martes, 15 de abril de 2008

El ascenso.

Omar, el buen amigo de quien hice varias referencias a lo largo de este blog, ya no trabaja conmigo. Se fue en pos de un futuro má$ promi$orio y má$ pro$pero.

El efecto de eso fue que, tras escasos dos años en el Estudio, resulté siendo el abogado más antiguo - luego del jefe, claro -. Algo así como el "abogado decano". Que gracioso, ¿no? Y bueno, como ese detalle no se ha reflejado en el cheque de la felicidad, por lo menos me ascendieron pasándome al escritorio grande.

Así tube que dejar el rinconcito que tan amablemente me acogió durante los pasados dos años. Fue una pena por que le había agarrado cariño. Ahora, triste y abandonado se ve así.


Y por lo pronto yo tuve que acomodarme acá.



Que, bueno, es un escritorio mas grande y tiene más espacio que mi humilde cubículo. Creo que poco a poco le iré agarrando cariño.

En lo que sí creo que gané una mejora fue en la vista, ya que pasé de ésta vista de Miraflores


A ésta vista de Miraflores


En fin. Los ocasos son espectaculares, lástima que esté la mayor parte del tiempo de espaldas a ellos.

Lo malo es que ahora, no tengo con quien conversar. Digo, es un decir.

1 comentario:

schatz67 dijo...

Hola Chalo,

Soy acrofóbico por naturaleza, nunca sabré si me podría acostumbrar a una altura así por más espectacular que sea la vista.

Me haz hecho acordar una imagen instantánea cuando desde una oficina en la que trabajaba los fines de semana veía la misma imagen que cuelgas en el post.En días de sol o tardes de sunset la vista es impagable.

Saludos

Schatz