Definitivamente hay cosas que le matan a uno todo el espíritu navideño que con tanto esfuerzo está recolectando y juntando para poder esbozar una sonrisa en el momento en que abrace a su gente y se preparen todos para trocear el pavo.
El otro día salí de mi nuevo barrio para tomar mi cumplidor taxi que me lleve a la chamba, cuando en plena esquina de Velasco Astete y San Borja Norte me encontré al peor Papá Noel que ha podido existir.
Luego de eso, al primer gordito que me venga con jojojos no lo voy a volver a ver igual. No hay derecho, de verdad. Me pregunto si éste tendra algo de que jojojarse. Digo, es un decir.
El otro día salí de mi nuevo barrio para tomar mi cumplidor taxi que me lleve a la chamba, cuando en plena esquina de Velasco Astete y San Borja Norte me encontré al peor Papá Noel que ha podido existir.
Luego de eso, al primer gordito que me venga con jojojos no lo voy a volver a ver igual. No hay derecho, de verdad. Me pregunto si éste tendra algo de que jojojarse. Digo, es un decir.
3 comentarios:
Pucha tan arrancados andamos ahora que hasta Papa Noel tiene que pedir propinas para sacar para los juguetes y demás regalos.
¿Dónde está el chorreo digo yo?
Ese Papa Noel ta con hambre. Que mata ilusiones.
Slaudos.
Realmente me quitó la gracia de hacerle una entrevista a un papá noel peruano... iba a ser mi proximo post :( Plop!
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