lunes, 31 de julio de 2006

Spondylus



El 28 de julio pasado pasará a la historia como el regreso de García. Sin embargo, antes de hablar de García, hablaré de otro indeseable. No, no es Toledo. Aunque, podemos empezar por Toledo. Una de las ultimas cosas que Toledo sintió fue un gran fastidio por tener que ir al Te Deum. Eso es entendible toda vez que es harto conocido el intrínseco fastidio que implica oirse una misa. Sin embargo, escuchar al excelentísimo señor cardenal es, en si mismo, un completo desproposito. Y no solo por el hecho de que le prestas oidos y respeto a una persona que, realmente, no se merece ni uno ni otro sino por que, tal como le pasó a Toledo, corres el riesgo de escuchar cada barrabasada.

Hay una historia ayacuchana que tiene ya como 20 años. Cuenta de una oficina arzobispal que, en tiempos en que la iglesia (autoimpuesta como una institución piadosa y útil) resultaba siendo la última instancia de ayuda para muchos desesperados infelices, tenía su centenaria puerta cerrada. ¿Era domingo? No. La puerta estaba cerrada por que no querían atender. Y lo vergonzante era el infame cartel que se hizo famoso. "No se atienden quejas sobre derechos humanos". Osea, si tenías alguna quejilla respecto a la vida sexual del vecino, posiblemente el arzobispo podría prestar oidos y hablar al respecto en la homilía del domingo. Pero si los terroristas te desaparecieron al hermano, pues el arzobispo estaba muy ocupado. Tal vez contando las hostias, en tiempo de escases no se pueden consagrar mas hostias que las necesarias. Esta historia la recogió la CVR que podrá ser todo lo imperfecta que fue pero que nos permitió enterarnos de cosas como estas para que luego no vengan a dorarnos la píldora.

Ese gentil prelado ahora es cardenal (y despues me preguntan por que no creo en la iglesia) y lo peor es que tiene la guasa de quejarse y hablar de la CVR y decir que no es posible que, en el informe de ésta, se hable mal de las fuerzas armadas y de la iglesia, osea, de él. Sinceramente, con gente como esa en la iglesia, yo me alegro de estar en la vereda del frente. Digo, es un decir.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

sutil mi estimado primo... bastante sutil :D
GENIAL!!!

Milhoras dijo...

yo no sere tan sutil y dire ,La iglesia no la hace un baboso con sotana tampoco los maricones y comechados que bajo las cupulas y las cruces se esconden, la iglesia la forman personas como yo que pensamos que el concepto es el que nos guia , que creemos en una idea superior y no en simbolismos huecos, si te pones en la vereda del frente puedes estar a salvo pero si te quedas puedes pelear desde donde importa, desde afuera cualquiera es entrenador y goleador, adentro es donde te quiero verrr. dicho yo!!

Anónimo dijo...

El comentario de Ivan es acertado así q ahí tienes, tú decide de q lado prefieres estar y q es lo q quieres hacer; pero creo q la de expectador es muy cómodo y en estos tiempos hay muchoscomo tú...