En este Perú de Alan García 2008 hay cosas peculiares que todos hemos sufrido. O es que acaso alguien me va a venir a decir que nunca entró a un buen chifa. ¿Y acaso en aquella situación nunca se vieron ante los dos chinos del chifa hablando en su idioma? ¿O hablando por teléfono? Y bueno ... son chinos ¿no?
Pero el problema no es tanto cuando hablan en chino. Claro que te pueden estar mentando la madre y tu ni cuenta te das. El problema, macho, es cuando intentan chapucear el español. Y si bien hay chinos chiferos que soy muy competentes en hacerse entender en castellano, hay otros que ni el paso de los años ni la mayor aplicación les facilitan lograr la articulación.
A media cuadra de la casa de un buen amigo hay, desde que yo conozco el barrio, un chifita tristón donde algunos incautos suelen apurar, también, algunas cuantas cervezas. Sin embargo la tristeza del local nos previno de entrar. En los 12 años que debo estar frecuentando esa cuadra, no debo haber entrado a ese chifa más de dos veces. Y las dos veces salí con ganas de no volver nunca más. Bueno, fue este chifita el que hace unas semanas anunció un sábado que no iba a atender. ¿Cómo lo anunció? Pues, como resulta lógico, mediante este anuncio.
Peculiar ¿no?
Pero no sólo hay que reconocer el esfuerzo sintáctico de hacer entender el mensaje sino, sobre todo, el esfuerzo de aparecer también competente ortográficamente como puede verse en la tremenda tilde que acentúa la palabra "atencíon"
Ahora, personalmente, yo me quedé en ascuas por que nunca supe qué pasó al día siguiente qué el chino muy gentilmente me pedía que esté atento.
Supongo que me perdí un ofertón de aquellos. Digo, es un decir
Pero el problema no es tanto cuando hablan en chino. Claro que te pueden estar mentando la madre y tu ni cuenta te das. El problema, macho, es cuando intentan chapucear el español. Y si bien hay chinos chiferos que soy muy competentes en hacerse entender en castellano, hay otros que ni el paso de los años ni la mayor aplicación les facilitan lograr la articulación.
A media cuadra de la casa de un buen amigo hay, desde que yo conozco el barrio, un chifita tristón donde algunos incautos suelen apurar, también, algunas cuantas cervezas. Sin embargo la tristeza del local nos previno de entrar. En los 12 años que debo estar frecuentando esa cuadra, no debo haber entrado a ese chifa más de dos veces. Y las dos veces salí con ganas de no volver nunca más. Bueno, fue este chifita el que hace unas semanas anunció un sábado que no iba a atender. ¿Cómo lo anunció? Pues, como resulta lógico, mediante este anuncio.
Peculiar ¿no?
Pero no sólo hay que reconocer el esfuerzo sintáctico de hacer entender el mensaje sino, sobre todo, el esfuerzo de aparecer también competente ortográficamente como puede verse en la tremenda tilde que acentúa la palabra "atencíon"
Ahora, personalmente, yo me quedé en ascuas por que nunca supe qué pasó al día siguiente qué el chino muy gentilmente me pedía que esté atento.
Supongo que me perdí un ofertón de aquellos. Digo, es un decir
1 comentario:
Pobre chinito. Cuando tengas un negocio de lo que sea en croacia (por decir cualquier lugar con idioma raro)... alguién se burlará también al verte "chapuceando" croata.
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