domingo, 6 de abril de 2008

El infierno es el otro.

Las películas pornográficas resultan siendo un "must" en el desarrollo de casi todo el mundo. Casi todas las personas que conozco han visto por lo menos una y no dejo de sentir cierta lástima por aquellas personas que arrugan naricita y me dicen que no lo hicieron y que no lo harán como si de descabezar un bebé recién nacido estuviéramos hablando. Lo que si conozco y respeto más es a personas que no le gustan, no le llaman la atención y también a personas que suelen consumirlas con regularidad, asiduidad, frecuencia, fruición y obsesión inclusive. Sin embargo, pareciera que a pesar de esa universalidad, sigue siendo políticamente incorrecto que una persona se reafirme como alguien que, eventualmente, consumió algún tipo de pornografía.

Personalmente harán ya 15 años de la primera película XXX que vi alguna vez en mi vida. Desde entonces la pornografía - cual bien escaso - tuvo siempre un halo de prohibición, de logro y de emoción. Finalmente, con esto de la internet, el acceso es simplícimo y uno puede verse lo quiera verse. De pronto el acceso dejó de ser algo emocionante y eso, como todo que en algún momento pierde el halo de sórdidez que lo hace interesante, hizo que pierda gran parte de su encanto. Si es que podemos hablar de "encanto". Pero, con la pérdida de la emoción y con la abundancia de fuentes con que uno se encuentra, las cosas quedan reducidas a lo que terminan siendo: imagenes repetitivas y repetitivas.

Es por eso que personalmente harán ya muchos años que las películas XXX regulares, lo que se llama hardcore, donde fornidos fortachones se entrelazan en convencionales y no tan convencionales intercursos con despampanantes y chillantes rubias operadas dejaron de causarme la mas mínima emoción. Más bien me aburren. En mi ámbito interno siento una predilección por lo que más cercano puede ser a la realidad, una pareja normal haciendo cosas ... normales. Pero nada de las películas actuales, aquellas donde se utiliza cualquier argumento o gag para motivar inverosímiles situaciones conducentes a sexo. Parece que sería mucho pedir una película XXX con argumento pero, no sé, a veces sería bueno aderezar las cosas con alguna historia, algún background.

Yo no podría llamarme a mi mismo un "consumidor" habitual de cine para adultos. He visto varias películas varias veces, alguna vez en mi casa se escondieron dos que tres revistas y una o dos películas - que ya no están, macho, los tiempos cambian -. Pero algo de interés si he tenido y tengo. Ya les explico.

Yo suelo esquivar los momentos tediosos de la oficina con lectura de otras fuentes. Usualmente navegar por la wikipedia en inglés me trae algunas sorpresas sobre cosas, hechos, lugares, artefactos y sustancias que no conocía y que resultaban chulísimas. En una de esas escapadas de la rutina la navegación y la divagación por internet me llevó, siempre dentro de la misma wikipedia, a este tema del que les hablo. Y leí. Ahí me encontré con el detalle, inesperado debo reconocer, que hace treinta años las películas XXX tenían un argumento - pobre, pero argumento -. La presión de la sociedad hacía que existiera una cierta exigencia por este tipo de cine y la única forma de saltar las censuras era incorporando las escenas sexuales a una trama. Y es así que saltaron películas como Deepthroat, que marcaron un antes y un despues y que incluso, hoy por hoy, siguen proyectándose en algunos cines estadounidenses. Películas que para el hombre común y corriente y sin mayor curiosidad quedarán enterradas entre tanto softcore y hardcore mediocre.

¡Eh! Vamos, que no estoy diciendo que lo mejor en que uno puede utilizar su tiempo libre es en buscar pornos de hace más de treinta años. Digo que siempre resulta interesante enterarte de cosas que no sabías. En efecto, la nueva conciencia de la existencia de películas que, en su ámbito, terminan siendo "de culto" me picó la curiosidad tremendamente. Inclusive aún más cuando las personas que hablaban de las mismas las consideraban sobre las actuales que - al igual que lo que ya puse más arriba y que es lo que yo pensaba - resultaban siendo de una monotonía apabullante. Esos datos me despertaron el interés y quise ver esas películas de hace más de treinta años y que tanto las estimaban quienes parecen ser conocedores de estas cosas.

Y así vi algunas de esas y pude confirmar pues que, a pesar de su pobreza, esas cintas merecían recibir cierto mérito que las ponga sobre las que actualmente uno encuentra nadando en la internet y que le suelen aparecer a través de incómodos pop-ups y spam. En efecto, los datos que había encontrado en la wikipedia en inglés estaban en lo correcto. De pronto, sin perder el hálito de sordidez y mundaneidad, se iba generando una suerte de "respeto", por así decirlo, por esfuerzos que intentaron utilizar lo mundanamente simple para generar algún tipo de mensaje, de arte, de cine.

Fue así como llegué a ver "Devil in Miss Jones" que, según lo que he podido leer, resulta siendo una de las películas más "de culto" del género. Es una película XXX como Dios manda - ¿manda Dios las películas XXX? - pero, a diferencia de las demás, donde el argumento simple es recurrente y tontuelo, esta presenta una historia sórdida, distinta, deprimente, gris. Como que, más allá de las escenas explícitas, lo principal resulta siendo el hilo narrativo, el inicio y el final de la historia. Desde la primera escena, que lejos de mostrarte imágenes insinuantes te muestra con total franqueza y crudeza el suicidio de la protagonista, la película marca distancia y te hace notar que estás ante otra cosa. Con un aire más frio y opaco, casi oscuro, que más que excitar, sobrecoje. Ese detalle se vuelve mayor cuando reparas que, lejos de lo que usualmente exige el género, la protagonista es una actriz mayor (coqueteaba con los 40 en la época de la filmación) y con un cuerpo normal sin exageraciones ni grandezas, casi triste.

La trama es singular. La protagonista, una santa mujer que se suicida - virgen inclusive - , se encuentra con que le está vedado el cielo por el hecho mismo del suicidio. Sin embargo le llega una posibilidad: ya que de todas maneras se va para el infierno, pues por lo menos que se lo gane ¿no? Y regresa a la tierra y decide ganarse el infierno dándole en total desafuero al pecado de la lujuria. El paso de mujer inexperta a un ente eminentemente sexual se da con naturalidad y es en esa transición donde algunos alaban la capacidad actoral de Georgina Spelving. Cuando le llega la hora de morir definitivamente, se percibe que recién tiene angustia. Recién se apegó a la vida, pero el destino es el destino y un trato es un trato.

Acá conviene poner un "Spoiler warning" por que voy a contar el final.

El infierno para ella no es dolor ni fuego. Es un cuarto cerrado que comparte con un hombre. Un hombre igual de atormentado pero que, a diferencia de ella, tiene la cabeza en extraños pensamientos y no presenta el menor interés por el sexo ni por la mujer desesperada que tiene a su lado. La escena final de la angustia eterna de la protagonista es la que cierra la película y fue, justamente, la que la abrió. Un final gris, a mi parecer. Un final que creo que se convierte en la principal escena de la película en desmedro de todo lo que se vio en ella.



Fin del "Spoiler warning".

Al final de la película quedé con el ánimo bajón. Definitivamente, sin caer en situaciones desagradables (más bien convencionales podemos decir), es una película de desesperanza. Y que a pesar de contar con el estigma de ser una película para adultos termina siendo algo que no te deja la sensación de haber perdido el tiempo viéndolo.

Yo no soy un cinéfilo ni nada que se le parezca. En cosas como estas soy más un glotón que un gourmet, es lo que siempre digo. Y tampoco es que pretenda convertir este blog en una suerte de catálogo de películas de adultos. Es simplemente que este tipo de películas te sacan de cuadro, no se quedan en la convencionalidad y te dan lo que esperas de ellas, sí, pero acompañado de muchas otras cosas que no pediste pero que te dejan con una sensación de conformidad. Con ésta recién entendí realmente lo que decían aquellos a quienes leí en la wiki y creo que tienen razón. Definitivamente cambió la imagen que yo tenía hasta ese momento del cine para adultos dándome a entender que, incluso con pornografía, puedes hacer cosas interesantes.

Satisfecha la curiosidad, ahora me interesaré en otras cosas. Algo más monástico para temperizar. Digo, es un decir.

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