De chiquito siempre me gustaron los mapas. La geografía no fue un problema para mi. Pero más que las cartas geográficas, a mi me gustaron los mapas. Aquellos que dicen el nombre de cada ciudad, de cada monte, de cada lago e isla y que tienen lineas por donde supuestamente pasan las carreteras. No creo haber pasado por alto ningún país, me emocionó tanto el de Estados Unidos como el de Uganda. Mi orgullo siente un espaldarazo cuando soy consciente que puedo ubicar mentalmente dónde queda Kampala o Freetown o saber que Saint Kitt and Nevis es en realidad dos islas. San Cristobal y Nieves.
En mi infancia en Cusco había un atlas muy simpático que ayudé al tiempo a deshojar. El único dibujo que, para tarea escolar, pude hacer correctamente fue un mapamundi. En mis tardes de aburrimiento, me prestaba un Atlas. Durante los largos huecos de la universidad entre las clases de la mañana y las clases de la tarde, algunas veces optaba por meterme a la Sala de Referencia para distraerme con algún libro de mapas entre mis manos. Todos los mapas me llamaron la atención, pero ninguno me divierte mas que el del Perú que suelo recorrer varias veces.
Luego me llamaron la atención los planos. Conocí la distribución urbana de Lima mucho antes de venir a radicar definitivamente acá. Incluso en mis primeros años aquí, conocía las avenidas mucho mejor que gente que vivió en Lima toda su vida. Aún quiero comprarme un buen plano de Lima. Conozco Buenos Aires por planos, conozco Sao Paulo por planos, conozco Nueva York por planos.
Un buen día, descubrí el google maps. Tiempo despues descubrí el google earth. Y no saben lo feliz que me hace tener en un sólo programa todos los mapas, todos los planos, el mundo entero en mi mouse. Definitivamente con ese programa estoy en mi garbanzal. Digo, es un decir.
En mi infancia en Cusco había un atlas muy simpático que ayudé al tiempo a deshojar. El único dibujo que, para tarea escolar, pude hacer correctamente fue un mapamundi. En mis tardes de aburrimiento, me prestaba un Atlas. Durante los largos huecos de la universidad entre las clases de la mañana y las clases de la tarde, algunas veces optaba por meterme a la Sala de Referencia para distraerme con algún libro de mapas entre mis manos. Todos los mapas me llamaron la atención, pero ninguno me divierte mas que el del Perú que suelo recorrer varias veces.
Luego me llamaron la atención los planos. Conocí la distribución urbana de Lima mucho antes de venir a radicar definitivamente acá. Incluso en mis primeros años aquí, conocía las avenidas mucho mejor que gente que vivió en Lima toda su vida. Aún quiero comprarme un buen plano de Lima. Conozco Buenos Aires por planos, conozco Sao Paulo por planos, conozco Nueva York por planos.
Un buen día, descubrí el google maps. Tiempo despues descubrí el google earth. Y no saben lo feliz que me hace tener en un sólo programa todos los mapas, todos los planos, el mundo entero en mi mouse. Definitivamente con ese programa estoy en mi garbanzal. Digo, es un decir.
4 comentarios:
Bueno, yo no llegué hasta tu punto pero si me atraía mucho revisar los atlas que tenía en casa, y es bacán, porque te sientes ubicado, y sabes obviamente que tienes una poderosa arma en las manos.
Y mas aun ahora con el Google earth, esos puntitos, rayas y cuadraditos de los atlas ahora tienen forma, ahora ves las lineas de los trenes, las carreteras y los grandes monumentos a solo 20 cm de ti.
Provecho maestro.
asi que estas con todos los mapas del mundo:
a ver chequea:
Solothurner str. 50
81475 München
mi domicilio ;o)
saludos
asu.. comparto tu interes pero yo no soy tanto ah.. yo siempre dibujaba los mapas y los planos en los trabajos de colegio.. los hacia a la perfeccion ... si hasta el mapa de peru los dibujaba de memoria ( ya me olvide pero antes lo hacia ) interesante sentirse tan alto estando tan cerca del papel...
El Gran RacuRock
Vaya que sencillo sería hacerte un regalo... ojo he dicho que seria sencillo hacerlo, no que lo haría.
Jejeje.
Slaudos.
Publicar un comentario