Parado frente a la cartelera me puse a examinar lo que estaban dando y mi primera condición fue que iba a ver algo que no pudiera ver en Lima. Lo primero que me llamó la atención era una película en estreno y que, de sólo ver la litografía, vaticiné que esa película "jamás llegaría a Lima". La película en cuestión se llamaba "La vie en rose" y como era evidente era una biopic de Edith Piaf - a estas alturas por a dar por sentado que todos saben quien es Edith Piaf, macho-.
Así que tomé la decisión y justo cuando me iba a hacer mi cola para comprar mi entrada, mi mirada se fijó en otra litografía de una película que no recuerdo exactamente cómo se llamaba. "Argentina por dentro" o "Argentina dormida", algo así. De pronto pensé que esa tampoco iba a llegar nunca a Lima y que ya que estaba por allá podía ver algo de cine nacional argentino. La sinopsis me decía que era un documental que hacía un breve repaso por la historia reciente argentina. Me pareció interesante y cambié mi opinión inicial.
Me fumé un fiasco de dos horas. El documental no veía mucha historia sino que era una crítica zurdona de la situación de ese país, situación que para un extranjero de derecha no resultó muy interesante a fin de cuentas. La película me causó somnolencia y logró solamente que adelante mis horas de sueño para dormir a pierna suelta en una casi totalmente vacía sala.
Lógicamente mi queja iba por que ... hubiera visto la de Piaf, mejor.
En fin, esa anécdota quedó dentro de mis recuerdos y me quedé con las ganas de ver la película aquella. Más aún cuando hace semanas me enteré que la actríz que hizo de Piaf ganó el oscar. En fin. Hará unas semanas conseguí el DVD de la película - kind of - y me la vi. Quedé tranquilo.
Lo que me llamó la atención es que repasando la cartelera me dí con la sopresa de que mi profecía falló y es que la película de marras está dándose acá. Casi con un año de retraso pero llegó. Claro que me queda la idea que si la actriz no hubiera ganado el oscar, mi vaticinio no hubiera estado tan errado.
Lo gracioso es que, ahora que puedo verla en el cine, ya no tengo las mismas ganas para verla. En fin. Eso me pasa por no tener paciencia y no confiar en los empresarios de cine de mi país. Digo, es un decir.
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