lunes, 29 de setiembre de 2008

Charlas de estadio

Ya lo había dicho antes. Soy un asiduo visitante de la tribuna oriente del San Martín cuando juega mi esportin querido. Hace años que voy y lo voy a seguir haciendo por muchos años más.

Yo ya tengo incluso un sitio que considero "mi" sitio. Un lugar ubicado a las tres cuartas partes del largo de la cancha que me permite estar cerca de la tribuna popular y escuchar lo que canta el extremo y algo alejado de la barra de oriente para evitar que ellos, parados en las graderías, me tapen la visión del campo. Y me ubico en la grada superior de toda la tribuna por que me gusta ver el partido parado y en esa grada no tapo a nadie por que ... no hay nadie atrás. Además, si es que me canso, puedo sentarme tranquilamente y no fastidio a nadie.

Usualmente voy solo. Tengo acompañantes ocasionales pero la mayoría de veces voy sólo. Y no me hace sentir mal. Al contrario, entre el Cristal y yo existe una de esas relaciones que son eminentemente personales. No me fastidia que me acompañen - es más, algunas compañías me gustan harto harto - pero tampoco me es difícil estar sólo.

Durante el partido yo grito. Hablo, puteo, grito y canto las barras que me acuerdo de cuando iba a las barras. Que sí. Hace años yo iba a las barras. Estuve en la barra popular y también estuve en la barra de oriente. Luego, cuando las barras se fueron poblando de muchachillos palomillas, decidí ir a sentarme al costado. Eso no significó medra en mi bolsillo porque yo siempre me compré mis entradas y nunca hice usufructo de las entradas de barra. Así ningún palomilla iría a entender que tenía mi lealtad o mi obediencia a cambio de un ticket que costaba sólo 11 soles (actualmente cuesta 16). Sentándome al costado encontré más tranquilidad. Aplaudía cuando me daba la gana, cantaba cuando me daba la gana, gritaba cuando me daba la gana, puteaba cuando me daba la gana y no había nadie que me empujara. La comodidad.

Usualmente yo llego al estadio entre 40 o 20 minutos antes del partido. A no ser que mi experiencia me diga que va a haber buena afluencia de público y que resultaría recomendable estar más temprano, siempre llego con esa anticipación. Lo normal es que 30 minutos antes del partido yo ya esté sentado, ataviado de acuerdo a la estación (short cualquiera, polo blanco cualquiera, camiseta cervecera y sombrero cervecero en verano - pantalón, camiseta cervecera, casaca y chalina cervecera en invierno), jugando con mi celular a la espera de que empiece el partido.

Y es a este punto a donde quería llegar.

A medida que se acerca el inicio del partido, las personas van llegando al estadio. Y se van sentando. Y como la ubicación que yo escogí es una de las mejores en esa tribuna, me veo rápidamente rodeado de gente. Así, se han sentado a mi costado hombres, mujeres, niños, niñas, adolescentes, ancianos, amigos, familiares. De todo. Y así, mientras esperaba el inicio del partido he sido mudo testigo de todo tipo de conversaciones. Quejas, reproches, deseos, historias, declaraciones de amor, declaraciones de odio, secretos e intrigas. Cosas que uno no presta atención pero que igual escucha y así, de tanto escuchar, algunas veces terminas viendo que la realidad, por todos lados, más que "mejor que la ficción" es "la fuente por excelencia de la ficción".

Frases adecuadas, diálogos interesantes, moralejas sabias. Cosas que realmente merecerían dejar la fugacidad de un diálogo de estadio y fueran recogidas por alguien. Y luego me pongo a pensar ¿No será por algo que estoy yo escuchando todo eso?

Y así, a medida que recuerde ... iré relatando esas cosas. No tanto por que quiera hacer literatura sino por que me parece que de esa forma me iré liberando del cúmulo de cosas que escucho, que imagino, y que creo escuchar mientras espero que empiece el partido.

Claro, eso será con las que recuerde, por que cuando sale el Cristal y empieza a jugar ... me olvido de todo. Digo, es un decir.

martes, 16 de setiembre de 2008

Placeres

Existen placeres que nadie reivindica.

Y eso se debe no sólo a reparos de conservadurismo o de cierto pudor hedonístico sino a que, en algunos casos, nadie les presta atención.

Ayer me tope con uno de ellos que, casi omnipresente, recibió alguna vez un pensamiento de mi parte pero, siendo éste tan breve, no prosperó a hacerse una opinión. Pero ayer fue diferente. Volví a disfrutar el placer y decidí no volverlo a ignorar.

¡Que cosa tan buena de rica y agradable es meterse a la cama!

Y si, luego de varias horas de oficina y muchas horas de manejada, acostarse y abrigarse es un verdadero placer. Ya sea sólo o acompañado (y si, algunas veces me acompañan), prepararse para el reposo de la carne (la mas de las veces) es una situación que merece disfrutarse.

Ahora tampoco veo las horas de llegar a mi casa, sólo para poder acostarme. Digo, es un decir.

Descubrimiento

Existe cierto placer morboso en pagar por adelantado todas las cuotas de tus deudas.

Aparte de la certeza de que le estas jodiendo el negocio al prestante que deja de recibir ingentes cantidades de intereses ... sales con una tranquilidad que ni les cuento.

Tanto así que hasta te provoca prenderte un pucho.

No veo la hora de hacerme de otra deuda sólo para poder pagarla cuanto antes. Digo, es un decir.

lunes, 15 de setiembre de 2008

Los lunes ...

... son un gol en contra para la felicidad de todo ser bípedo racional.

domingo, 14 de setiembre de 2008

Metablog

Con esto del 3108 day y los 20 mejores blogs peruanos y los 5 que cada uno recomiendo, he levantado la mirada, visitado el vecindario y me parece que el cotarro contínua algo alborotado.

Y creo, entre los varios puntos, que algunas reacciones las motivó estas declaraciones.

De pronto, el señor Cisneros volvió a estar en boca de todos que le critican su crítica.

Pero ... ¿saben una cosa? Yo pienso igual que él. Y lo que dice no me ofende por que ... yo no me veo reflejado en su crítica. Y ojo que no lo hago por empatía al declarante por que en ese campo, yo le creo a mi hermano. Claro que la tolerancia es el principio Nº 1 de todo y al igual que con la gente que pinta el pelo de cyan ... yo dejo pasar.

A veces pienso que me gustaría poder comentar más cosas de mi interés acá en Digo pero ... creo que hay gente que ya lo hace y muchas veces desde un punto de vista más ilustrado que el mio. Y a no ser que tenga algún punto especial que decir de mi propia cosecha, prefiero no redundar.

Y entre los blogs que consumo con fruición hay varios. Así que aprovechando que ya pasó el cargamontón (odio las aglomeraciones innecesarias) pasaré a recomendar algunos.

Fronteras, blog español que habla precisamente de eso ... fronteras y la ridiculez de las mismas en algunos casos. Para mi es como oro líquido.
Fail blog, graciosísimo.
NSFW, para adultos. Interesante.
Vision Beta, que postea cosas que ni te imaginas. Y
WTF? Microsiervos. ¿Que puedo decir de este que no se haya ya dicho?

Si te interesan, dales una chequeada.

Bueno, y eso es todo por acá.

400

¡JA!

¿Quien lo diría?

Cuatrocientos decires and going, and going, and going ....

Cual conejito de duracell.

Y bueno, todos tenemos algún rasgo en lo que sobresalimos y el mio es, precisamente, la duración.

Largo aliento.

Iremos por otros 400 más, para empezar.

O por ver hasta dónde me dan los ánimos y el físico. Digo, es un decir.

martes, 9 de setiembre de 2008

Simple geografía.

Hoy leí que Chemo Del Solar busca la victoria.

Y yo pienso ... que es recontra fácil.

De la Videna, doblas a la derecha por Aviación y ... tres cuadras y ya está: La Victoria.

Mira que hay gente que no ve lo evidente. Digo, es un decir.

lunes, 8 de setiembre de 2008

Enrumbado.

Simplemente aguzo la vista y pienso. Las cosas podrían ser diferentes. El mismo pensamiento tras una nueva agudeza de vista. Es un constante pasar y pasar y repetir y repetir las mismas reacciones, la misma mirada, la misma sonrisa, el mismo giro, el mismo ángulo y la misma inclinación.

A veces me siento sorprendido, a veces no. A veces pienso en lo diferente y otras en lo igual. Las manos fijas en el volante pensando más en lo que no tienes que en lo que lograste y el camino adelante ... borroso. Con las plumillas avanzando a un ritmo que no logra encajar en esta fina garúa limeña, fallido intento de imitar lluvia, ya que o va muy rápido que hace chillar el vidrio o muy lento que no evita que se junten demasiadas gotas.

Y sigo pensando mientras esquivo los parches de las calles de esta ciudad llena de baches, la imposibilidad de que un carro ruede sin que encuentre en su paso motivos de golpe, salto, giro y esquivo.

Las cosas podrían ser diferentes.

Pero ... ¿quiero realmente diferencia?

El pentagonito se alza como una mole negra y oscura. Se adivina su presencia más que verse su silueta. El héroe lanza el grito al cielo nublado, brumoso, pluvioso. Los últimos rompemuelles golpean las ruedas del vehículo y yo siento ya el calor del heater que sin decir ni una sola palabra me clama a gritos su frustración en la imposibilidad de calentar adecuadamente un ambiente. Hace frio y no estas. Las cosas podrían ser diferentes.

Mientras espero que los ojos se me cierran, volteo buscando el lado más fresco de la almohada y me olvido de todos y de todo. Ahí ya no quiero diferencia, sólo quiero pausa. Sueño con decisiones tomadas y que no cambiaré, sueño con lugares añorados y que no visitaré, sueño con personas cercanas y otras no tanto. Sueño que manejo sin tener que evitar baches. Las cosas podrían ser diferentes.

Despierto con pesadez abdominal y deseo no despertar. Mezcla de cansancio y aburrimiento me aplastan a las sábanas tantas veces acomodadas y vueltas a acomodar y tantas veces arrugadas y vueltas a arrugar, bajo el calor facil del edredón y de espaldas a la vida que me llama desde cuatro metros. La rutina no me mata, me mata la incertidumbre. Si todo fuera igual no habría problema pero ... todo es distinto cada día. Las cosas son, paradójicamente, diferentes.

Vuelvo a salir y vuelvo a aguzar la vista, la misma mirada, la misma sonrisa, el mismo giro, el mismo ángulo y la misma inclinación. Y a veces, sorprendido, me sorprendo que no me importa que me sorprendan o me sienta sorprendido.

Need a vacation. Digo, es un decir.

lunes, 1 de setiembre de 2008

En las noches ...

... al acostarme, tengo miedo.

...

Tengo miedo de que venga el Ministro de Salud y me despierte a mi también.