Barra Brava es un bar-restaurant en pleno Miraflores.
Barra Brava pasa los principales partidos del día.
Barra Brava tiene como 20 televisores, donde quiera que te sientes tienes la visión perfecta de un televisor y, por ende, del partido que se transmite.
A Barra Brava usualmente van personas que trabajan por Miraflores y aprovechan su larga o corta hora de almuerzo para verse el partido, o los partidos, que se juegan ese día.
El miércoles pasado se jugó la segunda fecha de los cuartos de final de la UEFA Champions League y en Barra Brava se dividieron los televisores. La mitad pasaba el Manchester-Roma y la otra mitad (además de la pantalla gigante) pasaba el Barcelona-Schalke.
Barra Brava tenía varias mesas llenas de gente que comían, bebían y gritaban mientras veían dos partidazos producto del mejor fútbol que puede verse hoy por hoy.
Pero había un sólo televisor, uno sólo, que no pasaba ninguno de esos dos partidos.
Había, también una persona, una sóla persona que veía ese televisor. Esa persona se vió obligada a ir pidiendo regularmente varias cosas para que, si a alguien se le ocurriera pedir que ese televisor fuera cambiado y pase alguno de los otros dos partidos, la gente del restorán se niegue por que la persona que estaba viendo su propio partido estaba que gastaba parejo.
Al entrar, esa persona se sintió rara. Mientras en la puerta del Barra Brava había una pizarra grandota que anunciaba los dos partidos europeos con letras gigantescas, él se dirigió al mozo: Yo quiero ver al Cristal,¿En qué televisor puedo ver al Cristal? Y ante la sorpresa, le asignaron un televisor en un rincón.
Y es que, mientras que en Barcelona y en Manchester se jugaban sendos partidazos, en la humilde Sullana jugaba mi esportin querido. Y si yo fui a Barra Brava, no fue para ver a los fuera de serie, fue para ver a mi esportin querido, que ganó su partido.
Y, ¿qué le vamos a hacer? En la medida de mis posibilidades, yo lo sigo a todas partes.
Total, es el amor de mi vida. Digo, es un decir.
Barra Brava tiene, como característica principal y exclusiva, que es un bar restaurant futbolero.
Barra Brava pasa los principales partidos del día.
Barra Brava tiene como 20 televisores, donde quiera que te sientes tienes la visión perfecta de un televisor y, por ende, del partido que se transmite.
A Barra Brava usualmente van personas que trabajan por Miraflores y aprovechan su larga o corta hora de almuerzo para verse el partido, o los partidos, que se juegan ese día.
El miércoles pasado se jugó la segunda fecha de los cuartos de final de la UEFA Champions League y en Barra Brava se dividieron los televisores. La mitad pasaba el Manchester-Roma y la otra mitad (además de la pantalla gigante) pasaba el Barcelona-Schalke.
Barra Brava tenía varias mesas llenas de gente que comían, bebían y gritaban mientras veían dos partidazos producto del mejor fútbol que puede verse hoy por hoy.
Pero había un sólo televisor, uno sólo, que no pasaba ninguno de esos dos partidos.
Había, también una persona, una sóla persona que veía ese televisor. Esa persona se vió obligada a ir pidiendo regularmente varias cosas para que, si a alguien se le ocurriera pedir que ese televisor fuera cambiado y pase alguno de los otros dos partidos, la gente del restorán se niegue por que la persona que estaba viendo su propio partido estaba que gastaba parejo.
Al entrar, esa persona se sintió rara. Mientras en la puerta del Barra Brava había una pizarra grandota que anunciaba los dos partidos europeos con letras gigantescas, él se dirigió al mozo: Yo quiero ver al Cristal,¿En qué televisor puedo ver al Cristal? Y ante la sorpresa, le asignaron un televisor en un rincón.
Y es que, mientras que en Barcelona y en Manchester se jugaban sendos partidazos, en la humilde Sullana jugaba mi esportin querido. Y si yo fui a Barra Brava, no fue para ver a los fuera de serie, fue para ver a mi esportin querido, que ganó su partido.
Y, ¿qué le vamos a hacer? En la medida de mis posibilidades, yo lo sigo a todas partes.
Total, es el amor de mi vida. Digo, es un decir.
1 comentario:
Chalo,
Me imagino que el domingo pasado debes haber delirado con el empate ante Alianza.Yo me amargué, siendo aliancista le aposté a Cristal y casi pierdo la camisa, en fin.
Saludos
Schatz
Publicar un comentario