martes, 27 de febrero de 2007

He made me an offer I couldn't refuse

Todas las mañanas me levanto a las siete. A veces lo hago a las seis. Prendo la terma y prendo el televisor, el PS2 y juego el vicio. Me he vuelto un mafioso. A veces llego tarde al trabajo por quedarme jugando hasta las 8 y algo. Le tengo que sacar el jugo, esta va a ser mi última semana como beneficiario de un siempre entrañable PS2. Como lo conté acá, el play es de mi hermano y como no hay deuda que no se pague ni plazo que no se cumpla, ya debo devolverlo.

Pero mi vicio se ha vuelto "El Padrino". Yo, que siempre he sido un confeso jugador de Winning Eleven (fútbol) aunque con mis limitaciones debido a la poca práctica, he encontrado en este juego: la felicidad. La trama es simple. Eres el matoncito de barrio que te incorporas a la familia Corleone y bala a bala vas tomando control de tooodo Nueva York. Yo ya terminé el juego y ando buscando completar todos los 100%, ojala pueda lograrlo antes de tener que devolver el aparato.

Cómo voy a extrañar al padrino. Digo, es un decir.

Flash


Me hubiera gustado estar mas tiempo. Pero no se podía, el sábado lo tuve copadísimo pero felizmente pude dar la visita de "chequeo". Me aparecí a tiro de dos y entré a saludar. Apareció Dragón quien se identificó como "el anfitrión" y conocí a Imberbe. Conocí también el tequila que mandó Truly, y pude saludar a Allan. Vi a Jen por ahí pero como estaba de lo mas contenta conversando, no me atreví a saludar. Mi nerviosismo no me permitió articular mas de dos frases juntas pero, así y todo, pude saludar a Leuzor.

El paso ligero me permitió, únicamente, posar la para la cámara de Dragón. Gracias a esa foto quedará respaldo al hecho de que no estoy mintiendo. Yo también estuve ahí.

Para la próxima prometo quedarme y no hacer la de Flash que llega y se va al toque. Digo, es un decir.

jueves, 22 de febrero de 2007

Hay que venderlo.

Si gran parte de la población nacional vive así


Entonces, es un claro símbolo de ostentación este edificio. Sabe Dios cuánto costará su mantenimiento. Cuánto costarán al país todos los conserjes, vigilantes, cocineros, mozos, electricistas y gasfiteros que trabajaran para mantener tamaño elefante blanco.


El presidente debe ser un presidente ciudadano, de a pié, que bien puede despachar desde una banca de la plaza de armas o desde la oficina de su casa. ¿Para qué necesita un palacio? ¿De que sirven mil metros cuadrados para una sóla persona?

¡¡¡Que se venda el Palacio de Gobierno!!!

Digo, es un decir.

miércoles, 21 de febrero de 2007

El gusto por la moda.

Cuando estaba en la universidad, ya casi en la mitad de la carrera, entró a la facultad una muchachilla. Simpatica, sí, pero tampoco muy simpática. La típica gringuita ¿capisci? Ahora, debe ser que a mi, personalmente, mis gustos no han ido mucho para las rubias sino que he preferido, mayormente, morenas. Sin desmerecer, claro. La cosa fue que en realidad esta muchachilla no me pareció absolutamente nada sacado de otro mundo, no era de las mas bonitas y ante mi sincera e inexperta mirada, debo reconocer, no me parecia que llamara mayormente la atención. Encima habían unos rollitos y una pancita que no pasan fácilmente en el cuerpo de aquellas que tientan el sitial de ser "la figurita" de una facultad universitaria.

Pero de pronto, el nombre de esta muchacha empezó a estar en boca de todos. Todos hablaban de ella y de la relación que empezó. De lo buena que estaba y cuando se hablaba de mujeres de la facultad, su nombre salía entre los primeros y la gente daba muestras de conformidad ante su invocación. Estaba de moda, por lo visto, y estaba de moda decir que a uno le gustaba ella. Se veía bien, era ver las cosas como todos y pensar igual que todos. Pertenecer al grupo.

Yo prefería guardar un perfil bajo, en el grupo era el que escuchaba mas que hablaba y así me enteré de esta situación. La siguiente vez que "la musa" se cruzó en mi camino, le mandé una mirada más curiosa que interesada y me di cuenta que mi primera impresión no estaba del todo erronea. Nada del otro mundo. Creí y creo que habían otras mujeres más simpáticas aún pero que no eran tan apreciadas por el grueso de la gente.

Ante ello, yo que no soy héroe ni rebelde sin causa, decidí guardar mi opinión y no decir ni pio.

Pero como este tipo de cosas no me quitaban el sueño, dejé a la muchachita y a su supuesta cohorte de admiradores y me dediqué a otra cosa.

No pasaron semanas de esta situación cuando, en un grupete reunido en una banca de la facultad, los muchachos empezaron a hablar de chicas. Y el nombre no fue mencionado. Sorprendido ante la omisión abrí la boca para contribuir a la conversación y eché al ruedo el nombre de la, hasta hace poco, figurita. Hubieron dos que tres que me miraron desaprobatoriamente y casi al unísono todos dijeron lo que yo pensaba desde un inicio y no dije.

De pronto ya no estaba de moda decir que ella estaba buena ni que era bonita. Al contrario, todos decían que no pasaba nada. Y yo quedé como el único pelotudo que pensaba que merecía mencionarse a la susodicha. Pero ... mas allá de eso a mi me quedó una cosa dando vueltas.

Estoy convencido que todas esas personas no se convencieron de la noche a la mañana que fulanita no era lo que se decía. Creo y sé que ellos pensaban, desde el inicio, lo mismo que yo. Pero bueno, alguien en algún lugar y en algún momento dijo que la muchacha estaba 10 puntos y nadie dijo nada, todos aceptaron la situación y se convirtieron en nuevos propagadores de la noticia. Pero un buen día, alguien en algún lugar dijo que la muchacha no era gran cosa y, de pronto, todos se liberaron y fueron sinceros consigo mismos, y con los demás. Ya no estaba de moda decir que era bonita. Ahora lo que se veía bien era decir lo contrario, esa era la forma cómo la veían y pensaban todos. Para pertenecer al grupo, ahora había que no decir que fulana era bonita. Y estoy seguro, también, que muchos de los que en realidad si gustaban de la muchacha, se unieron al grupo y negaron su opinion.

¿Quien determinaba las modas? Me pregunto. En fin, ya no es momento de detenerse a pensarlo, han pasado siete años.

Yo me defendí a rabiar desde el momento que me quisieron enrostrar cómo era posible que me gustara la muchacha. Señalé con mucha valía que en realidad no me gustaba, que a los que le gustaba era a ellos (aunque muchos lo negaron con total cinismo) y que yo sólo les seguí la corriente. Como lección, en materia de gustos, no volví a abrir la boca. Ni para apoyar ni para pedir apoyo.

Total, lo importante es que quien me guste, me guste a mi ¿no? Digo, es un decir.

martes, 20 de febrero de 2007

¿Acaso soy el único?

Bueno, la primera vez que reparé en su presencia y la ví, estaba bajo una débil luz verde que hacía reflejar sus ojos. A parte que no se le veía la cara mucho que digamos. Pero cuando complementé la curiosidad buscando una foto de la susodicha, en realidad me llevé un chasco.

Y es que, dueña de tal fama, yo esperaba alguna mujer simpática que me dejara con el aliento cortado o que mereciera, por lo menos, algun reconocimiento de sus bondades.

Pero no me mereció ni uno ni otro. Mas bien me parece fea. Demasiado flaca, con la quijada demasiado ancha, los labios muy grandes y la nariz medio torcida. Ojos verdes, eso si. Pero eso no es todo. A parte no tenía un cuerpo proporcionado sino mas bien "escatimador", por llamarlo de algún modo. Encima su vestuario no se acerca a lo "audaz" sino mas bien a lo estrafalario. Podía entender que se destacara por su apellido y por que, niña rica, tuviera el dinero suficiente para hacerse notar pero ... luego vi con sopresa que la tomaban por modelo y algunas personas que aparecían en televisión se referían a ella con el epíteto de "bella".

Y es que a mi, Paris Hilton, no me parece ni bella, ni atractiva ni nada de nada. Pero parece que soy el único por que la gente que habla de ella no hace mas que reventarle cohetes.



Ahora que lo pienso, tal vez si sea el único. Pero no me retracto. Digo, es un decir.

lunes, 19 de febrero de 2007

La delgada línea roja

Colgaba el teléfono luego de comentarle a un cliente que "no pude ver el tema por que he estado toda la semana pasada fuera de la ciudad". Las mentiras de ese tipo en mi profesión son cosas de todo el día, todos los días. Supongo que en las de todos. A punta de mentiras irrelevantes me voy ganando el infierno poco a poco. En fin.

Ese punto motivó la conversación. Y mi interlocutor me contaba que él tambien le miente a los clientes, le miente a su flaca e incluso le miente a su padre, pero sólo en temas de chamba.

- A él siempre le he dicho la verdad - dijo - "¿Dónde has estado?", preguntaba mi viejo y yo le respondía, "en la casa de fulanito". No me gusta que estes ahí, me jodía mi viejo, pero que chucha pues, ahí es donde estuve. Igual cuando me preguntaba a que hora llegué. "A las seis" le decía. Me puteaba pero a esa hora llegué, pues. ¿Qué le voy a decir? ¿Para qué le voy a mentir? En ese aspecto siempre he sido..."
-¿Sincero? - intenté completar yo.
-No, conchudo - me respondió con una sonrisa.

Me quedé pensando en la delgada línea que separa la sinceridad de la conchudez. Digo, es un decir.

miércoles, 14 de febrero de 2007

Segundo Debut

La etapa caleta del 14 de febrero es que, se supone, es el día de la amistad. Pero claro, el mercado nos vende por los ojos que hay pasarlo con la patrona o el patrón. En ese sentido, como que ir donde tus patas y decirles "feliz día" suena medio raro. Sobretodo si todos tus patas son hombres.

En fin. Dejando esa reflexión en el aire, empiezo a lo que iba. Entre mis patas, los mas cercanos y con quienes comparto más cosas son dos. Y ahora nos hemos vuelto a juntar. Yo era el único que faltaba.

Hoy he hecho mi debut en el Debutante (2.0), a donde trasladaré algunas cositas que no entraban en este blog. Muchos de ustedes ya lo conocen y algunos lo visitan con frecuencia. Bueno, ahora yo también estaré por ahí.

Aunque siempre estaré acá. Una vez que acaben las vacaciones, claro. Digo, es un decir.

martes, 13 de febrero de 2007

Receso

No quiero escribir.

Esa es la verdad. Hoy me puse a ver que mi ritmo de posts en febrero ha bajado a límintes sólo comparables a cuando inicié el post y todavía andaba temeroso de lo que pudiera poner. Pensé que me encontraba frente a una nueva sequía, como la que me atacó en noviembre y que comenté acá pero veo que no es que no pueda escribir. Es que ya no quiero escribir.

Y no sé a que se deba. Creo que se debe a que no estoy leyendo nada ultimamente y la falta de lectura implica per se, falta de aliciente para la escritura. O tal vez que estoy ensimismado en mi día a día y no puedo ver las cosas rescatables y posteables. En fin.

Hay que reconocer las realidades y decirlas de frente. "Digo, es un decir" se fue de vacaciones. Ya lo habrán notado, supongo.

Espero regresar con fuerza, como antes. Digo, es un decir.

P.D. Hentzau, fue tu ultimo comentario el que me hizo postear esto. Que te vaya bien, donde quiera que estés.

Chiste viejo 3

Un gallego lee en el periódico:
"Alud mata a 100 personas"

Gallego: ¡Ostias! que malo es ese árabe.

jueves, 8 de febrero de 2007

Memeo

Hentzau, muy cordialmente, me pasó este meme hace ya algunos días. Se trataba de poner en el blog la imagen que es tu protector de escritorio. La idea tambien era que pase esta tarea a cinco incautos pero ... como ya casi todos lo han hecho, creo que carece de sentido seguir con esto.

Y es que en realidad me tardé en ponerla por dos razones. Primero, no sabía donde estaba el archivo de la imagen y, segundo, es una imagen tan desangelada que ... no merecería postearla.


La simple y anodina imagen de windows, ni siquiera me tome el trabajo de poner algo bonito. Lo se, que sota. Eso es acá en la oficina, en mi laptop tengo el escudo de mi esportin querido.

En realidad, a pesar de lo que pensaba Hentzau, las cosas turbias que escondo no están en mi protector de pantalla. Digo, es un decir.

viernes, 2 de febrero de 2007

Mentir con verdades

Gonzalo no tenía aún un año como abogado titulado. Sin embargo trabajaba haciendo todo lo mejor que podía, total ya llevaba los dos años de prácticas a cuestas y, en el mundo del derecho, habían muchas cosas que ya le habían develado sus secretos.

Gonzalo trabajaba aún en un sitio que es la némesis absoluta del GPOW. La fábrica textil ubicada en plena avenida Bolivar en Pueblo Libre y cuyo nombre no voy a mencionar por que yo sé cómo trabaja su área legal, tenía un pequeño problema con la empresa que transportaba sus pertrechos.

Gerente Generalazo: Doctor (dirigiéndose a otro abogado) tenemos un problema con esta empresa.
Abogado Warrior (Stinky mas que Warrior pero en fin): ¿Qué en serio lo fregaron a usted?
Gerente Generalazo: No, a mi no. Soy yo el que quiero hacer algo para no tener que pagarles los servicios que nos prestaron.
Abogado Warrior: No hay problema mi Gerente Generalazo, los demandamos de cualquier cosa.
Gerente Generalazo: Si, pero acá en Lima no por que no tenemos llegada.
Abogado Warrior: Ya, okey. Pero dígame ¿Dónde fue el chanchullo de ellos?
Gerente Generalazo: Ellos no tienen chanchullo, los que están haciendo la cochinada somos nosotros.
Abogado Warrior: Ok. Pero donde se firmó el contrato
Gerente Generalazo: Acá en Lima.
Abogado Warrior: Hummm ¿tienes oficina en Trujillo?
Gerente Generalazo: No, en Trujillo no tenemos oficina (tenía oficinas en todo el resto del país, por lo demás).
Abogado Warrior: Hummm ¿ellos tienen oficina en Trujillo?
Gerente Generalazo: No, ellos tampoco tienen oficina en Trujillo.
Abogado Warrior: Ah ya. Entonces demandamos en Trujillo.
Gerente Generalazo: ¿Seguro?
Abogado Warrior: Claro, yo en Trujillo saco lo que sea. ¿Estas seguro que no necesitas nada más?
Gerente Generalazo: ¿No será mejor Andahuaylas?
Abogado Warrior: No hombre, ya te estoy diciendo que yo en Trujillo saco lo que me plazca.
Gerente Generalazo: Ok. Doctora asistente de gerencia (que para mas luces era mi jefa) por favor, encarguele ésto a alguien.
Doctora: Gonzalo preparate la demanda de este embrollo para presentarla en Trujillo
Gonzalo: Disculpe, Doctora estaba distraído y me pareció escucharle decir "Trujillo".
Doctora: Asi es.
Gonzalo: Pero si el tema es acá, si ninguno de los dos está en Trujillo, eso nos lo van a chotear rapidisimo.
Doctora: Gonzalo, tu escribe, no pienses. Ya tenemos al Abogado Warrior que pensó por todos nosotros.

Dias despues Gonzalo terminó su demanda pero ... con tanto chanchullo y componenda, a Gonzalo le faltaba un documento que debía ser legalizado por Notario Público. El problema es que la legalización debía tener la fecha de hacía cuatro días.

Gonzalo: Doctora (a su jefa) tengo este problema.
Doctora: Pues habla con el notario y explicalé la situación
Gonzalo: ¿Le explico que necesitamos un documento legalizado de fecha anterior para meterle la yuca a una empresa a la que no queremos pagarle por sus servicios y por ello la vamos a demandar de cualquier tontería ante un juzgado que no es competente pero que ya tenemos todo arreglado para que la friegue igual?
Paternal doctora: No, corazón, sólo pídele por favor.
Gonzalo: Ya le pedí, nos dijo que a nosotros no nos hace mas esos favores por que nos estamos pasando de pendejos.
Doctora: Uy y ahora cómo lo vas a resolver.
Gonzalo: Bueno, como ya estamos en cochinadas, nos irémos a Azángaro para una legalización de cinco luquitas ¿no?
Enfurecida e indignada doctora: ¿Estas loco? ¿Qué te pasa Gonzalo? ¿Dónde crees que estas? ¡¡¡Nosotros no trabajamos así!!! Eso es mentir, es fraude. La política de la empresa no es trabajar así. ¡Avergüenzate!, ¡Sientete mal! y no quiero que vuelvas a proponer jamás nada reñido con la moral.
Gonzalo: Disculpe doctora. Es sólo que como estoy preparandome una demanda que vamos a presentar y sacar vulnerando todos los principios básicos de lo que es un juicio civil, pensé que una raya más al tigre no importaba. Mire usted a qué hora me vengo a enterar que lo Usted quiere es mentir pero con verdades.

Meses despues renuncié por que no llegué a entender la política de la empresa. Digo, es un decir.

Ayer

Ayer llegué de Chimbote nuevamente y conmigo vino la felicidad, que me tuvo despierto hasta las cinco de la mañana. A pesar de casi no haber dormido, me siento lleno de vigor y muy feliz, capaz de volver a pasar una noche igual. O quizá mas larga ya que, como mañana no tengo que trabajar, nada me impide quedarme de sol a sol.

Ayer mi hermano me prestó su Play 2 y yo jugué y jugué y jugué y jugué y seguí jugando.

Y pienso seguir haciéndolo.

Que felicidad.

jueves, 1 de febrero de 2007

Mas de viajes

Heme aquí, nuevamente en el terminal de la ciudad de Chimbote dispuesto a tomar mi bus que me lleve a Lima, de vuelta a mi casa y a mi cama, en la que espero echarme apenas pise mi cubil.

Estoy pensando seriamente en alquilarme un depa acá en Chimbote, así no voy a sentirme tan extraño en esta ciudad que visito con tanta regularidad. Por lo menos ya me conocen en los sitios donde almuerzo y desayuno. Ahí está el patín de los jueves, supongo que dirán.

A pesar que no he sido ajeno a los viajes, creo que nunca como este mes de enero que acaba de terminar he estado tantas veces en un bus. Lo que me recuerda el viaje del año 2000. Para junio del 2000 hacían ya seis años que no iba a Cusco y ya empezaba a extrañar. Un día de esos, en el estudio en que practicaba, me mandaron al Banco de Crédito y mientras esperaba sentado a que aparezca mi número en la pantalla, ésta se pasó un clip de la plaza de armas del Cusco. Luego de verlo tomé una determinación. "Este año no termina sin que me vaya al Cusco". Busqué quorum entre mis amigos pero, como es clásico en ellos, "arrugaron como locas". Así que no me quedó otra que planear el viaje sólo.

A pesar que tenía ya 20 años, los únicos viajes sólo que había realizado eran los que me llevaban y traían de Huancayo. Y aunque irse de viaje no es una "gran y peligrosa hazaña", igual me imaginé que podría enfrentarme a la reticencia de mi madre, mi padre y mis hermanos. La sobreprotección al menor, se entenderá.

Por el contrario, si bien la idea no entusiasmó, tampoco encontré trabas. Mas bien encontré auspicios. Mis hermanos se portaron con 50 cocos cada uno y mi viejo con algunas fichas. Mi madre por otro lado me procuró el pasaje de vuelta (por avión). Ahora que me pongo a pensarlo, así resulta sumamente fácil irse de viaje. Pero la historia que merece la pena recordar no es esa sino lo que fué el viaje por tierra.

Decidí que el pasaje de ida lo iba a pagar con mis ahorros y, en el año 2000, éstos a las justas me alcanzaban para comprarlo en el buen Cruz del Sur (que a medida que voy escribiendo estos posts me voy dando cuenta que me ha acompañado mucho tiempo. Y pensar que alguna vez tuve que ponerles una demanda bien cochina que, según me enteré, sigue en trámite en algún juzgado comercial de Lima). El viaje implicaba un trasbordo en la ciudad de Arequipa. Mi viejita jura y rejura que yo conocía Arequipa ya que, cuando tenía tres años, fuimos todos. Lo que no tiene en consideración es que yo, de esa época, recuerdo un pomo.

El viaje se inició un 31 de agosto a las cinco de la tarde. Casi no llego a la salida del bus y pensar que había solicitado que me esperen en el terminal para que me despidan. Hasta ese momento, nunca había pasado mas de ocho horas en un bus, por lo que el viaje a Arequipa se me hacía novedoso. El plan era el siguiente: Salía a las cinco de la tarde de Lima, llegaba a las ocho a Arequipa (según me rejuraron en la agencia). A las ocho y media tomaba el trasborto a Cusco a donde llegaba a tiro de nueve o diez de la noche. El carro llegó a Arequipa a las nueve y media.

Eso implicó que perdiera el trasbordo, lo que me permitió contar con algunas horas para conocer algo de Arequipa. Algo conocí. El siguiente carro a Cusco salía a las cinco de la tarde. Esperaba un cumplidor bus semi-cama igual al que me llevó a Arequipa pero me encontré con un desvencijado bus de asientos "reclinables" (ni siquera llegaba a calificar como semi-cama). El problema no es que yo sea un comodín (que con los años lo fui siendo) sino que la longitud de mis piernas hacía que yo sufriera en los angostos asientos reclinables de ese carrito. A las dos horas de viaje y en medio del yermo paisaje Arequipeño (una vez que dejas la campiña, Arequipa se torna un departamento mas bien opaco con extensas excepciones, felizmente) la desesperación empezó a cundir en mi. Sentados adelante mío, unos buenos gringos mochileros tomaban muy alegremente ron en la tapita de la chata, impregnando con el dulzón olor todo el carro. El bus paró en cada humilde aldehuela que se encontraba en el camino. Empezó a subir gente que viajó parada. Una persona subió con dos carneros amarrados que se quejaban a cada bache. Me empezó a dar soroche (a mi que viví en sierra la mitad de mi vida) y el aire que entraba por la rendija que dejé abierta era sinceramente gélido. Si a eso le sumamos que el asiento de adelante mío, al reclinarse, se apoyaba en mis rodillas y que mi propio asiento, al reclinarlo, no hacía sino aumentar la presión sobre las mismas; se entenderá que fue el viaje mas incómodo que tuve.

En algún momento de la larga noche, y antes de que pidiera a gritos "que pare el bus que me quiero bajar en este mismo punto olvidado de Dios", prendí mi walkman y puse al buen Rubén Blades. El casé me lo conocía de memoria pues lo había escuchado ene veces. Yo sabía muy bien que despues de "Cuentas del Alma" empalmaba con "Manuela". Así, escuchando "Cuentas del Alma" asumí que el viaje terminaría en algún momento, que no no me iba a morir y que o me dormía o me desmayaba pero llegaría a Cusco y nunca mas me subiría a un servicio "Ideal" de Cruz del Sur. Cerré los ojos y, cuando los abrí, sonaba "Manuela". Lástima - pensé - no dormí nada. Pero al ver la luz del amanecer y verificar mi reloj di cuenta que no había sido sólo una pestañeada de una canción a otra sino que me había dormido - o desmayado - durante tres horas, es decir, tres vueltas enteras del casé. La llegada a Cusco se me hizo sublime y el viaje de vuelta en avión, mucho más.

Hoy tenía que salir de Chimbote a la una en punto en mi cumplidor servicio Cruzero - el de la poltrona - pero el carro se malogró. Me ofrecieron salir a la 1:30 en el carro del servicio "Ideal". Son las 2:05, estoy esperando el Cruzero que sale a las 2:30. Prometí a mis piernas no volver a treparme a un "Ideal" y, hombre, hay algunas promesas que yo siempre voy a cumplir. Digo, es un decir.