Si las personas fuéramos como las matemáticas, todo sería mucho más claro y previsible. Previsiblemente aburrido también, habría que decirlo.
Entonces, no siempre cuando restas algo te quedas con el resto. Por el contrario, puede ser que por restar 1 al 5 no sólo no te queden cuatro sino que no te quede nada. Cero, nada, nothing, niente. La misma lógica nos dice que no siempre que sumas terminar teniendo más. A veces por sumar 1 al 3 no tienes 4 tampoco sino que podrías causar un raro efecto y quedar con un, digamos, ¿2?
Y es que al momento de calcular cuentas con una variable incierta y que ciertamente no manejas. Esa variable es la idea de la otra persona que puede apreciar mucho tus operaciones aritméticas o simplemente pensar que son una buena cantidad de bullshit (Nota mental: debería haber una palabra en español que tenga el mismo sentido que esta anglo). De esta conjunción resulta si tus matemáticas van a ser correctas o incorrectas. Un albour, sinceramente.
No se si me dejo entender. En fin.
Y eso me deja pensando que al momento de tomar decisiones uno debe tener eso en cuenta por que, por acomodar las cosas, terminas quedándote con algo que no es lo que querías. Y tal vez querías menos aún de aquello que quisiste cambiar.
Entonces, ¿debería quedarme aceptando cosas que no puedo cambiar o que por querer cambiarlas me gano un bolondrón que no quise crear y que no pienso soportar?
Pues no. Felizmente las personas - así como no son numéricas ni respetan una lógica matemática simple - tienen dos piernas para irse. Y también para venir. Por que si voy o vengo es puramente una cuestión de perspectiva. Aparentemente me voy pero tal vez resulte que estoy viniendo.
Complicado ser humano y estar rodeado de humanos. Pero, por lo menos, entretenido. Eso también habría que decirlo.
Digo, es un decir.
P.D. Las flores me hicieron efecto y decidí aceptar su seducción. Voy a aplicarle una disciplina a esto. Así que Digo - mi block de apuntes - recibirá más atención de mi parte. He vuelto.
Entonces, no siempre cuando restas algo te quedas con el resto. Por el contrario, puede ser que por restar 1 al 5 no sólo no te queden cuatro sino que no te quede nada. Cero, nada, nothing, niente. La misma lógica nos dice que no siempre que sumas terminar teniendo más. A veces por sumar 1 al 3 no tienes 4 tampoco sino que podrías causar un raro efecto y quedar con un, digamos, ¿2?
Y es que al momento de calcular cuentas con una variable incierta y que ciertamente no manejas. Esa variable es la idea de la otra persona que puede apreciar mucho tus operaciones aritméticas o simplemente pensar que son una buena cantidad de bullshit (Nota mental: debería haber una palabra en español que tenga el mismo sentido que esta anglo). De esta conjunción resulta si tus matemáticas van a ser correctas o incorrectas. Un albour, sinceramente.
No se si me dejo entender. En fin.
Y eso me deja pensando que al momento de tomar decisiones uno debe tener eso en cuenta por que, por acomodar las cosas, terminas quedándote con algo que no es lo que querías. Y tal vez querías menos aún de aquello que quisiste cambiar.
Entonces, ¿debería quedarme aceptando cosas que no puedo cambiar o que por querer cambiarlas me gano un bolondrón que no quise crear y que no pienso soportar?
Pues no. Felizmente las personas - así como no son numéricas ni respetan una lógica matemática simple - tienen dos piernas para irse. Y también para venir. Por que si voy o vengo es puramente una cuestión de perspectiva. Aparentemente me voy pero tal vez resulte que estoy viniendo.
Complicado ser humano y estar rodeado de humanos. Pero, por lo menos, entretenido. Eso también habría que decirlo.
Digo, es un decir.
P.D. Las flores me hicieron efecto y decidí aceptar su seducción. Voy a aplicarle una disciplina a esto. Así que Digo - mi block de apuntes - recibirá más atención de mi parte. He vuelto.
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