viernes, 29 de setiembre de 2006

Para terminar

Yo solo posteo de lunes a viernes. Creo que no pasan de tres o cuatro los posts que he hecho en sábados o domingos. Asi que lo mas probable es que hoy sea el último día de septiembre que posteo. Ahora, eso no tiene ninguna relevancia en especial, a no ser por el hecho de en el archivo de abajo a la derecha se abrirá una nueva pestaña que dice "octubre".

Y voy a poner otra canción. Desde que hice éste post empecé nuevamente a escuchar a Ataque 77 y, caray, que me gusta cómo tocan.


Arrancacorazones es una canción que podría calificarse como una balada, pero es el tipo de baladas que me gustan, de esas que no te causan bostezos sino que es lo suficiente lenta y fuerte a la vez. Salió en el album Antihumano, uno de los discos mas vendidos de Ataque y que ya ha superado el platino.

Para mi es una canción buena por dónde se le mire. Digo, es un decir.



Arrancacorazones - Ataque 77

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jueves, 28 de setiembre de 2006

Fumar



El primer cigarro que fumé me lo dió mi madre. Había organizado un evento junto con las demas esposas de los jueces de Huancayo y, ya terminando la tarde, éstos se acercaron y le servían vasos copiosamente llenos de cerveza. Yo me acercaba a picarle la chela y ella, agobiada por la cantidad de gente que le asediaba, optó por librarse del crío que sumaba un fastidio mas y le dio el cigarro para que se entretenga bien lejos. "Andate para allá y que no te vea tu papá". Mi viejo tambien estaba que daba vueltas por ahí. Yo ya tenía 13 años y me fui obediente al otro lado para departir tiempo con mi nuevo juguete. No fumaba, sólo mantenía el humo en la boca y lo botaba. Ahí empezó todo.

Yo fumo. Ya está, lo dije. Nunca fuí un fumador de cajetilla diaria pero fumé mucho y ahora tambien fumo cuando me encuentro en especiales estados de ánimo. Es decir, cuando estoy totalmente tranquilo no me dan ganas de prenderme un pucho. Me dan ganas de tomarme una gaseosa, por ejemplo, pero no de fumarme un pucho. No fumo despues de almorzar ni antes de dormir. Tampoco fumo en el baño. Yo ya identifiqué los cuatro estados de ánimo que me hacen fumar y vamos, que si no fumo regularmente, en esas oportunidades lo hago como chino en quiebra.

Primera: fumo cuando estoy cheleando, la cerveza llama al cigarro y siempre que estamos sentados en algun bar con los patas y con un pomo helado al medio, nos prendemos un pocholo cada uno y asi sucesivamente hasta que dejemos de tomar y nos vayamos a nuestras casas.

Segunda: fumo en el estadio. Especialmente si el que juega es Perú o el Cristal en algún partido importante. Fumo aproximadamente seis o siete cigarrillos por tiempo, lo que hace un total de catorce por partido.

Tercera: fumo cuando estoy angustiado, lo que pasa recurrentemente. Cuando estoy demasiado ansioso el cuerpo o la mente me pide un cigarrillo.

Cuarta: fumo cuando estoy sumamente molesto. En estas dos últimas situaciones mi consumo de tabaco es sorprendente debido a la velocidad con que lo hago, aunque mas que sorprendente, preocupante.

Hubo una oportunidad que fumaba incluso cuando estaba trabajando pero, felizmente, ya me quité la costumbre.

Y es que, tal como reflexionó Ribeyro en su relato "Sólo para fumadores" (si no lo has leído pues deja de una vez de leer este blog, búscalo y leelo que te resultará mas provechoso que todo lo que yo pueda escribir y no te demorará ni una hora), el fumar no es algo agradable, él mismo lo dijo y a pesar que no asumía una crítica directa, tampoco asumía una defensa abierta. Reconocía que amarilleaba los dientes, las manos, era dañino a los pulmones y atrofiaba el paladar y la pituitaria. Tampoco era agradable. Pero ... él siguio fumando hasta que el cancer de pulmón se lo llevó.

La lista de defectos es grandísima. Pero yo tampoco voy a asumir ni una postura crítica ni una defensa abierta. Manifiesto sí mi intención de cada vez fumar menos (por lo pronto ya no voy al estadio, lo que me quita un motivo) pero debo reconocer que, especialmente en momentos de colera o de angustia, regreso al pitillo que me consume.

Dicen que no es uno el que consume al cigarro, que es el cigarro el que lo consume a uno, pero tambien, si no se han dado cuenta, la vida misma nos consume lenta, inexorablemente día a día. Cada día nos gastamos un poquito mas. Hay gente a la que el cigarro le da placer ¿por que negárselo? Total, uno ya es grande. Personalmente no le encuentro ningún tipo especial de placer al fumar y por eso es que espero, dentro de poco, poder postear y decir que ya no fumo. Bueno, salvo los viernes y sábados que salga con los muchachos. Digo, es un decir.

Mas vale tarde

Me estoy conociendo. Algunos de mis procesos mentales ya los tengo identificados, conozco sus causas, sus efectos y hasta la forma cómo controlarlos y evitarlos. Miro para atrás y me veo como era, tan agresivo, tan intolerante, tan resentido, tan callado, tan reservado. Vamos que realmente debió ser dificil soportarme ¿eh? Y lo mas probable es que lo siga siendo.

Y eso hace que ciertas percepciones que he tenido hayan cambiado. Entonces ciertos personajes de mi historia ya no aparecen tan terribles como los pensé, los recordé y los etiqueté. Tal vez el terrible haya sido yo y mi accionar haya causado tantos muertos y heridos en lineas ajenas como los he contado yo en las mias. Y todo eso sin que yo me de cuenta. Pero bueno, tampoco es tiempo de intentar resucitarlos (a la par de que es prácticamente imposible), tampoco es tiempo para preguntar ¿o si?

Pero creo que de lo que si es tiempo es de reconocer y rectificar. Decir a los personajes "gracias por participar en esta historia" y sobre todo, pedirles disculpas por los muertos y heridos. Aprendimos a vivir en ese camino y gran parte de lo que es hoy se debe a ellos, a los muertos y heridos. Por ellos, por los mios que los conte y los conte varias veces y los eche a las caras de las personas, como piedra que lanzaba para intentar luego, una vez lanzada, recogerla y hacer como que nunca fue lanzada; pero sobre todo por los tuyos en los que nunca me detuve a pensar.

Gracias y Disculpas. Nunca te las dí, tampoco te las pedí. Creo que ya era hora ¿no? Digo, es un decir.

Hoy

Hoy quiero dormir. ¿Nunca han tenido la sensación de querer dormir meses, de tal manera que cuando despiertes ya no tengas que pensar en las cosas que estas pensando hoy? Bueno, pues yo hoy quiero dormir meses, tres por lo menos. Y esa sensación es recurrente, me viene regularmente, quienes llevan años soportandome ya me las conocen. Lo triste es que por mas que quiera no puedo dormir mas de ocho o nueve horas, esforzándome.

No se si es flojera o es que simplemente no quiero trabajar. ¡Puf! En fin.

Claro que luego me pongo a pensar si es que en la oficina me seguirían esperando luego de que me haya quedado dormido tres meses. Creo que no. A fin de cuentas parece que no sale tan a cuenta (valga la redundancia) dormirse tanto tiempo. Ni modo, no se puede tener todo. ¿O si? Por lo menos me queda el consuelo de que ya llega la hora del almuerzo, y aunque no tengo hambre, podré salir de la oficina. Digo, es un decir.

miércoles, 27 de setiembre de 2006

Pica

Estuve leyendo los blogs que siempre leo y esta vez me detuve a leer entradas anteriores que me dejaron que pensar y que nunca pude terminar de darles todas las vueltas que quise. Asi regresé a éste post de Mu. Los invito a que lo lean antes de que continuen leyendo éste por que lo que sigue es una referencia a él y si no saben de que se trata, pues se quedan en la mitad.

Y es que a mi tambien siempre me ha causado un poco de fastidio lo bien que se equipan ellos y lo mal que nos equipan a nosotros. A pesar de que suscribo la idea de que la imagen vende y que justamente son ellos los que hacen la imagen. Eso es innegable. Gracias a Dios ya pasé la etapa de practicante, donde pasaba nueve u ocho horas al día en el cuarto de la terraza, muriéndome de calor y metido entre libros de hace mas de 15 años y papeles con una capa de polvo mas gruesa que el papel mismo. Y eso que el estudio no era malo, para nada.

Hoy por hoy no puedo quejarme, tengo quizá mas comodidades de las que he pedido, y si quisiera ser ácido, tal vez más de las que necesite en realidad. Pero bueno, tampoco es que tenga un televisor plasma. Preferiria un frigobar.

A lo que iba era que en realidad a mi si me fastidia el hecho de que el equipamiento de una oficina no se haga en virtud a la funcionalidad del puesto (vamos, es evidente que quien esta arriba efectua labores algo mas importantes que las tuyas) sino por el simple hecho de marcar diferencias entre ellos y tu. Un tema de resaltar innecesariamente una jerarquía que, en la estructura de una oficina, resulta de por si evidente. Es decir, yo se que eres el dueño de la empresa pero no tienes que mandarme a trabajar en una mesa antediluviana mientras tu te pierdes en escritorio King Size.

Y lo peor es cuando, por arte de magia, las comodidades llegan a extenderse a otras personas, pasando por alto su importancia o su puesto, saltandote olímpicamente a ti y a otros mas que tambien se merecerían las goyerias. Me explico usando el mismo ejemplo, supongamos que los escritorios de la oficina tienen mas de treinta años, parecen carpetas, no tienen cajones. El jefazo tiene, en la oficina que nunca ocupa, una mesa de directorio para él solito. De pronto, sin que nadie sepa nada, un buen día entran unos muchachos trayendo un buen escritorio. Que bien, piensan todos, cambio en el mobiliario. Luego se dan cuenta de que sólo era UN escritorio. Y que el escritorio va para fulanita, que ha entrado hace poco y que para el día hablando por telefono. ¿que ha pasado? Ya sabemos todos que está pasando. Ojo, y el ejemplo es unisex ¿eh?

Y es que si el jefazo hace alarde de comodidades frente a nuestras incomodiades, no hay nada que hacer, pero cuando es otra persona la que goza comodidades y no por lo que hace o lo que significa sino sólo por lo bien que supo relacionarse, eso si marca pica. Y bastante. Y lo triste es que, luego de eso, no importa si la persona demuestra que en efecto lo vale, ya todos diremos que lo que consigue, no es por su aplicación en el trabajo, precisamente. Digo, es un decir.

martes, 26 de setiembre de 2006

Chiste viejo (2)

Ladrón: Señora, deme su cartera o la degollo.
Señora: ¡Goyo! dale la cartera a este señor.

Me remito a lo ya escrito

Desde que ayer me enteré de la noticia del accidente de Dario Silva, pensé en postear al respecto. Y lo iba a hacer, hasta que me ganaron por puesta de mano (o por puesta de post). Mi hermano Iván ha dicho casi lo mismo que iba a decir yo y casi con la misma idea, caray. ¿Les comenté que es mi hermano?

Bueno, pero como soy terco y decidí hacer un post al respecto, pero como Iván me ganó la idea, pues lo mas sabio es hacer mutis y remitirme por completo a lo ya escrito, que es como si lo hubiera escrito yo.

Asi que mi post está acá: Mi amigo Dario

Yo no lo hubiera dicho mejor. Digo, es un decir.

La sinceridad duele

Y eso es verdad. ¿quien acaso no ha dicho siempre que es "una persona que dice las cosas de frente"? Todos lo dicen, pero pocos lo hacen. Claro, y es que no es socialmente correcto ir por la vida diciendo "soy una persona que no dice lo que piensa, mas bien le doy largas vueltas al asunto en vez de soltar mis impresiones". Y es que, por otro lado, tambien existen los reparos respecto a cómo la otra persona va a tomar lo que tu dices o si es mejor no decir nada para no herir susceptibilidades. "Si no tienes nada bueno que decir, mejor no digas nada".

Bueno pues yo no solía ser asi. Dificilmente decía lo que pensba y muy pocas veces se lo decía de frente a esa persona de quien hablaba. Casi siempre sonreía y me mordía la lengua para no decir nada. No obstante, tambien me he presentado ante los demas como "una persona que te dice las cosas en la cara". Mea culpa.

Pero eso, como era previsible, trae problemas. Es muy cómodo querer que los demás te sean sinceros y no serlo tu. Y en las últimas semanas esa falta de comunicación me trajo muchos problemas. Asi que decidí empezar a decir las cosas que pienso y que siento. A veces cuesta, a veces es muy divertido. Pero se siente bien. Te liberas de un peso y tienes la certeza que, más allá de que lo que digas sea bueno o malo, estas haciendo lo correcto desde tu punto de vista. Si quiero hacer algo, lo digo, si quiero no hacer algo, lo digo. Si tengo motivos para algo, los voy a decir (asi no les guste) y si no tengo motivos (que tambien suele pasar, eso de querer algo sin saber por que se quiere o sólo por quererlo) tambien lo diré así de directo.

Llevo poco mas de una semana en eso y me siento mejor. Ya no he vuelto a tener la magnitud de problemas que tenia y hasta inclusive me he ahorrado un par que, si seguía actuando como hasta entonces, prometian darme muchos dolores de cabeza. Me gusta eso. Espero que cuando me termine de formar el hábito, sea por fin una persona que dice las cosas de frente siempre y a todos.

Claro que, en el camino, ya deje heridas. No a todos les gusta que seas sincero con tus opiniones y parece que incluso preferirian que les sigas sonriendo pienses de ellos lo que pienses. En fin, es dificil caerle bien a todo el mundo. Me conformo con caerme bien a mi mismo. Claro, y sobre todo a ti. Digo, es un decir.

lunes, 25 de setiembre de 2006

Tan insual como el día que llueva de abajo a arriba

Hay cosas que uno simplemente ya no espera que pasen. Asumes que las cosas van a quedarse sempiternamente en el estado a que llegaron en un determinado momento y que el resto del devenir temporal sólo traerá la confirmación de tus sospechas: que nada va a cambiar.

Sin embargo, un buen día sin que te lo esperes, te das con la sorpresa de que lo que pensabas eterno e inmutable había cambiado. Esa rara efemérides requiere un homenaje o, por lo menos, un alto en el camino para conmemorarla.

Asi que, ante uno de esos hechos, me detengo y se los comento. ¿qué pasó? Pues que este blog en especial perteneciente a un buen amigo mio, en el que yo pensaba que nunca jamás volvería a leer nada nuevo, tiene un nuevo post.

Y eso merece que se celebre. Digo, es un decir.

La herejía del sonámbulo



(Ubicación en la casa de Sonámbulo. Día Domingo a las 7:30 am. Suena el timbre del intercomunicador)
Sonámbulo: zzzzzzzzzz
(Suena nuevamente el timbre del intercomunicador)
Sonámbulo: que conteste mi hermano
(Suena nuevamente el timbre del intercomunicador)
Sonámbulo: ya se cansará y se irá
(Suena nuevamente el timbre del intercomunicador y esta vez por dos veces. Sonámbulo se levanta, busca sus sandalias, y se dirige al intercomunicador, descuelga el auricular de mala gana).
Sonámbulo: Pse
Testigo de Jehová : Buenos días señor, disculpe, estamos haciendo una pregunta: ¿Sabe usted qué es el "reino de Dios"?
Sonámbulo: Si, es una cevichería nueva que han abierto en Chacarilla.
(Sonámbulo tira el intercomunicador, se da media vuelta y se dirige a su cama)
Sonámbulo: Chetumé!

viernes, 22 de setiembre de 2006

Más comerciales

Revisando los comerciales argentinos de los mundiales, uno se encuentra con cosas muy simpáticas. Como este del mundial Italia '90 donde se mofan de los mismos italianos. Realmente da pena cuando el narrador dice "siamo fuori".



O este donde se mofan de los brasileños.



Y este clásico que fue del 2002, mucho canto, mucha alegria pero los mandaron a su casa en dos patadas.



Bueno, por el momento basta de argentinos. Digo, es un decir.

Dia laborioso


Hoy he estado con chamba. Mucha chamba. Desde ayer en la noche que tenía que entregar algo y recien ahora lo estoy terminando. Eso ha causado que no pueda postear nada durante el día (aunque posiblemente postee algo mas hoy antes de irme) y que, incluso, ni siquiera haya tenido alguna idea respecto a lo que sería bueno postear. Simplemente tenía la cabeza metida en otra cosa, entre leyes, reglamentos y artículos especializados.

Me gustó.

Hacía tiempo que no andaba tan metido en mi papel de abogado. Caramba. En dias como estos siento que no me equivoqué al elegir y eso me hace feliz. Digo, es un decir.

jueves, 21 de setiembre de 2006

Yo tampoco me arrepiento

Cuando le dije a Iván, mi hermano mayor, el título de la canción que estaba queriendo encontrar (eso pasó el año pasado) no pudo esconder el rictus de desagrado sincero que le causó. - Eso es una chicha - me dijo.

Y es que si, él al igual que yo y que muchas otras personas escuchamos esta canción como una cumbia cantada por una de las tantas intrascendentes cumbiamberas que salieron hace cinco años y que ya desaparecieron (tiempos que se fueron y no volverán, gracias a Dios). La canción, pegajosa como toda cumbia, se quedo en la memoria. Por eso me llamó tanto la atención cuando la escuche en su versión original, tan igual, tan distinta, tan bonita. El día que escuché esta versión estaba con Iván almorzando en un chifa pero a él no le llamó la atención por lo que veo.

Luego pasó un buen tiempo sin que la escuche, un par de años, fácil. Mi pata Hugo la trajo desde mis recuerdos polvorientos y desde entonces la escucho continuamente.

Ataque 77, genial banda argentina, y "No me arrepiento de este amor".



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Luego Quilmes la utilizó para su comercial con motivo del mundial 2006 e hizo una muy buena propaganda; con pasión, como hacen ellos las cosas que tienen que ver con su fútbol. Incluso se vio aca por el cable. Si no la recuerdas, puedes darle una chequeada:



A veces me dan ganas de cantarla a voz en cuello. Yo tampoco me arrepiento. Digo, es un decir.

No me vas a convencer

Es increible como la gente que cree pugna en cada momento por hacer que mas gente crea lo que ellos creen. ¿Es que acaso te dan un premio por catequizar? Cuando yo creía, nadie me ofrecía premio alguno.

El sabado pasado fuí a cortarme el pelo. Mi peluquero es un señor de unos cincuenta y algo años, mas o menos. Ex marino y sujeto sumamente religioso. Esto último lo deduje en un primer momento por los afiches de José María Escrivá de Balaguer dispersos por toda la peluquería. No sólo es católico, pensé, lo mas probable es que sea del opus o pro opus, seguramente uno de esos que defienden, respetan y quieren al cardenal. Pero hace un buen trabajo y por eso voy ahí.

El sábado fui a la peluquería con un libro en la mano. Estoy leyendo "Por quien doblan las campanas" de Hemingway. Ni bien me senté me preguntó qué estaba leyendo. Le mostré el libro y acto seguido él me pregunto si yo leía mucho. ¡Zas! - pensé - en este mismo momento me va a preguntar si leo la biblia. No lo hizo. Para mi alivio empezó una diatriba respecto a cómo hay que leer varias versiones sobre un mismo hecho para poder tener una visión completa de algo. Por ejemplo - me la soltó - como esa película del Código Da Vinci.

Mi opinión sobre ese libro y su película ya lo expuse antes acá. Pero igual se lo dije de frente. "Eso es una tontería", fue mi respuesta y tal parece que coincidimos en la opinion pero definitivamente no por las mismas razones. Segundos despues puso una cara de frustración, seguramente por que esperaría que yo sea un entusiasta del libraco y podamos tener un debate en el cual, ayudado por la divina providencia y por las enseñanzas de la Santa Madre Iglesia, él me iba a demostrar mi error. No le salió la jugarreta.

Entonces volvió al ataque y me preguntó respecto al libro que leía. ¿De que trata? De la guerra civil española, respondí. Y los ojitos le brillaron detras de los anteojos.¡Ah! esos libros tambien hay que leerlos con cuidado por que dependiendo del autor, no cuentan la verdad. ¿Ahora por donde me va a salir?, pensé. Por ejemplo, hay un libro (me dijo el título y el autor, datos que procuré olvidar lo mas pronto posible y que ya lo hice) donde cuentan la verdadera historia de la guerra civil española y narran cómo el hermano José María ayudó a aliviar el dolor de las víctimas. ¡Eureka! - pensé yo - ya sé a qué venía el cuento. Y acto seguido me conversó sobre la bondad del hermano José María. Claro, no me habló de cómo, en sus sermones, el hermano José María le limpiaba las botas de sangre a Franco, pero eso son detalles secundarios ¿no, Chema?

Luego de eso empezó a hablarme de la biblia y los mandamientos y de un libro genial que tenía que desenmascaraba todas las mentiras sueltas en el Código Da Vinci (¿otra vez? ¿es que no tienen otra cosa en qué pensar?) y el cual ofreció prestarme cuando acabe de leer a Hemingway. Felizmente ya estabamos en la parte en que me terminaba de rasurar las patillas. Cuando desprendió la tela protectora salí de un salto de la silla y fui raudamente a pagar el corte. Mientras me dirigía a la puerta y cruzamos las respetuosas despedidas, me hizo recordar que la proxima vez que fuera me iba a prestar el bendito libro del que me habló.

Pienso yo, ¿acaso es tan dificil no ir por la vida incomodando a la gente mientras intentas convencerles de algo que quizá no quieran saber? Digo, es un decir.

miércoles, 20 de setiembre de 2006

Curiosa coincidencia.

Ahora, mientras le daba una mirada a mi anterior entrada, caí en cuenta de un detalle que había pasado desapercibido para mi. De repente alguno de ustedes puede darme una idea.

¿Alguien sabe por que razón el coronel Francisco Bolognesi, héroe nacional, siempre es retratado siempre con casaca azul y pantalón rojo ....


... cuando esos colores eran el uniforme del ejército chileno?


Agradeceré cualquier pista al respecto. Digo, es un decir.

Tal parece que no va a poder.

Tacna 9


Tacna siempre se me pareció un sitio simpático. Aún antes de que lo conozca y, luego de conocerlo, tambien. Es un sitio agradable. Se nota peruano y a pesar de estar tan lejos, uno se siente en su patria. Ademas, para mi Tacna era algo como el Far West de mi país. La última frontera para un peruano como yo que he vivido casi toda mi vida en el centro geográfico del país.




Ayer en la noche me sentí, por un momento, hincha acérrimo del Club Coronel Bolognesi tacneño y quise que el "Bolo" logre el buen empate que necesitaba para pasar a la tercera fase de la Copa Sudamericana. Claro, causando la eliminación de los chilenos del Colo Colo. No pudo.




Ayer, mientras salía para mi casa, me di cuenta de que, 127 años despues, Bolognesi sigue sin poder contra los chilenos. Digo, es un decir.

La ruta


¿Cuál es el límite entre lo tierno y lo empalagoso? ¿entre lo interesante y lo insoportable? ¿Entre lo armónico y lo huachafo? Creo que uno no se da cuenta de la existencia de ese límite pero si te das cuenta cuando lo pasaste o cuando ves a alguien pasarlo. ¡Teeeeeet! suena la alarma y todos sabemos que ahí, hay algo malo.

Ahora que me pongo a pensar, es realmente dificil saber cuanto de algo es bueno y cuanto de algo no. "Bueno es culantro ....". Y es mas bien fácil perder la ruta y, con ella, la perspectiva de las cosas y terminas haciendo cosas que quizá, nunca quisiste hacer, decir o parecer. Pucha que complicación.

Espero no estar cerca de los límites. Espero tambien darme cuenta cuando lo esté y no perder la ruta. Que este blog no pierda la ruta, cualquiera que esta sea. Digo, es un decir

P.D. Por cierto, hoy tambien es día de pago.

martes, 19 de setiembre de 2006

Ahora resulta que no soy el escribidor (¿dónde leí un titulo parecido?)

Seamos sinceros y no modestos. En la familia el que se suponia escribidor era yo. Yo soy el que tiene la biblioteca en franco aumento, el que lee de a dos o tres libros por mes, el que siguió una carrera de letras, el que es feliz mientras en su computadora siga funcionando el word. ¿Mis hermanos? Bueno, el mayor es el ingeniero, el de los cálculos exactos e imaginación y estrategias claras. El del medio es el "handy man", el curioso, el habilidoso. ¿Yo, el menor? Bueno, a mi me quedó el papel del leedor, el escribidor, el que sigue al mayor en sus estrategias y mira al del medio mientras hace mil y un ingenios prácticos para solucionar cualquier problema solucionable, el que cuenta historias y anécdotas y a quien le preguntan cómo se escribe tal o cual palabra.

Fue ya hace meses que mi hermano del medio publicó su primera publicación. Un ensayo sobre medidas de seguridad en su empresa, le tomó algún tiempo escribirlo y lo publicó. Asi de simple. Yo, el supuesto escribidor, hace mas de 10 años que busco el tema para escribir mi primera publicación. Este año publicó un segundo librito donde ya no se limita al ensayo sino que aventura ciertos dialogos como mecanismo para dar a entender el mensaje que quiere transmitir. Y sus diálogos resultaron fluidos, sinceros, nada finjidos. Mi hermano escribe hasta con técnicas literarias.

Mi hermano mayor, el ingeniero, tiene su propio blog y últimamente lo ha empezado a poner en movimiento. Y el otro día me sorprendió. Leí un cuento que puso que me pareció muy bueno. Cortito, pero bueno. Real, sincero, contundente. En efecto, le reviento cohetes. Y les pido que lo lean y confirmen con sus propios ojos lo que digo yo. Está aca.

Me gusta sobre todo la parte que dice " Y lo peor es que no se puede apagar como una vela, es un proceso largo y penoso, como una gota de brea sobre la pared, una pena que recrudecerá con cualquier detalle, agonizará en miradas perdidas y se ahogará en llantos mudos, aunque generalmente el que menos llora es el que mas sufre, y el olvido por mas que lo esperes demorará."

Qué puedo decir, me gustó realmente.

Tal parece que, a fin de cuentas, yo no era el escribidor. Digo, es un decir.

Mi causa

Siempre todo el mundo dice que tiene pocos amigos. La gran dicotomía entre "amigo" y "conocido" y en la cual desterramos al segundo cajón a la mayor parte de gente con la que interactuamos. Asi, un conocido es una persona con la que compartes algo pero no lo suficiente como para que se convierta en tu amigo. ¿Cuál es el límite? No tengo la menor idea. Pero existe y todos indistintamente lo usamos y señalamos sin reparos que "a lo más" se puede tener uno o dos "amigos".

Pues yo creo que tengo más que eso. No sé si sea demasiado confiado o demasiado cándido pero, si la cuenta no me falla, considero tener siete u ocho "amigos". Vamos, es casi cuatro veces lo usual ¿no? Y si bien se dice que un amigo puede ser como un hermano aunque a veces un hermano no llegue a ser necesariamente un amigo, felizmente puedo contar entre mis "amigos" a mis dos hermanos. Eso si es una alegría.

Pero tambien tengo un amigo que hace tiempo que ha llegado a ser mi hermano.

Y como ayer ha sido su cumpleaños, y como nos quedamos pisqueando unas horas en su casa y como debido a eso acabo de llegar al trabajo con un ligero cansancio, inusual para un martes, pues vaya un post por mi pata. Feliz cumpleaños, Hermano.

lunes, 18 de setiembre de 2006

1.000

Hace algún tiempo puse el contador allá abajo a la derecha. Y lo puse con una frase que me daba ánimos. 1000 vistas no es gran logro (sobre todo considerando que varias de ellas fueron mias) pero es un numero redondo y vale la pena celebrarlo (aunque sea con una pequeña pausa). Ademas la vida misma debe ser una constante celebración.

Gracias al 999, de quien no sabía que entraba al blog, y que tuvo la oportunisima idea de avisarme que lo era. Beso a la 1000 a quien le di la noticia para que lo sea y reciba el regalo mas simple que le puedo dar pero con el mismo significado de todos. Y gracias a los pocos que se quedaron con las ganas. je.

Vamos a por otro numero redondo más grande que ese. Digo, es un decir.

viernes, 15 de setiembre de 2006

Un amigo, Rubén.

Hace muchos años, en la casa de una tía mia que siempre me acogió con mucho cariño, pasaba los ultimos días de verano antes de que me tuviera que ir de regreso a Huancayo. Mi primo, de pronto, me sorprendió con la música que salía de su cuarto. Era un ritmo distinto a los que siempre escuchaba y eran canciones que me sonaban conocidas y muy agradables. Supe entonces de la música de Rubén Blades y puedo decir que me gustó. En Huancayo la moda hizo que me olvide de Rubén y me puso a escuchar cosas que hasta ahora procuro olvidar.

No fue sino hasta dos años despues, ya en la universidad, donde un amigo que empezaba a conocer me mostró un cassete original de Rubén Blades (aún existian cassetes y estos aún eran apreciados) y, ¡oh! sorpresa, era la misma versión de las canciones que escuchó mi primo hacía ya tiempo. Lo escuché pero no le presté mucha atención. Fue tres años despues de eso cuando me picó la curiosidad y empecé nuevamente a escuchar a Rubén. Desde ahí no he parado. He logrado juntar toda la discografía completa de todas las maneras posibles y me ha costado años de búsqueda. Si hoy me gusta la salsa, es por obra y gracia de Rubén Blades.

Ahora Rubén tiene un puesto en la administración pública de su país, Panamá, y se ha convertido en el rostro turístico de su pueblo. Hace poca música y sus incursiones son cada vez un poco menos salseras. Pero no importa. Escucharlo siempre es grato.

Hace ya un par de años, uno de sus ex compañeros de lo que fue la banda "Seis del Solar", el neoyorquino Oscar Hernández, juntó varios músicos muy buenos y creó la Spanish Harlem Orchestra. En el segundo disco de esta banda, Rubén participó. Y nos dejó buenas canciones. Totalmente apreciables, incluso para quien no le gusta la salsa, sobre todo por la pericia de los instrumentos.

"Un gran día en el Barrio" es una de esas canciones. Repite el nombre que tuvo el álbum debut de la agrupación y es la primera pista de su segundo álbum, "Across 110th street". Y como hasta ahora no he compartido una salsa con ustedes, aprovecho la ocasión y lo hago. Basta un botón, para empezar. Digo, es un decir.



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miércoles, 13 de setiembre de 2006

Mi fido di te

Lorenzo Cherubini es un artista de quien no he ocultado mi afición. Hace Hip Hop pero felizmente no es lo único que hace. Jovanotti tiene varias buenas canciones incluyendo algunas baladas y otros géneros no tan clásicos.

A mi por lo general no me gustan las baladas. Bueno, seamos hidalgos, me gustan muy pocas baladas pero la mayoría me hacen dormir, me dan sueño. Si me ponen radio A o radio Ritmo en el trabajo me condenan irremediablemente al sueño largo y profundo. Alguna vez, mi hermano me comentó que las mejores baladas que él ha escuchacho (y debe haber escuchado mas baladas que yo, por algo esta mas años en el mundo que yo) son las que han sido interpretadas por los grupos que tocaban rock pesado o metal. A mas pesado el rock, mejor la balada. ¿Por que? Porque, al estar acostumbrados a hacer las cosas fuertes, ellos no se metian en empalagosamientos (uy, que palabro).

Bueno, pues a mi me gustan las de Jovanotti. Que no hace rock pesado y tal vez puedan ser empalagosas en algun momento pero ... son distintas. Ademas que a mi el idioma italiano me tiene con el interés al tope. Y Jovanotti me sorprende de rato en rato.

Su último disco se llama Buon Sangue (la traducción literal sería: "buena sangre" pero supongo que la expresión es un idiomático que significa algo en especial). Salió el año pasado y a mi me ha gustado en líneas generales. La segunda canción de ese disco es Mi fido di te, que vendría a significar algo así como "Confío en ti".

En el coro de la canción hay un verso que dice lo siguiente: "La vertigine non è paura di cadere ma voglia di volare", que es una frase que me gusta mucho por que dice algo que yo tambien pensaba. El vértigo no es miedo a caer, sino ganas de volar. Ya hablaremos luego del vértigo, acá les comparto el videito de la canción. Espero les guste, digo, es un decir.

lunes, 11 de setiembre de 2006

Chiste viejo


"-¡el otro día me tomé un foto sin flash!
-¿y que pasó?
-que Flash se resintió"


Pues si, viejo como Noé y tonto además, pero todavía me hace reir como la primera vez que lo escuché. Debe ser la parte de mi inocencia que se niega a dejarme.

Años despues lo vi en su versión fotográfica y tambien me sigue haciendo sonreir.



Digo, es un decir.

Vivir sin saber

Tenia clase de Derecho de la Competencia 1 a las 9 en punto. Es más, no sólo tenía clase, tenía control de lectura. Como siempre, no había leído. Como siempre, me había quedado dormido. Como siempre, tenía que ir sin siquiera desayunar. Como siempre, tendría que tomar un taxi. Durante la universidad siempre tuve problemas para llegar temprano a clase, empiece ésta a la hora que sea. Mi porcentaje de faltas debe ser fácilmente superior al 65%, no sé como aprobé. Pero ese día, yo tenía que llegar a las 9 por que el profesor, simpático abogado de apellido inolvidable (se apellidaba Felices y enseñaba bien su curso) cerraba la puerta y yo ya no podía perder un control de lectura más (en el escaso mes que iba del ciclo ya había perdido dos precisamente por quedarme dormido).

Iba pues yo sentado en mi cómodo Tico por la Costa Verde rumbo a San Miguel faltando escasos diez minutos para las nueve cuando radio Ke Buena interrumpió la tecnocumbia de moda (tiempos que no volverán, felizmente) y nos contó que en Nueva York un avión se había estrellado contra una de las torres gemelas. Mi pensamiento estaba en el texto que tenía que entender para mi control, así que mi reflexión al respecto fue mas bien distraida. "Claro, si son tan altas, algún día tenía que pasar" pensé y volví a mi texto que ya estaba empezando a entender.

Llegué a dar mi control, Felices no dijo nada sobre el incidente y en el salón nadie comentó nada, yo me olvidé del tema. A las 10 y 30 salí de mi clase y me dirigí a la facultad de derecho. En el camino escuché dos o tres menciones a los aviones. "Ah, cierto, los aviones, que gracioso" pensé. Al entrar en la facultad dos muchachos se saludaron a pocos metros de mi y uno de ellos dijo "esto tiene que se un ataque, vas a ver que se viene la guerra". "Mira que hay gente que piensa tonterías" pensé "se cae un avión y ya creen que hay guerra. ¿Acaso no se puede caer un avión? ¿Acaso acá no se caen a cada rato?"

No encontré a nadie en la facultad así que me dirigí a la cafetería de artes. Iba a pedir un triple y una coca cola ya que no había desayunado. Hice mi cola, pagué mis cuatro soles cincuenta y me fui a sentar en una mesita vacía. Al frente mio tenía una televisión prendida en CNN, todo el mundo la veía interesadísimo. Le zampé un mordisco a mi triple, tomé una bocanada de mi coca cola y en el momento mismo que pasaba el primer sorbo enfoqué mi atención en la pantalla y vi como se caía la última torre ante mis propios ojos. "Chucha" pensé.


Lo que vi fue una repetición, logicamente, hacían ya diez minutos que se había caido la segunda torre. Vi todas las repeticiones, el primer avión, el segundo avión, la primera torre, la segunda torre, el polvo. Me quedé boquiabierto sentado viendo las imágenes durante quince o veinte minutos más. Pensaba que mientras todo eso pasaba, yo estuve despierto, viviendo, pero era como si no hubiera estado viviendo en este planeta. Creo que era el único sujeto sentado en esa cafetería que recién se estaba enterando de las cosas. De eso ya han pasado cinco años, no recuerdo cuánto saqué en mi control de lectura.

En realidad, podría decir que ese acontecimiento cambió mi vida, lo cual no es cierto. Podría decir que cambió el giro de la historia, lo que es cierto pero lo dicen todos. Lo único que puedo decir con sinceridad es que a mi ya no me causa el menor reparo ni reflexión. Lo que quizá en algun momento podría despertar simpatía por Nueva York, ahora simplemente se reduce a la plena indiferencia por que, a partir de ese aciago momento, empezó la ridicula actuación gringa bajo las riendas de su lider. Entonces, como que el reproche actual anula el reproche de ese entonces causando lo que siento, indiferencia. Digamos que recordaré el 11 de septiembre del 2001 como el día en que me demostré que uno puede vivir en un mundo, sin esconderse, pero sin saber absolutamente nada de lo que está pasando en él. Digo, es un decir.

viernes, 8 de setiembre de 2006

Hay cosas dignas de copiarse.

Pero como a mi no me gusta copiarme, hago lo mismo pero diferente. Asi que, a diferencia de esto, yo me hago un disco de 78 rpm. Total, qué puedo decir, a veces soy medio anticuado.

Un personaje histórico.


El día lunes falleció en Chiclayo Cucho Saavedra. Cucho Saavedra fue congresista, lo que en el Perú de hoy y de hace ya buenos años, no es ningún mérito. Mas bien es algo que se debería poner muy someramente en el currículum de uno. Claro, han habido 120 congresistas ¿cómo quieres que me acuerde de uno? me dirán ustedes. Pero les tengo la respuesta. Es que de éste se tienen que acordar y les aseguro que cuando todos seamos abuelos, aún vamos a seguir hablando de Cucho Saavedra.

Desde que me enteré de su fallecimiento, decidí hablar de Cucho en mi blog. Y no es que lo haya conocido ni a él ni a su labor congresal, de la cual ignoro todo detalle. Pero es que todos aquellos que hemos hablado de política peruana en algún momento hemos tenido que pensar en el buen Cucho ya que hasta ahora no entendemos (no entiendo) cómo es que pudo alguien ser o tan despistado o tener un lapsus liguae tan evidente. ¿Todavía no lo ubicas? Bueno, que frágil la memoria. Cucho Saavedra fue quien en julio del 2000 juramentó ante Tudela cumplir fielmente las labores de Congresista de la República que la nación le confirió. Lo peculiar es que el no juró por la patria. (ahhhhhh, ya te acuerdas) Juramentó por la plata y es que, caramba, mas que sinvergüenzería fue un acto de cabal hidalguía de reconocer que la principal razón por la que él, su familia y sus conocidos se alegraron de llegar al hemiciclo fue pues el jugoso sueldo que iba a recibir. De repente si salía elegido en estos tiempos de austeridad, hubiera juramentado por el Toledismo o por Chiclayo o por el Señor de Sipán, que tanta valía tienen como la plata.

No me alegro de su muerte, no podría hacerlo, en cierto modo la lamento por que, hasta donde me enteré, fue muy lamentable. Pero no puedo dejar de reconocer que falleció un personaje histórico que graficó el momento que se vivia en el Perú. Entre tanta corrupción y videítos, que una persona le diga al país que lo mas importante para él despues de Dios es la plata, sinceramente es como para reconocerlo. Hasta hay veces que pensé que Cucho no se equivocó debido al parecido de los fonemas (pa-tria vs. pla-ta), que lo hizo adrede en burla a los tránsfugas que llenaron ese fugaz congreso. Cucho se las traía.

Y repitiendo lo que dije más arriba, estoy seguro de que todos le hablaremos a nuestros nietos de Cucho, cuando esos muchachones nos comenten que sucia esta siendo la política peruana alla por el año 2050, nosotros le comentaremos en uno de los pocos arranques de lucidez que nos queden que "en mis tiempos un congresista juró por la plata" y sonreiremos ante la mirada de incredulidad de nuestra prole que considerarán imposible que alguien pueda haber tenido tal lapsus en un momento tan importante. Pero asi fue.

Adios Cucho. Totalmente opacado por el cazador de cocodrilos (que tambien murio ese mismo día y que recibió mas llanto y portadas) se fue un personaje histórico de quien seguiremos hablando mucho tiempo más. Digo, es un decir.

He sido reconocido ...

... oficialmente como fan de "La Cebolla" por la misma "La Cebolla". Pueden ver mis laureles acá en la sección "Links" debajo del título fan.

Me siento realmente feliz. Digo, es un decir.

jueves, 7 de setiembre de 2006

Yo suelo

Yo suelo confiar. En realidad no es que sea confiado, soy, por el contrario, muy desconfiado, extremadamente desconfiado y tiendo muy facilmente a pensar mal. Pero, consciente de ello, elijo confiar. Y confío. Le tengo mucha fe a muchas cosas y a muchas personas pero no me tengo tanta fe a mi mismo. El problema de confiar es que a veces las situaciones y las personas te dan razones para no confiar más en ellas pero yo no escarmiento, sigo confiando y posiblemente seguiré confiando mucho más, aunque no les crea (que es otra cosa). Confio por que simplemente no quiero dejar de confiar y aunque como les dije, soy extremadamente desconfiado, siempre intento razonar y buscar razones para asirme y no dejar de confiar, por que quiero confiar. Todavia sigo queriendo confiar.

Yo suelo encariñarme mucho. Mis amigos siempre me lo advirtieron. Y es verdad, me encariño mucho con situaciones, cosas, personas y animales. Muy rápido. Y lo hago de sincero ¿eh? Pero algunas veces no debería hacerlo. No por que el objeto de mi cariño no se lo merezca, que si lo hace siempre. Sino por que querer mucho agota y te hace perder la objetividad de tus actos. Dejas de ser un ser que piensa (homo sapiens) y empiezas a ser un ente que quiere. Y que sólo sabe querer asi no deba hacerlo. Lo que pasa es que, cuando quieres, te desproteges y cuando te desproteges, hace frio, mucho frio y no suele haber cobija cerca. Sin embargo, sigo queriendo, a pesar de todo, sigo queriendo por que quiero querer. Todavia sigo queriendo querer.

Yo suelo iniciar muchas cosas y pocas las termino. Y siempre las inicio con mucha decisión y seguro de lo que quiero. Pero pocas veces lo llevo adelante. Siento que me falta disciplina, mucha disciplina. La propia templanza que me apoye cuando decido ya no hacer algo o, lo que es lo mismo, hacer alguna otra cosa. Entonces, suelo hacer justamente lo contrario de lo que decidí, me arrepiento a última hora de lo que estaba decidido y retrocedo los pasos andados creyendo que dejando de hacer lo que en un momento decidí, me voy a sentir mejor. Usualmente no me siento mejor. Necesito una disciplina externa, como un equino necesito un aparejo que me evite mirar a los costados para seguir por la senda que tengo que tomar. Pero siempre tiendo a desviarme. Eso no es rebeldía, es estupidez por que atenta no sólo contra mi tranquilidad, algunas veces tambien contra mi amor propio. Y es ahí donde duele. Y me siento mal de no seguir el camino que quise y vivo cargando furia en la esperanza de que algún día acumularé tanta que tomaré corriendo sin pensarlo dos veces, impulsado con la reacción, el camino que voluntariamente tantas veces empecé y siempre dejé. Y espero que, en la rapidéz de mi carrera, no escuche la voz de mi debilidad que me pregunta ¿porqué no volvemos?



Asi soy yo. Asi fui y creo que por lo pronto, así seguiré siendo. Seguiré queiendo confiar, seguiré queriendo querer y seguiré sin terminar de hacer las cosas que decido hacer. No me veo remedio. Sólo me exigo a mi mismo un proposito de enmienda. A ver si, de una buena vez, empiezo a ternerme más fe, a quererme un poco más y a terminar por esta vez lo que he decidido hacer de una vez y por todas. Digo, es un decir.

miércoles, 6 de setiembre de 2006

Días de Radio

Yo no escucho radio. Bueno, en realidad si la escucho todas las mañanas cuando el despertador se prende y me hace escuchar los titulares de las seis. Y es que, desde pequeño siempre me desperté con radioprogramas y me siento medio raro cuando no lo hago. Bien se dice que el hombre es un animal de costumbres. Pero, luego de que apago el reloj, ya sea para irme a la oficina o para darme vuelta en mi cama y seguir durmiendo, el resto del tiempo no escucho radio. La música que escucho la escucho de algun disco. Entonces, las únicas veces que escucho radio es cuando estoy o en la combi o en el taxi. Y así ha sido en los ultimos 8 años.

Sin embargo, en esos escasos minutos de radio, escucho cosas que me hacen congratularme de no prender ninguna radio y hacen que mi proposito de no enmienda sea mas fuerte aún. Y es que hay cosas que simplemente me desesperan hasta un punto que supera largamente la vergüenza ajena. Aca se los pongo.

  • Ya hace un buen tiempo que no lo escucho, pero antes había en una de estas radios juveniles un programete de baladas. A tiro de 10 de la noche, empezaba la transmisión de las ultimas baladas rosas de cosecha mexicana, venezolana, española o argentina. Lo fastidioso no eran las baladas (que de por si tampoco las soporto mucho tiempo, me hacen dormir) sino que cada dos o tres baladas, el locutor con la archiconocida voz de chibolo pilas recibia llamadas. En esta llamada, el incauto dejaba su nombre y edad y contaba cómo se había peleado con el enamorado(a), de lo mucho que lo sentía, de lo mal que se sentía, de lo mucho que lo extrañaba y de cuanto lo amaba. Todo eso sazonado con morbosísimas preguntas artificiosamente maquilladas formuladas por el locutor quien no sólo seguia sonando como el chiquillo pilas sino que ahora sonaba tambien como consternado por el problema y hasta aventuraba algunos consejos o ligeros reproches. Sencillamente, fuera de lugar. Y es que la ventilación por radiofonía abierta de problemas de pareja es algo que no me termina de convencer. La última vez que escuche ese programete llamó una muchacha entre las baladas y, en vez de contarle el problema con su galán, le dijo al locutor todo aquello que yo tambien pensaba. La llamada la cortaron, no dejaron a esa valiente muchacha terminar de opinar. El locutos sólo atino a responder, que si no le gustaba el programa, podía cambiar de emisora.


  • Hay una radio en AM que escuchan algunos taxistas, especialmente los mas veteranos, que tiene un programa llamado algo así como "Habla el Pueblo" donde una locutora que limita sus intervenciones a lo mínimo (dar el número de telefóno y decir "Buenos Días, cual es su opinion") recibe constantes y continuas llamadas de la gente. Usualmente personas jubiladas que nos dan su sabia opinion sobre temas de actualidad nacional. Lo triste es que las opiniones centradas o razonables brillan por la ausencia. Entonces tenemos una colección de antología de posiciones simplistas, radicales, o simplemente desinformadas. Luego de cuatro llamadas, todo eso se torna insoportable.


  • Hay un programa que transmiten a tiro de ocho de la noche en alguna de estas radios nuevas. La mecanica del programa es simple. Merengón de moda tras merengón de moda. Entre merengón y merengón llama un buen parroquiano, da su nombre, su telefono, su edad y las razones por las que los chicos(as) del otro sexo deberían llamarlo. ¡¡¡¡Jesús!!!! Cuanta angustia. Algunos se despachan avisando que son tiernos(as), cariñosos(as), comprensivos(as) y demas lindezas. Lo que dan ganas es de llamar y decirles con toda sinceridad. ¿No ves que estas haciendo el ridículo?


  • En Radio Mar, cuando se aburren, empiezan a hacer un concurso donde reciben una llamada y la persona que llamó tiene que cantar la salsa que quiera. Esto esta pésimo por dos razones, en primer lugar por que a veces escogen buenas salsas y con los alaridos no te la dejan escuchar y en segundo lugar por que sinceramente, por telefono, la gente canta terrible. Que vergûenza, Jesús. Saber que estas siendo la risa de varios miles de limeños que no pueden hacer otra cosa que escucharte.


  • Es cierto que existe una libertad de expresión por respetar. Por ello yo simplemente me lamento de que escucho esas cosas en sitios en los que no puedo hacer nada para apagar la radio o para cambiar la emisora. Existe tambien la libertad de todo el mundo para escoger voluntariamente hacer el ridiculo. Pero sinceramente, a mi eso me genera una sensación medio rara. Aunque, quien sabe, talvez escribir en la internet elucubraciones personales tambien le despierte a alguien la vergüenza ajena, quien sabe. Digo, es un decir.

    martes, 5 de setiembre de 2006

    Hoy me desperté ...

    ... con la secreta ilusión de que saliera Victor García Belaúnde a decirnos que Steve Irwin no se habia muerto.

    Digo, es un decir.

    lunes, 4 de setiembre de 2006

    Una penisima


    Hoy llegué tarde al estudio. Llegué absorto en mis cavilaciones, dandole vueltas a mis dramas personales que no son muchos pero me hacen tambalear bastante (a veces quisiera ser yoga, sólo concentrarse en algo y no sentir). Tanto así que incluso me olvide en saludar a Omar (compañero de oficina) por su cumpleaños (y eso que sólo somos cuatro). De pronto me soltaron una noticia que yo no sabía y que, en realidad, en perspectiva con el mundo no es taaaan gran noticia. Pero me dio pena.

    Tal vez por que el sujeto en realidad, a parte de parecer demasiado entusiasta, en realidad me caía bien. Nunca lo veía, sólo algunas veces me detuve en el cable para ver cómo ese enajenado se metía a acariciar viboras sumamente venenosas mientras decía a las cámaras que si hacía un movimiento muy brusco, ese animal le podría zampar una mordida fatal. "Mira que hay gente rara" era mi constante y continuo pensamiento cada vez que me detenía a ver cómo las pasaba tan bien con la alimaña de turno.

    Pues bueno, mi tocayo Steve Irwin, australiano y muy dado a meterse a jaulas infestadas de cocodrilos para salir en el cable, se murió. Se puso a jugar con la alimañana de turno y esta le metio un zuácate que lo dejó frio en el acto. Me lo imagino mirando a la cámara y diciendo: "si fastidio mucho a esta mantaraya, es capaz de clavarme su aguijón en el pecho y no darme tiempo a reaccionar". Bueno pues, que fastidió mucho a la mantaraya y esta le clavó el aguijón en el corazón y no le dio tiemop a reaccionar. Alguna vez tenía que suceder. Bien dicen que "quien con niños se acuesta amanece mojado". Diria yo que quien con alimañas venenosas se pone a jugar, pues un buen día lo pican y se acabó todo.

    Un lastima, de verdad, el tipo me caía bien. Aunque, hubiera sido peor que muriera atropellado por una combi. Por lo menos se fue en su ley. Digo, es un decir.

    viernes, 1 de setiembre de 2006

    No nací antes.

    Tenía 16 años, era mi primer año en la universidad y mi familia me presionó para que me meta al grupo que se preparaba para recibir la confirmación. Practicamente me impusieron recibir el último sacramento que he recibido y que espero recibir. Claro que, seamos justos con la situación, luego de 11 años de colegio religioso, la idea de tener que confirmarme no me fastidiaba mucho. Era como nacer, crecer, desarrollarse, reproducirse y morir; lo que yo creia como parte normal de la vida de una persona. En ese programita tan pateticamente parroquial, conocí a algunas personas y estas a su vez me presentaron a otras. En una de esas presentaciones fue que escuché por primera vez el comentario.

    "¿Tienes 16 años? No pareces, para nada. Pareces de 22".

    Aquella primera vez el comentario no me fastidió en absoluto. Es mas, me gustó por que lo que no me emocionaba era ir caminando en la universidad con cara de bebe. Asi que, si no la tenía, todo estaba mejor. No pude reprimir la reflexión que ahora me causa una sonrisa "¿22? ¿tan viejo?" La verdad es que todas las mañanas, a mi parecer, el espejo me devovía la imagen de un sujeto de 16 años, 18 a lo mas, pero no uno de 22. En fin.

    Luego, cuando tuve 20, la gente no me creía que tenía 20, me echaban 25 o 26. Empecé a engordar, volví a cortarme el pelo y a éste le gustó tanto la idea que empezó de motu propio a caerse por si solo dejándome con unas buenas entradas. Y cuando tenia 22, la gente me echaba 28. Ahí empecé a perder la esperanza de que algún día mi edad real alcanzaría a mi edad aparente. Comencé a trabajar y el trabajo me obligó a usar diariamente terno y corbata, lo que aunado a todo lo anterior, me daba (y me da) un aspecto mas serio, mas de señor y menos de una persona de 24 que sólo pensaba en cobrar su cheque e irse con sus patas todo el fin de semana a ver qué salía.

    Hoy tengo 26, bajé de peso, el pelo no volvió. Pero igual me hechan treintaytantos, quizá y hasta me vean mayor que mis hermanos, o contemporaneo a ellos. De todos lados me llegan comentarios de ese estilo. Y creo que ya no me queda otra que acostumbrarme. De repente, cuando tenga 72 nadie me va a decir "oye, que pareces de 90", eso espero. Profesionalmente eso me cae bien pues ya no me toman por el chiquillo con apenas tres años de ejercicio que soy sino que me atribuyen mas años y méritos que los que he juntado hasta ahora. Pero igual, como anoche, me gustaría salir a la calle y gritarles a todos los que me aumentan la edad que, por un demonio, ¡¡¡sólo tengo 26 años, cagüenlostia!!!!

    Digo, eso de salir gritando, es un decir.