lunes, 30 de junio de 2008

De 0 a 6

Desconfía siempre de las madrugadas, macho. Ahí donde las ves, oscuras, tranquilas, quietas, frías, te pueden sorprender al momento que menos te lo esperas.

No importa qué haces o qué hiciste. El lapso comprendido entre las 0 y las 6 es un albour donde se puede concretizar tu mayor miedo o incluso tu más precioso deseo y, lo que es más terrible, te vas a quedar pensando en ello durante horas, días incluso, y añorarás regresar a esa madrugada y vivirla eternamente. Atormentándote o extasiándote, según sea el caso, durante mucho, mucho tiempo.

Cuando una madrugada te sorprenda por primera vez, verás que no volveras a dormir igual. Que despierto o dormido soñarás y te preguntarás si esta que estas viviendo será aquella que estas esperando, si volverá a suceder algo que te deje pensando. Abrígate bien y relaja el músculo, descansa pero estate siempre listo. La gente cree que las cosas terminan en la madrugada y eso no es cierto. Es recién ahí cuando empiezan las cosas, cuando suceden, no bajes la guardía nunca ... y espera.

¿Qué te traen las madrugadas a ti?

Fúrico.

Debo reconocer que a mi el campeonato de España en la Eurocopa me ha alegrado.

Y es que por el equipo rojo yo tengo, desde hace varios años, una paciente predilección que me hace esperar sus victorias incluso por sobre equipos con más marketing por estos lares como Italia (el peruano siempre compra y vende cualquier cantidad de camisetas - originales y bambas - del campeón del mundo de turno), Francia, Alemania o incluso Inglaterra. La camiseta de la furia me da ese guiño particular y siempre, en cada campeonato al que Perú no va y por lo cual tengo que escoger los paises por los que hincharé, programo sus encuentros como los "obligados" del campeonato.

Vamos, que es cierto que ante un campeonatón como la copa del mundo o la misma Eurocopa uno tiene siempre la intención de verse todos los partidos. Pero, como la plusvalía obliga a tener que dedicarse de cuanto en cuanto a otros quehaceres menos agradables, sabes que no te los vas a poder ver todos; por eso separas los "obligados", los "must", aquellos que sabes que los vas a ver de todas maneras. Entre esos, para mí, a parte de la final y de la inauguración se encuentran los que juega España, la "Furia Roja" (no confundir con la furia local que también es roja pero de la que no hablamos hoy por que, en este post, los recuerdos no vienen del Cusco).

Ahora, que yo recuerde, a mi la Furia no me despertó siempre ese interés. Por el contrario, fueron muchos años los que pasó inadvertida y si yo le tengo hoy algún cariño se debe principalmente a un buen amigo, hispanófilo como pocos y que ayer se comunicó conmigo desde Madrid, donde vive hace ya varios años, y me conversó diferenciando claramente las eses de las cés y las zetas. Un amigo que me ayudó a descubrir algunas aficiones que no sabía que tenía compartiéndome las suyas propias y gracias al cual hoy puedo, como lo efectivamente lo hago, sentarme sin empachos a escribir estas palabras y todas las que, para bien o para mal, les precedieron. Digamos que con él pude conocer aquellos intereses (música, literatura, política) que, bendita diferencia de caracteres, no compartía totalmente con mis hermanos.

Así, pasó de ser el causa de mis hermanos a ser mi causa, casi un hermano más. Y, si me apuras un poquito, entre las imágenes más antiguas que tengo al respecto nos encuentro sentados en la cafetería de Letras de la Católica, intentando ver cómo estaba la inspiración versística ese día de invierno de 1996 mientras fumábamos unos cigarrillos marca "Kruger" que se los habían mandado por correo desde España - ¿dónde más? - y que, tal como lo dijo la clara advertencia que los precedieron, eran tan fuertes que te entraban como una pelota de tenis por la garganta. En fin.

Así, de puro copión, fue la Eurocopa del 96 la primera en que me fijé en los españoles y eso se terminó repitiendo en el mundial del 98. Pero ya en la Euro del 200o, cuando la vida procuró que tuviera nuevos amigos y frecuentara otros lugares, mi interés por el destino de la Furia fue un tema personal, adquirido sí, pero personal. Por eso le aposté al título de España desde antes que empezara este campeonato, a pesar de que era consciente que en los últimos campeonatos España llega favorito y se va en cuartos de final. Igual le seguí, igual separé mis partidos "must" e igual medio-vi la final (mi esportin querido estaba siendo vapuleado en el otro canal así que mi atención mudaba de rato en rato de Viena a Huancayo) e igual me alegré con el campeonato.

Pero más me alegró cuando por breves momentos volví a compartir la afición furiosa con la voz inconfundible - aunque con dejo - del amigo que hace 12 años me hizo prestarle atención a esa selección. Y por él va este post que, aunque no me lo habrías dicho, igual lo pensaba escribir porque, majo, un título como este se da cada cinco décadas y hay que celebrarlo, joder.

Por otro lado, me quedé pensando si tendremos la misma celebración cuando la blanquirroja pueda ir al mundial. Digo, es un decir.

viernes, 27 de junio de 2008

¿Será el final?

Por algún lado, de esos en donde yo siempre leo tonterías que se me quedan grabadas en la memoria, leí que alguien intentaba sostener la afirmación de que a los canosos no se les cae el pelo. Es decir, si el fenómeno en tu cabeza es que primero te empiezan a salir canas y no a caérsete el cabello pues puedes estar tranquilo por que llegarás a viejo con pelo en la cabeza. Es decir, no te enfrentarás a la necesidad de tener que usar gorro para dormir cuando haga frio.

A mi lamentablemente, primero se me empezó a caer el cabello. Ese proceso empezó cuando yo tenía 18 o 19 años y por eso en mi fue creciendo la pasiva resignación cual nazareno que sabe que le toca y se viene lo ineludible.

Hasta que hace dos días me descubrí una cana. La primera que he visto jamás en mi cabeza. El primer pensamiento que tuve, como no pudo ser otro, fue: "Carajo, me estoy poniendo viejo a ojos vistas". Pero luego me abracé a una esperanza. ¿Y no será, pensé, que esta canita es el aviso que me dice que a partir de ahora me volveré canoso y ya no se me seguirá cayendo, lenta e inexorablemente, el cabello? ¿Será esto el anuncio del fin de un ciclo y el inicio de otro mucho menos otoñal?

Espero que si.

Aunque, no es necesario caminar mucho ni pensar mucho para darse cuenta que también existen peladitos canosos. Digo, es un decir.

martes, 24 de junio de 2008

Miercoles de fútbol.

La vida hoy por hoy me ha premiado con muchas cosas por hacer y muchas cosas por cumplir. Trabajos que presentar, lecturas que resumir, exámenes por dar. La universidad siempre te da mucho de eso. En fin.

Es por eso que posiblemente mañana no siga a mi esportin querido en el partido que jugará contra los desteñidos. Importante partido y yo no voy a poder estar ahí. Entones se me hace inevitable pensar en este miercóles desde un punto de vista futbolístico. Y ahí están dos partidos que tienen copada mi atención.

En primer lugar está este partido que jugará mi esportin querido y al que, aunque no lo pueda ver, lo voy a alentar con todo el vozarrón que me sale del alma donde quiera que esté. Y, en segundo lugar, estaré pensando en mi otro equipo. Aquel que escogí en una tarde hace ya varios años y que, con mucho menos fanatismo y asiduidad, lo sigo siempre. Es mi excentricidad, mi ser diferente. Obviamente mi otro equipo, del que alguna vez ya hablé en este blog, no es peruano.

Racing Club juega mañana el partido de ida por la promoción para mantenerse en primera división la próxima temporada. Ha sido un campeonato difícil (todos los campeonatos son difíciles para Racing) y ahora La Academia se juega en ida y vuelta la permanencia. Esta es pues, mi excentricidad. Seguir a un equipo de otro país y que usualmente no es de los que agrupan admiradores en mi tierra. En el Perú donde a todo el mundo se le van los ojos, en lo que a equipos argentinos se refiere, por el antipatiquísimo Boca Juniors yo elegí seguir al equipo que tiene el mismo celeste de mi esportin querido pero ... con bastones blancos.

Hace diez años aproximadamente, cuando Solano jugaba en Boca y gracias a las maravillas de la televisión por cable todo el Perú seguía los partidos del torneo argentino, estuve viendo un Boca-Racing junto a mi hermano. A mí, Boca jamás me terminó de cuajar. Como que no conectamos nunca y esa tarde, recuerdo, la espectativa era una victoria de ese equipo. Sin embargo el gol lo metió el otro y yo salté como un resorte de mi sillón. Al aterrizar de ese salto reconocí que, aunque no llega a tener ni la vigésima parte del cariño que le tengo a mi SC, entre esa Academia y yo sí hubo conexión. Cosas que pasan.

Años despues, decidí correr el riesgo de perderme con la sola finalidad de llegar a Avellaneda y pisar, si no el estadio de Racing, por lo menos la sede social. Y llegué a la segunda, me tomé una foto, me pasee, compré un llavero y me fui. Me fuí con la promesa de volver a Avellaneda pero para encontrarme con mi excentricidad en vivo y en directo. Ya habrá oportunidad.

Bueno, pues mañana ambos equipos se juegan la vida. Y yo estoy que me parto por que me gustaría ver ambos partidos. El de Argentina no lo voy a ver por que no lo pasa nadie así que ni modo. El de acá si podría ... pero creo que no voy a poder. A no ser que me rebele a ultimo minuto. Digo, es un decir.

Las ventajas de lo subrepticio.

Alguna vez leí, no sé dónde, que siempre es bueno que una persona tenga secretos.

Pero yo no soy una persona "de secretos". Digo, usualmente he sido demasiado bocón y compartí incluso cosas que no debía con personas que no se merecían tanta confidencia. Varias veces me gané decepciones por eso. Sin embargo, siempre he sido demasiado "contador". Ahora, contradictoriamente con ese rasgo de mi personalidad, existe otro rasgo y es que los únicos secretos que no puedo guardar son los mios. Los de otras personas si los he sabido atesorar. Raro ¿no?

Siempre busqué a quién contar lo que quería, lo que esperaba, lo que sentía, lo que me angustiaba, lo que me pasaba e incluso lo que no me pasaba. Y casi siempre encontré oídos a quienes torturar con mis inacabables diatribas. Creo que ni yo mismo me soportaría si tuviera que escucharme nuevamente.

Pero me llama la atención el poder guardar secretos propios, sentir el extraño placer de saber algo que no dirás y hacer todo lo posible para que nadie se dé cuenta de lo que estas pasando, lo que estas sintiendo, lo que eres ahora que no eras antes.

Tal vez a la mayoría de gente eso no le parezca nada del otro mundo. Hay muchas personas que son reservadas por naturaleza y que lo más común del mundo para ellas es no decir lo que piensan, lo que pasan. Tienen muchos secretos y no comprenderían la vida sin ellos. Pero, ya les dije, yo no soy de esas. Tengo que controlarme mucho para no comentarle a alguien lo que estoy viviendo. Tal vez por esas hasta tengo un blog donde suelto - ¿qué más podría soltar? - información sobre lo que siento, lo que hago, lo que pienso y lo que quiero.

Pero precisamente por que siempre fui demasiado abierto es que me gustaría poder guardar un secreto mio, que sólo yo lo sepa. Tal vez sea hora de hacerlo ¿no? Saber qué se siente, cómo se hace. Ahora sólo me falta conseguirme un secreto.

O tal vez ya lo tengo y ya lo estoy escondiendo y yo ni cuenta me he dado. Digo, es un decir.

domingo, 15 de junio de 2008

I fought the law ... and the law won.

Ya serán más de diez años cuando mi hermano recibió un regalo que, según recuerdo, no le causó mucha gracia. Era un disco con una caja grandota (equivalente a dos cajas de cd adosadas una a la otra) con un librito lleno de letras chiquitas que jamás leí y con una foto en rosa y negro de unos emocionados rockeros de una pinta bien siglo XX. Un disco compacto doble fue su regalo de cumpleaños y él, tan dado a escuchar tantos discos y a apreciar lo que ya tenía, no lo tuvo en mucha consideración.

Yo no discutía su decisión ya que, en primer lugar, jamás le presté mucha atención a la mayoría de sus discos y además por que ... yo estaba en otras cosas. En segundo lugar por que la única vez que me aventuré a medio-escuchar ese disco no me gustó en absoluto salvo dos canciones (dos de veintiocho) que las escuchaba de rato en rato. Fue así, que ajeno al reconocimiento que se merecía, el disco se dedicó a acumular polvo durante años y años. Fue abandonado y olvidado.

.........

Hace unos tres años aproximadamente se me dio por escuchar parejo a Los Fabulosos Cádillacs. Parejo. Y entre las pistas que estaban en el disco doble recopilatorio que compró mi mismo hermano encontré una versión muy potente de una canción en inglés que me llamó completamente la atención. La escuché con la asiduidad con la escucho yo las canciones que se me pegan: hasta hartarme. Y de tanto escucharla decidí escuchar la versión original de la canción en inglés. Recordé entonces al disco doble olvidado y lo busqué y lo busqué y no lo encontré.

Encontré sin embargo otro disco, también comprado por mi hermano, de la misma banda y en la que estaba la canción que buscaba. Y, aunque distinta y diferente, también me gustó. Sin embargo esa situación, lejos de calmar mi curiosidad, no hizo sino incitarla. Y seguí buscando el disco doble hasta que lo encontré olvidado en el olvido de las cosas que se acumulan en cualquier lado por que no tienen un sitio definido. Y lo escuché de nuevo y me gustó.


Desde entonces es uno de los discos a los que recurro constantemente. Y es que le agarre un gusto tremendo a The Clash gracias al tributo que los Cádillacs hicieron del cancionsón que es "Guns of Brixton". Hoy he vuelto a poner el disco, que va sonando mientras escribo esto, y he vuelto a entender qué inexperto y alelado fui cuando, hace diez años no supe apreciarlo. En realidad no pasa mucho tiempo sin que algo me haga dar cuenta de qué inexperto y alelado he solido ser.

El disco, lógicamente, ya no está en el lugar del olvido. Por el contrario, ocupa uno de los principales lugares de la corta discoteca que tengo en mi pisito. Es uno de los más veteranos entre los originales y eso le da un valor especial, ante mis parcializados ojos. Y sobre todo por el hecho de que llegó a manos que lo aprecian, no tanto por regalo sino por que esas manos - las mías - lo escogieron y decidieron quedarse con él.

Aunque, la verdad sea dicha, ahí también acumula un poco de polvo. Digo, es un decir.

Y el problema es ...

... que no puedo dejar de ser racional y que mis decisiones van a seguir principalmente lo que me parece razonablemente correcto y no lo que me nace de las entrañas.

Aunque se pueda decir lo contrario, estoy convencido de que las entrañas no son buenas consejeras en asuntos trascendentales o importantes. La espontaneidad es singular y es apreciada pero ... ¿qué puedo decir? Prefiero dar un paso razonado y actuar como me dice la lógica que ordena mi vida en los últimos años a dar varios pasos guiado por intuiciones.

Y puede que me pierda muchas cosas por hacer eso. Pero ... el tiempo pasa y durante ese tiempo uno toma decisiones sobre la forma como afrontar su propia vida. Esa fue mi elección y creo que lo va seguir siendo durante algo más de tiempo. Aunque debo reconocer la pertinencia y la eventual conveniencia de la otra opción. Yo no discuto.

Tengo dos opciones para afrontar las cosas próximas y escojo seguir lo que racionalmente me parece lo más adecuado. El momento de lucidez que me devele la posición entrañable no tendrá peso específico en la forma en cómo acuerdo actuar. Entonces escojo lo racional y escojo no entristecerme sino alegrarme. Y me alegraré.

Y así estaré.

La mayor parte del tiempo, claro. Digo, es un decir.

Fds

Había esperado con mucha emoción este fin de semana. No por el partido de Perú que, valgan verdades, no me concitó mucho interés a pesar que, como religiosamente lo vengo haciendo hace 11 años, fui al estadio a ver a la selección.

La semana la pasé con un tema principal en la cabeza y este fin de semana iba a poder, por fin, estar junto a él con tranquilidad. Lo tengo en la cabeza hace semanas y cada momento que invertí me trajo sólo satisfacciones y felicidad. Sin embargo, una cosa es pensar y planear y esperar y otra muy distinta es estar ahí, juntos.

Y aunque la vida esta llena de cosas geniales y cosas no tan geniales, lo principal está en saber quedarse con lo positivo. Así eso me haya dejado, principalmente, las ansias por más.

En fin, las cosas pasan por algo. Digo, es un decir.

jueves, 5 de junio de 2008

¡¡¡Mordor!!!

Frase trillada es aquella que dice que la realidad supera la fantasía. Trillada y cierta, para qué. Y algunas veces supera (o iguala tampoco hay que ponerle tanta levadura al asunto) incluso a una de las mejores fantasías que existen.

Bueno, ojeando algunos blogs interesantes encontré este paisaje mordoriano. Es un volcán en Etiopía que es una verdadera laguna de lava. Alucinantes las fotos. Tal parece que Etiopía es un país con muchas cosas interesantes.



¿Más información? Bueno, yo lo ví en http://101lugares.blogspot.com.

miércoles, 4 de junio de 2008

Cuando no tienes nada que decir ...

... mejor es no decir nada.

...

O también puedes mucho ya que es otra forma de hablar y hablar y no decir nada.

Depende del estado de ánimo, creo yo. Digo, es un decir.

Pegatina

¿No les ha pasado que de pronto se quedan pegados a una canción y la escuchan una y otra y otra y otra vez?

Bueno, hace tres días que no paro de escuchar "Just the two of us" en las distintas versiones y por los distintos cantantes que la interpretaron. Y, para aquellos que les gusta leer entre líneas o entender más allá de lo evidente, lo hago sin ningún motivo distinto al hecho simple de que me gusta la canción. ¿O es que acaso si tendré algún motivo especial? Hummmmm.

Por lo pronto ya tengo que escucharla a volumen bajito pues ya como que esta cansando.

Malos entendidos.

(Sonido de noticiero al fondo)

Uno: Obama le ganó a Clinton en las primarias.
Dos: ¿De qué me estas hablando? ¿De tennis?

(Sonrisa)

Ups!

Y entre tantas cosas que pasan, también se me pasó el hecho de que el pasado 25 de mayo este blog ya cumplió dos años.

Dos años y 273 posteos.

Albricias, albricias. Digo, es un decir.

lunes, 2 de junio de 2008

En junio

El mes de mayo ha sido el mes en que he posteado menos desde que abrí "Digo", salvo el primer mes de vida de este blog que en realidad no cuenta por que no fue un mes entero sino que fue sólo una semana. Y si pues, la vida no ha estado muy posteadora. Estas últimas semanas han sido de descubrimientos, de molicie, de frenética actividad, de noches largas y días cortos.

Hace ya varios días, y se lo he comentado a quienes tengo cerca, tengo la sensación de que algo va a revolucionar mi vida que, siendo sinceros, se ha arutinado un poco. Tengo el presentimiento de una inminuente voltereta que va a traer de cabeza mi modo de vida, en todo sentido, que de pronto mi ritmo ya no va a resultar adecuado para lo que voy a enfrentar. Y bueno, hay que reconocerlo, algunas cosas si han cambiado en las últimas semanas. Algunas personas han reaparecido y otras han terminado de desaparecer, otras amenazan con volver a asumir un papel protagónico y unas pocas renuncian a seguir el camino que se les ofrece mientras veo alrededor y sonrío con la cercanía de quienes siguen. Se me han fortalecido algunos vínculos y se han aflojado otros. Los negocios van viento en popa, la universidad me recibió bien y me trata mejor. Por lo demás, todo anda viento en pos. Si pues, las cosas se están pintando diferente que hace un par de meses. Y eso me alegra.

Pero aún siento que viene más.

Tengo cosas que vienen y que se van a ir. Pienso y, no creo equivocarme, que voy a extrañar mucho lo que voy a dejar ir. Pero también tengo la certeza de que es lo mejor dejar ir. No por el inutil romanticismo de sentirse un sacrificado alejandote de lo que te trae algunas alegrías y satisfacciones sino por que, de verdad, hay cosas que son imposibles de ignorar y aún más difíciles de afrontar. No siempre la confrontación es la mejor arma. Por el contrario, a veces es mejor dejar un compromiso inconcluso y asumir otro - que tampoco es malo - para, quien sabe, retomar las cosas más adelante. Los negocios son complicados.

Y dentro de ese vórtice de cambios, de puntos de vista diferentes, de la importancia de cosas a las que no les presté importancia durante mucho tiempo, del descubrimiento de nuevas necesidades, este blog se quedó corto. Se quedó sin reacción. No supo sobreponerse a la realidad, cual definición que tras ciertos cambios en la realidad se quedó desactualizada y, más que corresponder, se estira para seguir haciendo referencia a lo que antes describía. Digo va a tener que cambiar, aunque por ahora no sé cómo y a qué.

Podría ser muy fácil decir que cierro el blog. Pero no lo voy a hacer por que, más allá de lo bueno o malo que puede contener, no reniego de lo que pensé y pienso. Probablemente ya no piense igual en muchas cosas pero no por eso tengo que extinguir la colección de fantasmas que es este blog y que, más allá de pretensiones diversas, fue la idea de su apertura. Asi queno lo voy a cerrar, pero si estoy viendo la forma de cambiar el enfoque.

¡¡¡¡Todo va a cambiar!!!!

Y mientras más cambia, más sigue siendo igual, ¿no? Digo, es un decir.