuvo sin cuidado que me dieran el supuesto "trato VIP" con llamadita respetuosa al celular y programacion de una cita a la hora que yo dijera y dónde quisiera para que no tuviera que hacer colas y demás cosas.

Por que cuando me dijeron que tenía que dejar mi plan tarifario para pasarme a otro 20 dólares más caro y con solo la décima parte del servicio que tengo ahora ... vi que no valían la pena.

Verás, macho, mi plan tarifario me permite - entre libres y dúos - la friolera de 2150 minutos libres aproximadamente. Y lo gracioso es que ... suelo utilizarlos, por lo menos la mayoría de ellos. Entonces me ofrecieron pasarme a un plan más caro y en el que sólo me iba a quedar con ... 240 minutos libres, poco más de la décima parte. El 11.16% para ser precisos. Y, sinceramente, eso es una pendejada.

¿Y por que razón racional alguien podría pensar que yo optaría por una opción en la que tuviera que pagar el 50% más y recibir el 88.84% menos de servicio?

Pues ... por que va a tener el iPhone, me contestaron.

Si, pero en tres o cuatro meses, cuando encuentren la manera de desbloquear el equipo para que pueda funcionar con cualquier operador y sólo reste ponerle el chip ... voy a tener el iPhone sin hacer tanta alharaca y a un precio mucho más razonable y, sobre todo, manteniendo la misma cantidad de minutos que tengo actualmente. Claro, si es que en ese momento sigo interesado en el aparatejo de marras.

No, gracias. No me da para tanto.

Además, mi Motorola aún sigue como pide chumbeque. Digo, es un decir.

jueves, 21 de agosto de 2008

Tu ausencia.

Me puse a pensar ... ¿hace cuanto tiempo que no voy al estadio a ver a mi Cristal?

Y me doy con la sorpresa de que ... no voy a verlo desde el ¡¡¡6 de julio!!!!

Yo que me había vuelto tan seguidor. Han pasado 9 (nueve) partidos.

Por eso ... este sábado ... voy a terminar con esa ausencia y estaré allí. Con camiseta, gorro, chalina, calzoncillo, zapatillas y todo lo que sea celeste y blanco y que se encuentre en mi camino. Digo, es un decir.

Ermitaño

En mis gustos siempre he tendido a rechazar lo popular, lo masivo, lo genérico. Y me siento feliz de eso.

Es una costumbre y también es una convicción.

¡Vamos, macho! Tampoco confundas, una cosa es actuar conforme los cánones sociales esperados y otra muy distinta que tus ideas, tus gustos, tus aficiones se limiten a conocer y querer lo que es parte del bombardeo habitual del mundo en que vivimos.

Inclusive el amor de mi vida me da la satisfacción de no ser algo tan espantosamente generalizado. ¿Será también por eso que me siento tan cómodo con él?

Y lo curioso es que ... cuando algo que tuvo mi atención se empieza a volver recurrente, popular, habitual, masivo ... dejo de prestarle atención. Como que, con el tropel de gente, las cosas pierden interés. Recuerdo hace unos años cuando, en uno de las cúspides de mis poco habituales ataques de frikismo, me volví un tolkiendili convicto y confeso. Incluso llegué a juntar y mandar las no se cuántas libras esterlinas que me costaba la suscripción a la Tolkien Society. Todo eso hasta que ... hasta que llegaron las películas y todo el mundo creía entender el mundo tolkiendano y todos hablaban de Saurón y del Anillo (aunque muy pocos tenían idea de quien era Tom Bombadil por que ... no salía en la película).

Antes era enternecedor cuando entrabas a un chat y utilizabas un apodo del tema, digamos: "Dunedain" y sólo uno de los muchos reconocía la palabra y en ti a otra persona que había leído el libro y entre ambos se generaba una suerte de confraternidad. Luego de las películas (época que coincidía con las últimas veces en que aún entraba a salas de chat) todo el mundo era Frodo esto, Saurón4459, Gollum aquello. En fin. Le quitaron el encanto.

Tengo, como muchas otras colecciones de libros, todos los libros escritos por Tolkien al respecto. Y hace mucho que no los leo. Supongo que dentro de algunos años, cuando la gente ya no tenga recuerdo de las películas y dejen de pasarlas en el rol habitual del cable, las volveré a leer y posiblemente vuelva a reencontrame con los personajes tan queridos. Alguna vez, mientras leía la genial historia, me imaginé a mi mismo leyéndola a mis hijos (o recomendándoles su lectura que sería mejor) intentando que me crean que lo mejor que pueden hacer ... es leer un libro y que los mejores libros de todos son los que aparentemente son los más inútiles - aquellos que no tienen por intención decirte el camino a tu salvación, tu mejora, tu instrucción -, aquellos que sólo buscan contarte una historia y divertirte.

En fin, volviendo al tema, lo mismo me pasa con la música. Por eso no escucho radio y por eso me genera una profunda sensación de lástima cuando me reivindican, como la quinta esencia de algo, temas y artistas que son producto de lo más comercial y masivo que hay. En fin.

Por eso, macho, te respondo.

No, no he leído ese post que está causando revuelo en la blogosfera. Tampoco comento en ese blog que todos comentan. Me tiene sin cuidado los últimos acontecimientos de moda que repercuten en todo el "ambiente blogsístico". Son pocos y escogidísimos - por mí que, si bien no soy ningún crítico calificado, soy la medida de todas mis decisiones - aquellos blogs que leo y que son contínuamente visitados por varias otras personas. Sí, pierdo totalmente interés en las cosas que se escriben sólo por hacerse más populares o aprovechando la popularidad que ya se tiene en una suerte de homenaje a los muchos que hacen masivo un tema. Sí, se que si no comento no me visitan pero no voy a escribir cuatro sandeces con la única esperanza de que luego alguien venga a escribirmelas a mi.

Si, macho, soy un ermitaño en estas cosas ... y estoy muy contento de estar en los márgenes de la "masividad" (vamo' ahí con el palabro), fuera del circuito turístico, parte del circuito alternativo. Como aquellas pequeñas salitas de teatro que vi en Buenos Aires cuadras más adelante de los grandes escenarios de la Avenida Corrientes, pequeños teatros donde quizá se pueda obtener más que sentado en alguno de esos otros.

Ahora ya sabes lo que opino sobre lo que me dijiste el otro día. Digo, es un decir.

viernes, 15 de agosto de 2008

Disculpa ...

... es sólo que soy alérgico al bullshit.

Digo, es un decir.

jueves, 14 de agosto de 2008

Necesito vacaciones.

Y eso me di cuenta cuando hablando de mi día a día me puse a enumerar las cosas que me gustarían hacer ... para variar un poco ¿no?

Chalo: La verdad, quisiera irme a Colombia o a Argentina
o a Uruguay
o hacerme guerrillero boliviano
o traficante paraguayo
o sicario colombiano
o miembro de algún esquadrao da morchi en Río
sudaca en Alcegiras
lustrabotas en Londres
aspirante a escritor en Nueva York
brichero en el Cusco (aunque esto no es salir del país)
exterminador de roedores en Australia
futbolista profesional en Nueva Zelanda
guía turístico en la India
sherpa
jemer rojo
nacionalista checheno
especulador de comida en el Darfur
asesino a sueldo en Mogadiscio
párroco en Q'atar
verdugo en China
portero de Auschwitz en Polonia
no sé
algo distinto y diferente

lunes, 11 de agosto de 2008

Pekín

El otro día pude ver partes de la inauguración de las olimpiadas.

Había leído por ahí que en la espectular ceremonia de inauguración se mostrarían típicas actividades y manifestaciones culturales chinas.

Yo me quedé pensando si entre los dragones y todo eso pondrían también una tortura o un fusilamiento.

Digo, esa también es una típica manifestación cultural china ¿no? Digo, es un decir.

viernes, 8 de agosto de 2008

8/8/88 - 08/08/08

Yo era de los mas bajos del salón ... y es que saltaba a la vista que tenía un año menos que todos los demás. Y por eso me hacían formar adelante (aunque nunca en la primera fila por que, felizmente, habían otros que eran y fueron y son aún de menor estatura que yo) y por eso, en ese primer año en el Salesiano de Huancayo, me hicieron sentarme adelante. Frente a la pizarra.

Era clase de matemática, recuerdo. Y recuerdo también que mi profesor tenía una curiosa forma de poner fechas y además la costumbre de poner la fecha en un rincón de la pizarra. Luego perdió la costumbre y obligó que, según orden de lista, cada día uno de los alumnos teníamos que encargarnos de poner la fecha en el rincón designado de la pizarra. A diferencia de los demás mortales, él no ponía la fecha separadas por un "slash" o un guión sino que las ponía como fracciones. Un número debajo de otro separados por una raya horizontal. Algunas veces - las más de las veces - el tema se le ladeaba y ya no era una fecha vertical sino más bien una fecha diagonal. inclinada hacia abajo pero con la clara forma de una fracción.

Recuerdo que ese día, aunque no recuerdo qué día de la semana fue, yo me quedé mirando la fecha recién puesta con tiza. La recuerdo como si estuviera frente a mi cara y recuerdo que hubo un comentario - no logró colegir cuál - del profe respecto al curioso cuadro que era esa fecha: un ocho sobre otro ocho sobre un ochenta y ocho. Y recuerdo además que luego del comentario inicial vino otro comentario respecto a que un día llegará una fecha más peculiar aún que sería, según como la pondría mi profesor, un ocho sobre un ocho sobre un ocho. "Pero ese día ya no lo veré yo" - fue su sentencia.

Yo pensé - y este recuerdo viene como "bonus" por que lo principal del recuerdo no era mi pensamiento sino la peculiar fecha - "Qué será de mi cuando llegue ese día. ¿Cómo estaré? ¿Dónde estaré? Tendré 28 años". Y recuerdo además que a mis ocho años la sóla idea de tener 28 alguna vez me pareció sumamente surrealista, espectacular, increiblemente viejo.

Bueno. Han pasado veinte (20) años desde aquella mañana en la que sentado en una de las carpetas bipersonales de la primera fila del salón correspondiente al 4º "A" de primaria del Colegio Salesiano "Santa Rosa" de Huancayo me sorprendí de la existencia de una fecha compuesta por puros ochos y con la conciencia que algún día vería otra fecha compuesta también por puros ochos pero más "pura" que la otra por que aquella tenía un ochenta y ocho y esta no. Sólo ochos. Cero ocho cero ocho cero ocho.

Y llegó la bendita fecha, macho. Y ya se está yendo. Y yo tengo 28 años, y me va bien, estoy bien, vivo en Lima y soy feliz.

Pero, digas lo que digas, veinte años es un huevo de tiempo ... y se pasan volando. Digo, es un decir.

martes, 5 de agosto de 2008

El desgano ...

... ¿es una enfermedad?

Digo, para saber.

De repente estoy enfermo de algo o de repente me estoy volviendo medio holgazán. Digo, es un decir.

lunes, 4 de agosto de 2008

¿Por qué será?

Que los abogados no "van", se "apersonan".

Me acabo de dar cuenta de ese detalle.

Uno más

Hoy dejé de ser uno más de los eternos pasajeros de taxi en Lima y pase a ser uno más de los que estarán gozando los atolladeros y embotellamientos de esta lindísima Ciudad de los Reyes.

Si, por fin tengo carro.

Veremos cuánto me dura la alegría. Digo, es un decir.

sábado, 2 de agosto de 2008

Que aburrido ...

... es ver cómo bajan los archivos por el e-mule.

Incluso creo que preferiría leer "El Dominical" de la semana pasada. Digo, es un decir.

viernes, 1 de agosto de 2008

¿Y qué se hace ...

... cuando hay algo que celebrar y no se tiene con quién celebrarlo?

Hoy recordé

... que La Oroya es un sitio horroroso.

Podría contar muchas cosas al respecto que sustenten mi posición - es más, esa era la idea del post - pero como que me agarró un ataque de flojera y ... bueno.

Pero creo que se entendió mi posición. Digo, es un decir.

Los vaivenes

En la mañana escribí esto.

Y el texto se vino en contra mía.

¿Por qué?

Porque a la hora de pagar el almuerzo me di cuenta que no tenía "suficiente dinero en la billetera como para no sufrir ningún apuro a lo largo del día".

Es más, ni siquiera tenía la tarjeta en la billetera.

O sea ...

la próxima mejor miro la billetera antes de alabarla públicamente. Digo, es un decir.

Surrealismo

Escucho voces dentro de mi cabeza.

Una de ellas suena como la de Rudy La Scala

...

¿Algún neurólogo en la sala? Digo, es un decir.

¡¡¡Ohhhh, los viernes!!!

Y es que hay días en los que de pronto te despiertas y ves todo con neblina. ¡No!, no es lagaña, es neblina.

Un fluido medio viscoso mezclado con el aire que respiras y que sigue tu mirada para donde quiera que te volteas.

Que te hace desear no despertar.

O despertar menos seguido.

O despertar mejor al siguiente día.

Y de pronto ... ¡se va!

Te sientes bien, mueves los miembros, respiras profundo, saltas de tu cama, sientes lo agradable de una ducha tibia, el fresco olor del jabón, el caliente aroma del café, lo sabroso de la tortilla que te preparaste, lo excelente que suena The Clash en la mañana, la alegría de que aún te quede ropa limpia en el ropero y que esta combine haciendo un conjunto agradable a la vista, que tengas suficiente dinero en la billetera como para no sufrir ningún apuro a lo largo del día, y que aún te sobre tiempo como para revisar tu correo en la mañana y leer los titulares del Comercio.

Y luego tienes que venir al trabajo.

No sé que prefiero. Si un viernes de trabajo o una mañana con neblina. Digo, es un decir.



No ...

... me insultes!!!!

que para eso me valgo sólo. Digo, es un decir.

La frase de hoy 2

Ya cambié de frase. La de hoy es ...

"Es un volver a empezar contínuo" o "Es un contínuo volver a empezar", como te suene mejor.

Bonus post:

La de ayer fue:

"El criollismo me inspira".

Digo, son decires.

miércoles, 30 de julio de 2008

La frase de hoy

Y es que algunos días tengo una frase que me da vueltas en la cabeza.

La frase no tiene que ser recientemente escuchada, tampoco tiene que referirse a ningun evento en particular o situación pasada o actual, mia o ajena. Incluso ni siquiera es necesario que tenga sentido. Tan sólo que me de vueltas en la cabeza.

¿La de hoy?

La misma que la de hace ya varios días:

"Why so serious?"


Y si, yo también vi la película, y también quedé satisfecho.

Informaré de cualquier cambio al respecto. Digo, es un decir.

Espárragos

¿Cual será la cantidad mínima de espárragos que puede uno comer sin que su propio cuerpo se encargue de recordarle a uno durante los siguientes dos o tres días que ha comido espárragos?

Verdad de Perogrullo

Hoy también me sabe a lunes a pesar de ser miércoles.

Y eso me ha hecho darme cuenta de una verdad grande como el Amazonas: despues del "fin de semana largo" viene .... "la semana corta".

Eso significa: menos camisas que planchar, entre otras cosas. Digo, es un decir.

Fiesta Patria

"En veinticuatro departamentos del Perú, a lo largo y ancho del territorio nacional hay gente chupando" pensé mientras salía de mi casa luego de animarme a la hora undécima para salir esa noche del 28 de julio. "No creo que Lima sea la única ciudad donde no haya dónde tomarse unas chelas" - completé la idea.

Cinco horas despues y varios kilómetros caminados:

"Dos cosas: o Lima ya no tiene nada que ofrecer o ... ya perdimos la brújula que alguna vez tuvimos y no sabemos cómo ubicar las jaranas" pensaba mientras entraba a mi pisito a iniciar la dormilona.

Al día siguiente los taxistas me comentaban de lo armadísima que estuvo la movida allá por los conos. Parece que había que moverse unos cuantos kilómetros más. Digo, es un decir.

La rapidez de la vida

En los últimos días (hablo de los últimos 10 días mas o menos) se me habían ocurrido buenas ideas para postearlas por acá pero, al cabo de un día o dos, por a o b razones ya habían perdido actualidad y ya daba un poco más de flojera postearlos.

Es decir, la procastinación se volvió a alojar en mi y se llevó con ella varios posts que hoy me acabo de dar cuenta, ya no voy a postear de ninguna manera por que ... pues porque resultan totalmente desactualizados, ya no son lo que eran.

Ahora me queda una doble labor: volver a pensar en nuevos posts y ... tratar de postearlos lo antes posible antes de que pierdan valía.

Aunque, despues habrá tiempo para ello ¿no? Digo, es un decir.

martes, 22 de julio de 2008

Un pacto



Poco más que decir, no hace más que darme vueltas en la cabeza

lunes, 21 de julio de 2008

Trujillo ... again!

Mañana me toca nuevamente partir a Trujillo.

Es gracioso, Trujillo se ha convertido en uno de mis destinos habituales en los últimos tiempos. Y pensar que hasta hace menos de dos años yo no había pisado nunca esa tierra que, valgan verdades, siempre me ha acogido bien.

Trujillo es una ciudad respecto de la cual debo copiar la frase de mi buen amigo Omar: "me da mucha hambre". Desde el desayuno en El Mochica hasta la cena en el Chelsea siempre me ha significado un placer el alimentarme en la capital liberteña.

Pero, bueno, también tengo algo de trabajo que cumplir y espero en serio poder terminarlo pronto y sin mayores complicaciones. Eso sería lo ideal.

Como puede traslucirse fácilmente en este post tan desangelado ... no tengo muchos ánimos. El viaje de anoche - toda la noche en realidad - si pegar un ojo me está pasando factura.

Y no digo nada por que este post tan avaro no se merece el decir.

O tal vez si.

Quien sabe

Total, no pierdo nada. Digo, es un decir.

Y de pronto ...

... te das cuenta que tienes aún poca gente con quien contar para cosas supérfluas y sin importancia.

Y te dan ganas de tener cosas esenciales e importantísimas para poder contar con quienes cuentas para ellas.

Pero tampoco se trata de gastar pólvora en gallinazo ¿no?

Digo, es un decir.

Digo

En estos últimos días, no sabes qué grande se me ha hecho esta ciudad y sus ocho millones de habitantes.

Digo, es un decir.

martes, 15 de julio de 2008

Puertas.

El último sábado, en el cumplidor - como casi siempre - Bar Yacana empezó a sonar "Break on through" de The Doors.

Mientras apuraba mi vaso de cerveza y escuchaba el teclado de Ray Manzarek caí en cuenta de que a The Doors hay que escucharlos de la forma como yo nunca los he escuchado: completamente ebrio.

Y me dieron ganas de hacerlo.

Pero la canción era muy corta y yo no suelo emborracharme tan rápido. Digo, es un decir.

viernes, 11 de julio de 2008

Pregunta

Si las cosas habrían tenido que ser fáciles, entonces ¿cual habría sido la razón de esperar hasta ahora último para tenerlas?

Y ... es que a veces me vienen a la cabeza preguntas a las que no puedo responder.

Tan sólo puedo adherirme a ellas. Digo, es un decir.

Riqueza

Vía NPC encontré este "ranking" por llamarlo de alguna manera e intenté probarme.

La idea es ubicarte dentro de un ranking de la "gente más rica del mundo". Vamos, que los rankings usualmente hablan de los 100 primeros o los 1000 primeros, gente que gana en un año varias veces más de lo que yo he recibido en lo que llevo de vida. Esta paginita te ubica en el ranking.

I'm the 773,071,647 richest person on earth!


Discover how rich you are! >>


Y hasta ahora yo no sé si alegrarme o sentirme triste con el resultado. Digo, parece que con mi ingresillo no estoy tan mal a nivel global (según la página estoy en el 12.88% de la gente más rica del mundo) pero ... ¿es eso bueno? En fin.

Igual sigo ventilando la idea de pedir un aumento. Digo, es un decir.

sábado, 5 de julio de 2008

Sanmarquinos

El otro día sentí un deja vú cuando mi taxi se quedó paralizado en pleno jirón Lampa sin poder avanzar. La razón: por Colmena pasaban caminantes estudiantes sanmarquinos protestando.

Me bajé del taxi y empecé a caminar. No estaba lejos de mi destino.

Mientras crucé Colmena por medio del tropel pensé con tranqulidad: "Menos mal todos estos están acá. Así terminan cuanto antes esa pinche pista y vamos todos a volver a estar tranquilos de nuevo ... Por lo menos los que tenemos que llegar a la Católica de noche y tenemos que zamparnos un tráfico mortal para entrar y salir. Si. Que vengan toda la semana".

martes, 1 de julio de 2008

Un mes

¿Qué significa un mes?

Justo hoy, 1 de julio, se me dió por entrener este pensamiento. Vamos, es que ya pasó medio año ¿no? Algunas personas pueden pensar que es momento apropiado para hacer un "arqueo de caja" y poder evaluar cómo les ha estado yendo en todo este tiempo. Sin embargo, es gracioso que por más que los mecanismos de medición del tiempo tengan alguna referencia geográfica y espacial, si le das sufientes vueltas al tema te das cuenta que en realidad son tan relativos como cualquier otra cosa.

Un mes viene a ser, aproximadamente, 2'592,000 segundos. Es decir, una larguísima sucesión de momentos así de fugaces. Se supone que en doce de estos largos periodos de dos millones y pico de segundos la tierra da una vuelta entera a su órbita - elíptica para más detalle - pero eso tampoco es cierto por que ... no le achuntamos bien al cálculo y por eso tenemos que sumar un día más cada cuatro años. Es decir, cada año fallamos por seis horas y, hechas las divisiones, la falla mensual es de media hora. Un minuto al día. Y todo eso en una aproximación por que, como todo lo que es convencional, no responde sino a un acercamiento, a un "querer ser".

Sentimos entonces que los periodos diarios, mensuales, anuales no implican en sí mismos ningún significado de "ciclo" por que bien pudieron empezar en el momento dado en que empezaron como bien pudieron empezar en cualquier otro momento brindado por Dios. Es decir, el 1 de enero de cada año la tierra no se encuentra en un punto de su órbita que diga "Partida". Se encuentra en cualquier lado de la misma, es más, ni siquiera se encuentra en el mismo punto por eso que vemos de la falla de seis horas anual. Cada nuevo 1 de enero se encuentra, en el mejor de los casos, seis horas más atrás que lo que estuvo el año anterior ... si no es más, ... o menos.

Tal vez resulte estéril pensar en estas cosas ¿no? Tal vez diera la impresión que lo que he tenido es harto tiempo para observarme el ombligo y dedicarme a pensar tonterías. Pero lo gracioso es que no ha sido así. Este mes, con todo y la relatividad de su duración y lo convencional de su posición, ha sido uno de los más intensos que he pasado en mucho tiempo. Lo juro.

Todo ha pasado de una forma tan tranquila, tan pausada, como si siempre hubiera sido el ritmo natural de las cosas pero, lejos de eso, he tenido que dedicar horas preciosas a temas que me han retribuido en gigantescas proporciones el cariño que les puse. De tanto ocuparme en ellas terminé redescubriendo esa parte en mi que había olvidado. Despertaron nuevos intereses y nuevas promesas a futuro, un deseo constante y una esperanza latente.

Han pasado treinta días desde que inició junio y aunque el 1 de junio no marcó el inicio, cual combustión espontánea, de lo que fue mi motivo de atención en las semanas pasadas puedo señalar ese día como aquel en que empezó todo. Las cosas, sabido es, no nacen de un día para otro. Por el contrario, se llevan semanas generando. Algunas veces incluso meses o años (a pesar de la ya reiterativa idea de la relatividad de todos esos periodos). Pero como no hay plazo que no se cumpla ni deuda que no se pague, llega el día en que tienes que empezar a vivir eso que has estado criando y que la vida - y tus particulares ocupaciones y actividades - lo fueron postergando de a pocos.

Entonces tuve que añadir nuevos puntos en mi, hasta ese entonces, ligera agenda, y de pronto, a medida que iban pasando los días y viendo que quería brindarle a mi nueva ocupación más tiempo y atención, tuve que abrir espacios y sacrificar algunos otros temas. De pronto las noches se fueron llenando de cosas interesantes y mi pasión largo tiempo aletargada fue saliendo, fue haciéndose concreta y llenando cada célula de mi ser. Largas horas en silencio, protegido de la lluvia que caía en la ciudad, me iban dando paso a reencontrarme ... a ser un poquito más aquel Gonzalo que el día a día fue escondiendo.

2'592,000 segundos han pasado. Muy probablemente hayan pasado más y seguirán pasando más a cada segundo (tautología que le llaman) y el efecto de decir ese numerote y no decir más simplemente "un mes" hace que se desvanezca como por acto de magia la intención de querer "arquear caja", como dije antes. ¿Que no? Bueno, si. Que si el numerote de marras fuera un número cerrado y redondo como, por ejemplo, 3'000,000 las ganas nos volverían. "Sería bueno hacer una evaluación de mi vida ahora que ya han pasado 3'000,000 de segundos". La muy humana actitud de querer establecer números redondos como puntos de partida o de llegada de algo. Claro que eso también es relativo por que como no hay nada escrito al respecto, puede haber una persona que válidamente le nazca de las entrañas el querer "arquear caja" al paso de 2'143,871 segundos. Ni uno más o menos. O, incluso, dos millones quinientos noventa y dos mil, alguno más o alguno menos.

Obviamente, la pregunta que se cae de madura luego de este mamotreto que me voy lanzando es: ¿entonces para qué diantres quiere alguien cuadrar caja en un determinado momento, bajo la ilusa idea de que "ha pasado un determinado tiempo" si estamos viendo que ese "determinado" tiempo es tan indeterminado y tan aleatorio, relativo, como cualquier otro momento en la vida?

Frecuentemente las personas cuentan el tiempo para celebrar cosas. Ahí tenemos a los cumpleaños que, aunque no te hayas puesto a pensar, también son tan relativos como cualquier cosa por que al paso de unos años terminas celebrando cualquier cosa menos la conmemoración exacta del momento en que naciste. ¿Cómo así? Bueno, pues partamos del hecho de que al momento de celebrar un cumpleaños lo único importante es la fecha. Nadie le toma importancia a la hora, minuto y segundo de su nacimiento. Es decir, de entrada aceptamos un "aproximado" (en algun segundo de todas estas 24 horas habré nacido yo) y nos olvidamos por completo de la exactitud de la conmemoración. Si a eso le sumas lo que ya hablamos respecto de cómo el error de cálculo en la medición del tiempo hace que un mismo día del año siguiente no es en realidad el mismo día sino que tiene un retraso de seis horas, pues te das cuenta que posiblemente estes celebrando un cumpleaños (una vuelta más de la tierra en toda su órbita) en un día que no corresponde y que la verdadera fecha está quizá un par de días más adelante. Complicado, ¿no?

Ultimamente yo he perdido la costumbre de "arquear caja" y no precisamente por todo este rollo que he desarrollado de la manera más innecesaria posible sino principalmente por el hecho de que no encontraba un real "punto de partida" que sea significante en sí mismo. A pesar de que la relatividad del tiempo quiera quitarme los fundamentos racionales para poder hacerlo, el real motivo de la ausencia de periodos de arqueo de caja en mi vida se debe más a la ausencia de un punto de partida que en la consciencia de lo inutil que resulta querer establecer un periodo válido.

Sinceramente, eso me sumerje en un problema. Por que a pesar de todo soy un ser humano tan común y silvestre como el que más - ¿somos silvestres los seres humanos? - y suelo experimentar de tiempo en tiempo las ganas de crearme periodos. De generar puntos de partida y puntos de llegada a pesar de que absolutamente nada diferencia un momento del otro. Absolutamente nada desde el punto de vista macro y universal pero si desde el punto de vista micro y personal. Tal vez lo que haga cada día un punto de partida o de llegada no es el tiempo en sí sino lo que haces tú en ese tiempo. Por eso mismo, si hoy por hoy tengo que escoger un punto de partida pues me parece que estaría haciendo lo correcto al establecer mi punto de partida en el 1 de junio que pasó ya que, como dije antes, a pesar de que no marcó el inicio absoluto marcó el inicio de una etapa en mi vida en que me encontré de lo más feliz en aspectos que había dejado de estarlo. Y estoy convencido que he hecho una buena elección. Digo, es un decir.

Junio.

Junio terminó siendo el mes con más posteos desde noviembre del 2007. Y es el que tiene más posteos en todo lo que va del año. Tal parece que estoy volviendo a agarrar práctica. Lo cual no está malo sobre todo si consideramos que no he hecho otra cosa que perder lectores. Je.

Aunque algun lector gané y su presencia no hace sino llenarme de alegría.

Aunque a veces sea una persona algo antipática. Digo, es un decir.

Es de la "A"

Y siguiendo con los post futboleros.

¡¡¡Racing se quedó en primera!!!

Una sonrisa más.

lunes, 30 de junio de 2008

De 0 a 6

Desconfía siempre de las madrugadas, macho. Ahí donde las ves, oscuras, tranquilas, quietas, frías, te pueden sorprender al momento que menos te lo esperas.

No importa qué haces o qué hiciste. El lapso comprendido entre las 0 y las 6 es un albour donde se puede concretizar tu mayor miedo o incluso tu más precioso deseo y, lo que es más terrible, te vas a quedar pensando en ello durante horas, días incluso, y añorarás regresar a esa madrugada y vivirla eternamente. Atormentándote o extasiándote, según sea el caso, durante mucho, mucho tiempo.

Cuando una madrugada te sorprenda por primera vez, verás que no volveras a dormir igual. Que despierto o dormido soñarás y te preguntarás si esta que estas viviendo será aquella que estas esperando, si volverá a suceder algo que te deje pensando. Abrígate bien y relaja el músculo, descansa pero estate siempre listo. La gente cree que las cosas terminan en la madrugada y eso no es cierto. Es recién ahí cuando empiezan las cosas, cuando suceden, no bajes la guardía nunca ... y espera.

¿Qué te traen las madrugadas a ti?

Fúrico.

Debo reconocer que a mi el campeonato de España en la Eurocopa me ha alegrado.

Y es que por el equipo rojo yo tengo, desde hace varios años, una paciente predilección que me hace esperar sus victorias incluso por sobre equipos con más marketing por estos lares como Italia (el peruano siempre compra y vende cualquier cantidad de camisetas - originales y bambas - del campeón del mundo de turno), Francia, Alemania o incluso Inglaterra. La camiseta de la furia me da ese guiño particular y siempre, en cada campeonato al que Perú no va y por lo cual tengo que escoger los paises por los que hincharé, programo sus encuentros como los "obligados" del campeonato.

Vamos, que es cierto que ante un campeonatón como la copa del mundo o la misma Eurocopa uno tiene siempre la intención de verse todos los partidos. Pero, como la plusvalía obliga a tener que dedicarse de cuanto en cuanto a otros quehaceres menos agradables, sabes que no te los vas a poder ver todos; por eso separas los "obligados", los "must", aquellos que sabes que los vas a ver de todas maneras. Entre esos, para mí, a parte de la final y de la inauguración se encuentran los que juega España, la "Furia Roja" (no confundir con la furia local que también es roja pero de la que no hablamos hoy por que, en este post, los recuerdos no vienen del Cusco).

Ahora, que yo recuerde, a mi la Furia no me despertó siempre ese interés. Por el contrario, fueron muchos años los que pasó inadvertida y si yo le tengo hoy algún cariño se debe principalmente a un buen amigo, hispanófilo como pocos y que ayer se comunicó conmigo desde Madrid, donde vive hace ya varios años, y me conversó diferenciando claramente las eses de las cés y las zetas. Un amigo que me ayudó a descubrir algunas aficiones que no sabía que tenía compartiéndome las suyas propias y gracias al cual hoy puedo, como lo efectivamente lo hago, sentarme sin empachos a escribir estas palabras y todas las que, para bien o para mal, les precedieron. Digamos que con él pude conocer aquellos intereses (música, literatura, política) que, bendita diferencia de caracteres, no compartía totalmente con mis hermanos.

Así, pasó de ser el causa de mis hermanos a ser mi causa, casi un hermano más. Y, si me apuras un poquito, entre las imágenes más antiguas que tengo al respecto nos encuentro sentados en la cafetería de Letras de la Católica, intentando ver cómo estaba la inspiración versística ese día de invierno de 1996 mientras fumábamos unos cigarrillos marca "Kruger" que se los habían mandado por correo desde España - ¿dónde más? - y que, tal como lo dijo la clara advertencia que los precedieron, eran tan fuertes que te entraban como una pelota de tenis por la garganta. En fin.

Así, de puro copión, fue la Eurocopa del 96 la primera en que me fijé en los españoles y eso se terminó repitiendo en el mundial del 98. Pero ya en la Euro del 200o, cuando la vida procuró que tuviera nuevos amigos y frecuentara otros lugares, mi interés por el destino de la Furia fue un tema personal, adquirido sí, pero personal. Por eso le aposté al título de España desde antes que empezara este campeonato, a pesar de que era consciente que en los últimos campeonatos España llega favorito y se va en cuartos de final. Igual le seguí, igual separé mis partidos "must" e igual medio-vi la final (mi esportin querido estaba siendo vapuleado en el otro canal así que mi atención mudaba de rato en rato de Viena a Huancayo) e igual me alegré con el campeonato.

Pero más me alegró cuando por breves momentos volví a compartir la afición furiosa con la voz inconfundible - aunque con dejo - del amigo que hace 12 años me hizo prestarle atención a esa selección. Y por él va este post que, aunque no me lo habrías dicho, igual lo pensaba escribir porque, majo, un título como este se da cada cinco décadas y hay que celebrarlo, joder.

Por otro lado, me quedé pensando si tendremos la misma celebración cuando la blanquirroja pueda ir al mundial. Digo, es un decir.

viernes, 27 de junio de 2008

¿Será el final?

Por algún lado, de esos en donde yo siempre leo tonterías que se me quedan grabadas en la memoria, leí que alguien intentaba sostener la afirmación de que a los canosos no se les cae el pelo. Es decir, si el fenómeno en tu cabeza es que primero te empiezan a salir canas y no a caérsete el cabello pues puedes estar tranquilo por que llegarás a viejo con pelo en la cabeza. Es decir, no te enfrentarás a la necesidad de tener que usar gorro para dormir cuando haga frio.

A mi lamentablemente, primero se me empezó a caer el cabello. Ese proceso empezó cuando yo tenía 18 o 19 años y por eso en mi fue creciendo la pasiva resignación cual nazareno que sabe que le toca y se viene lo ineludible.

Hasta que hace dos días me descubrí una cana. La primera que he visto jamás en mi cabeza. El primer pensamiento que tuve, como no pudo ser otro, fue: "Carajo, me estoy poniendo viejo a ojos vistas". Pero luego me abracé a una esperanza. ¿Y no será, pensé, que esta canita es el aviso que me dice que a partir de ahora me volveré canoso y ya no se me seguirá cayendo, lenta e inexorablemente, el cabello? ¿Será esto el anuncio del fin de un ciclo y el inicio de otro mucho menos otoñal?

Espero que si.

Aunque, no es necesario caminar mucho ni pensar mucho para darse cuenta que también existen peladitos canosos. Digo, es un decir.

martes, 24 de junio de 2008

Miercoles de fútbol.

La vida hoy por hoy me ha premiado con muchas cosas por hacer y muchas cosas por cumplir. Trabajos que presentar, lecturas que resumir, exámenes por dar. La universidad siempre te da mucho de eso. En fin.

Es por eso que posiblemente mañana no siga a mi esportin querido en el partido que jugará contra los desteñidos. Importante partido y yo no voy a poder estar ahí. Entones se me hace inevitable pensar en este miercóles desde un punto de vista futbolístico. Y ahí están dos partidos que tienen copada mi atención.

En primer lugar está este partido que jugará mi esportin querido y al que, aunque no lo pueda ver, lo voy a alentar con todo el vozarrón que me sale del alma donde quiera que esté. Y, en segundo lugar, estaré pensando en mi otro equipo. Aquel que escogí en una tarde hace ya varios años y que, con mucho menos fanatismo y asiduidad, lo sigo siempre. Es mi excentricidad, mi ser diferente. Obviamente mi otro equipo, del que alguna vez ya hablé en este blog, no es peruano.

Racing Club juega mañana el partido de ida por la promoción para mantenerse en primera división la próxima temporada. Ha sido un campeonato difícil (todos los campeonatos son difíciles para Racing) y ahora La Academia se juega en ida y vuelta la permanencia. Esta es pues, mi excentricidad. Seguir a un equipo de otro país y que usualmente no es de los que agrupan admiradores en mi tierra. En el Perú donde a todo el mundo se le van los ojos, en lo que a equipos argentinos se refiere, por el antipatiquísimo Boca Juniors yo elegí seguir al equipo que tiene el mismo celeste de mi esportin querido pero ... con bastones blancos.

Hace diez años aproximadamente, cuando Solano jugaba en Boca y gracias a las maravillas de la televisión por cable todo el Perú seguía los partidos del torneo argentino, estuve viendo un Boca-Racing junto a mi hermano. A mí, Boca jamás me terminó de cuajar. Como que no conectamos nunca y esa tarde, recuerdo, la espectativa era una victoria de ese equipo. Sin embargo el gol lo metió el otro y yo salté como un resorte de mi sillón. Al aterrizar de ese salto reconocí que, aunque no llega a tener ni la vigésima parte del cariño que le tengo a mi SC, entre esa Academia y yo sí hubo conexión. Cosas que pasan.

Años despues, decidí correr el riesgo de perderme con la sola finalidad de llegar a Avellaneda y pisar, si no el estadio de Racing, por lo menos la sede social. Y llegué a la segunda, me tomé una foto, me pasee, compré un llavero y me fui. Me fuí con la promesa de volver a Avellaneda pero para encontrarme con mi excentricidad en vivo y en directo. Ya habrá oportunidad.

Bueno, pues mañana ambos equipos se juegan la vida. Y yo estoy que me parto por que me gustaría ver ambos partidos. El de Argentina no lo voy a ver por que no lo pasa nadie así que ni modo. El de acá si podría ... pero creo que no voy a poder. A no ser que me rebele a ultimo minuto. Digo, es un decir.

Las ventajas de lo subrepticio.

Alguna vez leí, no sé dónde, que siempre es bueno que una persona tenga secretos.

Pero yo no soy una persona "de secretos". Digo, usualmente he sido demasiado bocón y compartí incluso cosas que no debía con personas que no se merecían tanta confidencia. Varias veces me gané decepciones por eso. Sin embargo, siempre he sido demasiado "contador". Ahora, contradictoriamente con ese rasgo de mi personalidad, existe otro rasgo y es que los únicos secretos que no puedo guardar son los mios. Los de otras personas si los he sabido atesorar. Raro ¿no?

Siempre busqué a quién contar lo que quería, lo que esperaba, lo que sentía, lo que me angustiaba, lo que me pasaba e incluso lo que no me pasaba. Y casi siempre encontré oídos a quienes torturar con mis inacabables diatribas. Creo que ni yo mismo me soportaría si tuviera que escucharme nuevamente.

Pero me llama la atención el poder guardar secretos propios, sentir el extraño placer de saber algo que no dirás y hacer todo lo posible para que nadie se dé cuenta de lo que estas pasando, lo que estas sintiendo, lo que eres ahora que no eras antes.

Tal vez a la mayoría de gente eso no le parezca nada del otro mundo. Hay muchas personas que son reservadas por naturaleza y que lo más común del mundo para ellas es no decir lo que piensan, lo que pasan. Tienen muchos secretos y no comprenderían la vida sin ellos. Pero, ya les dije, yo no soy de esas. Tengo que controlarme mucho para no comentarle a alguien lo que estoy viviendo. Tal vez por esas hasta tengo un blog donde suelto - ¿qué más podría soltar? - información sobre lo que siento, lo que hago, lo que pienso y lo que quiero.

Pero precisamente por que siempre fui demasiado abierto es que me gustaría poder guardar un secreto mio, que sólo yo lo sepa. Tal vez sea hora de hacerlo ¿no? Saber qué se siente, cómo se hace. Ahora sólo me falta conseguirme un secreto.

O tal vez ya lo tengo y ya lo estoy escondiendo y yo ni cuenta me he dado. Digo, es un decir.

domingo, 15 de junio de 2008

I fought the law ... and the law won.

Ya serán más de diez años cuando mi hermano recibió un regalo que, según recuerdo, no le causó mucha gracia. Era un disco con una caja grandota (equivalente a dos cajas de cd adosadas una a la otra) con un librito lleno de letras chiquitas que jamás leí y con una foto en rosa y negro de unos emocionados rockeros de una pinta bien siglo XX. Un disco compacto doble fue su regalo de cumpleaños y él, tan dado a escuchar tantos discos y a apreciar lo que ya tenía, no lo tuvo en mucha consideración.

Yo no discutía su decisión ya que, en primer lugar, jamás le presté mucha atención a la mayoría de sus discos y además por que ... yo estaba en otras cosas. En segundo lugar por que la única vez que me aventuré a medio-escuchar ese disco no me gustó en absoluto salvo dos canciones (dos de veintiocho) que las escuchaba de rato en rato. Fue así, que ajeno al reconocimiento que se merecía, el disco se dedicó a acumular polvo durante años y años. Fue abandonado y olvidado.

.........

Hace unos tres años aproximadamente se me dio por escuchar parejo a Los Fabulosos Cádillacs. Parejo. Y entre las pistas que estaban en el disco doble recopilatorio que compró mi mismo hermano encontré una versión muy potente de una canción en inglés que me llamó completamente la atención. La escuché con la asiduidad con la escucho yo las canciones que se me pegan: hasta hartarme. Y de tanto escucharla decidí escuchar la versión original de la canción en inglés. Recordé entonces al disco doble olvidado y lo busqué y lo busqué y no lo encontré.

Encontré sin embargo otro disco, también comprado por mi hermano, de la misma banda y en la que estaba la canción que buscaba. Y, aunque distinta y diferente, también me gustó. Sin embargo esa situación, lejos de calmar mi curiosidad, no hizo sino incitarla. Y seguí buscando el disco doble hasta que lo encontré olvidado en el olvido de las cosas que se acumulan en cualquier lado por que no tienen un sitio definido. Y lo escuché de nuevo y me gustó.


Desde entonces es uno de los discos a los que recurro constantemente. Y es que le agarre un gusto tremendo a The Clash gracias al tributo que los Cádillacs hicieron del cancionsón que es "Guns of Brixton". Hoy he vuelto a poner el disco, que va sonando mientras escribo esto, y he vuelto a entender qué inexperto y alelado fui cuando, hace diez años no supe apreciarlo. En realidad no pasa mucho tiempo sin que algo me haga dar cuenta de qué inexperto y alelado he solido ser.

El disco, lógicamente, ya no está en el lugar del olvido. Por el contrario, ocupa uno de los principales lugares de la corta discoteca que tengo en mi pisito. Es uno de los más veteranos entre los originales y eso le da un valor especial, ante mis parcializados ojos. Y sobre todo por el hecho de que llegó a manos que lo aprecian, no tanto por regalo sino por que esas manos - las mías - lo escogieron y decidieron quedarse con él.

Aunque, la verdad sea dicha, ahí también acumula un poco de polvo. Digo, es un decir.

Y el problema es ...

... que no puedo dejar de ser racional y que mis decisiones van a seguir principalmente lo que me parece razonablemente correcto y no lo que me nace de las entrañas.

Aunque se pueda decir lo contrario, estoy convencido de que las entrañas no son buenas consejeras en asuntos trascendentales o importantes. La espontaneidad es singular y es apreciada pero ... ¿qué puedo decir? Prefiero dar un paso razonado y actuar como me dice la lógica que ordena mi vida en los últimos años a dar varios pasos guiado por intuiciones.

Y puede que me pierda muchas cosas por hacer eso. Pero ... el tiempo pasa y durante ese tiempo uno toma decisiones sobre la forma como afrontar su propia vida. Esa fue mi elección y creo que lo va seguir siendo durante algo más de tiempo. Aunque debo reconocer la pertinencia y la eventual conveniencia de la otra opción. Yo no discuto.

Tengo dos opciones para afrontar las cosas próximas y escojo seguir lo que racionalmente me parece lo más adecuado. El momento de lucidez que me devele la posición entrañable no tendrá peso específico en la forma en cómo acuerdo actuar. Entonces escojo lo racional y escojo no entristecerme sino alegrarme. Y me alegraré.

Y así estaré.

La mayor parte del tiempo, claro. Digo, es un decir.

Fds

Había esperado con mucha emoción este fin de semana. No por el partido de Perú que, valgan verdades, no me concitó mucho interés a pesar que, como religiosamente lo vengo haciendo hace 11 años, fui al estadio a ver a la selección.

La semana la pasé con un tema principal en la cabeza y este fin de semana iba a poder, por fin, estar junto a él con tranquilidad. Lo tengo en la cabeza hace semanas y cada momento que invertí me trajo sólo satisfacciones y felicidad. Sin embargo, una cosa es pensar y planear y esperar y otra muy distinta es estar ahí, juntos.

Y aunque la vida esta llena de cosas geniales y cosas no tan geniales, lo principal está en saber quedarse con lo positivo. Así eso me haya dejado, principalmente, las ansias por más.

En fin, las cosas pasan por algo. Digo, es un decir.

jueves, 5 de junio de 2008

¡¡¡Mordor!!!

Frase trillada es aquella que dice que la realidad supera la fantasía. Trillada y cierta, para qué. Y algunas veces supera (o iguala tampoco hay que ponerle tanta levadura al asunto) incluso a una de las mejores fantasías que existen.

Bueno, ojeando algunos blogs interesantes encontré este paisaje mordoriano. Es un volcán en Etiopía que es una verdadera laguna de lava. Alucinantes las fotos. Tal parece que Etiopía es un país con muchas cosas interesantes.



¿Más información? Bueno, yo lo ví en http://101lugares.blogspot.com.

miércoles, 4 de junio de 2008

Cuando no tienes nada que decir ...

... mejor es no decir nada.

...

O también puedes mucho ya que es otra forma de hablar y hablar y no decir nada.

Depende del estado de ánimo, creo yo. Digo, es un decir.

Pegatina

¿No les ha pasado que de pronto se quedan pegados a una canción y la escuchan una y otra y otra y otra vez?

Bueno, hace tres días que no paro de escuchar "Just the two of us" en las distintas versiones y por los distintos cantantes que la interpretaron. Y, para aquellos que les gusta leer entre líneas o entender más allá de lo evidente, lo hago sin ningún motivo distinto al hecho simple de que me gusta la canción. ¿O es que acaso si tendré algún motivo especial? Hummmmm.

Por lo pronto ya tengo que escucharla a volumen bajito pues ya como que esta cansando.

Malos entendidos.

(Sonido de noticiero al fondo)

Uno: Obama le ganó a Clinton en las primarias.
Dos: ¿De qué me estas hablando? ¿De tennis?

(Sonrisa)

Ups!

Y entre tantas cosas que pasan, también se me pasó el hecho de que el pasado 25 de mayo este blog ya cumplió dos años.

Dos años y 273 posteos.

Albricias, albricias. Digo, es un decir.

lunes, 2 de junio de 2008

En junio

El mes de mayo ha sido el mes en que he posteado menos desde que abrí "Digo", salvo el primer mes de vida de este blog que en realidad no cuenta por que no fue un mes entero sino que fue sólo una semana. Y si pues, la vida no ha estado muy posteadora. Estas últimas semanas han sido de descubrimientos, de molicie, de frenética actividad, de noches largas y días cortos.

Hace ya varios días, y se lo he comentado a quienes tengo cerca, tengo la sensación de que algo va a revolucionar mi vida que, siendo sinceros, se ha arutinado un poco. Tengo el presentimiento de una inminuente voltereta que va a traer de cabeza mi modo de vida, en todo sentido, que de pronto mi ritmo ya no va a resultar adecuado para lo que voy a enfrentar. Y bueno, hay que reconocerlo, algunas cosas si han cambiado en las últimas semanas. Algunas personas han reaparecido y otras han terminado de desaparecer, otras amenazan con volver a asumir un papel protagónico y unas pocas renuncian a seguir el camino que se les ofrece mientras veo alrededor y sonrío con la cercanía de quienes siguen. Se me han fortalecido algunos vínculos y se han aflojado otros. Los negocios van viento en popa, la universidad me recibió bien y me trata mejor. Por lo demás, todo anda viento en pos. Si pues, las cosas se están pintando diferente que hace un par de meses. Y eso me alegra.

Pero aún siento que viene más.

Tengo cosas que vienen y que se van a ir. Pienso y, no creo equivocarme, que voy a extrañar mucho lo que voy a dejar ir. Pero también tengo la certeza de que es lo mejor dejar ir. No por el inutil romanticismo de sentirse un sacrificado alejandote de lo que te trae algunas alegrías y satisfacciones sino por que, de verdad, hay cosas que son imposibles de ignorar y aún más difíciles de afrontar. No siempre la confrontación es la mejor arma. Por el contrario, a veces es mejor dejar un compromiso inconcluso y asumir otro - que tampoco es malo - para, quien sabe, retomar las cosas más adelante. Los negocios son complicados.

Y dentro de ese vórtice de cambios, de puntos de vista diferentes, de la importancia de cosas a las que no les presté importancia durante mucho tiempo, del descubrimiento de nuevas necesidades, este blog se quedó corto. Se quedó sin reacción. No supo sobreponerse a la realidad, cual definición que tras ciertos cambios en la realidad se quedó desactualizada y, más que corresponder, se estira para seguir haciendo referencia a lo que antes describía. Digo va a tener que cambiar, aunque por ahora no sé cómo y a qué.

Podría ser muy fácil decir que cierro el blog. Pero no lo voy a hacer por que, más allá de lo bueno o malo que puede contener, no reniego de lo que pensé y pienso. Probablemente ya no piense igual en muchas cosas pero no por eso tengo que extinguir la colección de fantasmas que es este blog y que, más allá de pretensiones diversas, fue la idea de su apertura. Asi queno lo voy a cerrar, pero si estoy viendo la forma de cambiar el enfoque.

¡¡¡¡Todo va a cambiar!!!!

Y mientras más cambia, más sigue siendo igual, ¿no? Digo, es un decir.

viernes, 23 de mayo de 2008

¿Sabes ...

que te extraño?

Y no debe ser para menos, ya son cinco meses de la última vez que te abracé. Felizmente aún hablo seguido contigo y en tu voz te sigo sintiendo cerca. Pero no es lo mismo, es verdad. Incluso aquellas veces que no contestas el celular por que lo tienes en otro cuarto o por que estas ocupada o por que simplemente no lo escuchaste me dejan cierto desazón. Hoy no acaba el día si no hablo contigo.

Estoy pensando seriamente en agarrar mis cosas e ir a verte, necesito un abrazo. Y creo que tu también.

Jones

Luego de meses, ayer fui al cine nuevamente.

Me senté a ver la última de Indiana Jones y salí divertido. No complacido, divertido. Lástima que sólo alcance a ver la versión doblada.

Pero lo que me descorazonó fue que, cuando llegó al Perú - supuestamente - en las calles de ese pueblo que, supongo, debió ser Nazca sonaban unas tonaditas mexicanas. Y peor aún cuando Jones dijo que hablaba quechua por que se lo enseño ... ¡¡¡¡Pancho Villa!!!!

Pancho Villa las pelotas, hombre, ¿que acaso es tan dificil entrar a http://en.wikipedia.org/wiki/Peru y averiguarse algunas cositas?.

Parece que se nota que los guinistas estuvieron en huelga bastante tiempo. Digo, es un decir.

¿Y por qué no?

Según supe el fronterizo que es presidente regional de Ancash ha hecho paro otra vez.

El otro día ví la entrevista que le hizo Rosa María Palacios y hay una cosa que me quedó dando vueltas en la cabeza. Ante las ganancias logradas por las empresas mineras y que debían ser distribuidas entre sus accionistas y sus trabajadores, este sujeto opinó: "Esta bien que ganen pero no tanto, pues".

Y yo me quedé pensando ¿En qué mundo lleno de infelices debe uno vivir para que la envidia y la mediocridad dirija a la gente? ¿Cuándo se vuelve un motivo politicamente correcto de protestar el hecho de que tu quieras recibir las ganancias que con tu inversión, tu capacidad y tu trabajo lograste? ¿Por que va a venir un inutil cualquiera a decir "hasta ahí nomás, ya ganaste mucho. El resto me lo tienes que dar a mi que, como inútil que soy, tengo que vivir de TUS ganancias por que yo no me procuré ninguna?

La verdad sea dicha ante la madre que me vio nacer que si alguien viniera a impedir que cobre mis ganancias, obtenidas con mi trabajo y mi inversión, por que le parecen excesivas causaría una escabechina de padre y señor mio.

¿Por qué en vez de producir, esta gente prefiere joder para quedarse con lo que producen otros?

lunes, 19 de mayo de 2008

Tus áureas reliquias.

Mientras apuraba el caliente vaso de ponche con pisco sentado en una mesa de "El Ayllu" (típico y clásico bar cusqueño que actualmente se encuentra amenazado de desaparecer gracias a los ánimos metálicos del arzobispado cusqueño - son todos iguales, carajo - ) me di cuenta, mientras miraba por mi ventana la Plaza de Armas tan recorrida, extrañada, vuelta a recorrer y vuelta a extrañar; que lo mejor que pude haber hecho era irme de Lima.

Serían las 6 de la tarde y me imaginé cómo estaría la capital. Carros, embotellamiento, niebla, gente como cancha, taxistas renegando, gente renegando, calles rotas, alcaldes imbéciles, y un trayecto de casi cinco kilómetros hasta mi casa. Mordor. En cambio, en vez de estar ahí, estaba allá, gozando.

Yo no sé si a todos les pasará igual o es que yo pertenezco a una estirpe de nostálgicos y sensibles pero me enrostré nuevamente en que para mi familia el Cusco, más que un lugar apetecible, es una nostalgia eterna y una añoranza costante: la llaga que no cerró. Me hace recordar cuando Frodo Bolsón, antes de irse a los puertos, tenía una noche al año - el aniversario de cuando desapareció el anillo - una crisis con acceso de fiebre en la que deliraba que sentía y extrañaba no sólo el dedo perdido sino la presencia del anillo que cargó. La presencia querida y ya no presente. Como cuando dicen que los amputados siguen sintiendo el miembro seccionado. El ausente que no debe faltar. El Cusco dejó de estar ahí para nosotros (o, mejor dicho, fuimos nosotros quienes dejamos de estar ahí) y aún sentimos esa "falta", esa "incompletitud" - vaya con el palabro - latente que no nos deja nunca y que estalla con furia apenas las ruedas del avión empiezan a rozar el cemento del Velasco Astete.

Los días previos al viaje los tomé con mucha tranquilidad. Usualmente a mi los viajes me emocionan en extremo pero éste lo tomé muy tranquilo, casi con apatía. Me sorprendió esa sensación por que, como dije, era rara en mi. Pero la tomé como parte de un transcurrir, es decir, ya la vida se me llenó de cosas, lugares y deseos nuevos y proyectos nuevos. Resultaba perfectamente normal que lo que emocionaba antes no emocione ahora. Error. La fortísima emoción que sentí mientras aterrizaba me enrostró que quizá uno pueda estar tranquilo pero que lo que constituye una añoranza perruna va a fluir en el momento oportuno como si hubieras encontrado petróleo debajo de una aparentemente fuerte pero delgada costrita de tierra.

De pronto mis pulmones se llenaron de Cusco y entre la neblina de mis ojos vi Gonzalos de cuatro, cinco, seis y siete años corriendo por todos lados, aferrado a la mano de mi madre o sentado en el vocho que manejaba mi padre. Reconocí grietas que escarbaron mis dedos, desniveles en los que tropecé y que aprendí a sortear, lugares conocidos, esquinas que a pesar de estar llenas de carteles siguen siendo las mismas, calles empinadas y recuerdos galopantes. Pero ¿saben qué es lo gracioso? Que lo mismo me pasa cada bendita vez que vuelvo.

En algún lado leí, y lo creo, que psicológicamente todo el mundo siente una suerte de añoranza por el vientre materno. Dicen quienes afirman eso que el deseo de retornar a una etapa donde todo era felicidad y seguridad seduce a las personas subconscientemente y que la hostilidad de la realidad no hace sino que ésta sienta la soterrada necesidad de regresionar. Yo creo que lo que nos pasa es algo similar. ¿A qué me refiero? A que, por ejemplo en mi caso, yo tuve una infancia sumamente feliz y abundante. Y que esa felicidad se relaciona, en mi cabeza, con quienes viví, mi familia, y en dónde viví, el Cusco. A mi familia la sigo teniendo y eso es motivo de felicidad. Al sitio lo dejé de tener hace muchos años y creo que subsconscientemente he relacionado el sitio con la felicidad constante de mis primeros años. Para mi la importancia del lugar tiene poco que ver con la historia, la monumentalidad, el magnetismo y demás hierbas del campo. A mi me emociona volver por que yo viví ahí, yo crecí ahí, yo conocí lo básico y lo esencial ahí y por que mi vida efectiva empezó ahí, nací ahí y no en ningún otro lugar. Y ante ese cariño y esa realidad incontrastable muy pocos sitios dejan de ser simples lugares anodinos en comparación con ese Cusco que me tuvo y me recibe.

El último día de mi estadía volví a pasar por la puerta de lo que fue mi casa. Un portón de reja que dejaba ver, al fondo del oscuro pasadizo, las verdes escaleras que llegan hasta el cuarto piso dónde estaba el primer sitio que llamé casa. Nunca hasta ese momento sentí cómo había cambiado yo mismo. Fui totalmente consciente de la diferencia de más de setenta y cinco centímetros, sesenta kilos y veinte años que separaban al infante que - cual afiebrado delirio - veía dirigirse a su casa y al hombre que soy ahora.

Habían pasado seis años desde la última vez que estuve ahí. Seis largos años que cambiaron muchas cosas en ambos lados. Mis amigos ya están casados y yo que era un tranquilo universitario estoy hoy con responsabilidades, planes y expectativas que antes no tenía. Y aunque tengo la certeza de que mi vida está en Lima y lo seguirá estando por varios años más, también tengo la firme decisión de no permitir que pase tanto tiempo para que vuelva a pisar las calles de mi patria chiquita.