viernes, 8 de agosto de 2008

8/8/88 - 08/08/08

Yo era de los mas bajos del salón ... y es que saltaba a la vista que tenía un año menos que todos los demás. Y por eso me hacían formar adelante (aunque nunca en la primera fila por que, felizmente, habían otros que eran y fueron y son aún de menor estatura que yo) y por eso, en ese primer año en el Salesiano de Huancayo, me hicieron sentarme adelante. Frente a la pizarra.

Era clase de matemática, recuerdo. Y recuerdo también que mi profesor tenía una curiosa forma de poner fechas y además la costumbre de poner la fecha en un rincón de la pizarra. Luego perdió la costumbre y obligó que, según orden de lista, cada día uno de los alumnos teníamos que encargarnos de poner la fecha en el rincón designado de la pizarra. A diferencia de los demás mortales, él no ponía la fecha separadas por un "slash" o un guión sino que las ponía como fracciones. Un número debajo de otro separados por una raya horizontal. Algunas veces - las más de las veces - el tema se le ladeaba y ya no era una fecha vertical sino más bien una fecha diagonal. inclinada hacia abajo pero con la clara forma de una fracción.

Recuerdo que ese día, aunque no recuerdo qué día de la semana fue, yo me quedé mirando la fecha recién puesta con tiza. La recuerdo como si estuviera frente a mi cara y recuerdo que hubo un comentario - no logró colegir cuál - del profe respecto al curioso cuadro que era esa fecha: un ocho sobre otro ocho sobre un ochenta y ocho. Y recuerdo además que luego del comentario inicial vino otro comentario respecto a que un día llegará una fecha más peculiar aún que sería, según como la pondría mi profesor, un ocho sobre un ocho sobre un ocho. "Pero ese día ya no lo veré yo" - fue su sentencia.

Yo pensé - y este recuerdo viene como "bonus" por que lo principal del recuerdo no era mi pensamiento sino la peculiar fecha - "Qué será de mi cuando llegue ese día. ¿Cómo estaré? ¿Dónde estaré? Tendré 28 años". Y recuerdo además que a mis ocho años la sóla idea de tener 28 alguna vez me pareció sumamente surrealista, espectacular, increiblemente viejo.

Bueno. Han pasado veinte (20) años desde aquella mañana en la que sentado en una de las carpetas bipersonales de la primera fila del salón correspondiente al 4º "A" de primaria del Colegio Salesiano "Santa Rosa" de Huancayo me sorprendí de la existencia de una fecha compuesta por puros ochos y con la conciencia que algún día vería otra fecha compuesta también por puros ochos pero más "pura" que la otra por que aquella tenía un ochenta y ocho y esta no. Sólo ochos. Cero ocho cero ocho cero ocho.

Y llegó la bendita fecha, macho. Y ya se está yendo. Y yo tengo 28 años, y me va bien, estoy bien, vivo en Lima y soy feliz.

Pero, digas lo que digas, veinte años es un huevo de tiempo ... y se pasan volando. Digo, es un decir.

3 comentarios:

RacuRock dijo...

que tal recuerdo... sales premiado co nmi comentario.. jeje..

Dragón del 96 dijo...

Que raro que este año no hayan dicho nada de que el mundo se va a acabar, supongo que eso lo pensó tu profe en su momento.

Slaudos.

Angélica Camacho dijo...

Los tres ocho me hacen recordar a los tres chanchitos. Pero no niego que me emocionó verlos en el calendario, igual que el 7 del 7 del 7 el año pasado.