En los últimos días la gente ha empezado a hablar de la pena de muerte como si se tratara del proximo partido de eliminatorias de la selección. Ahora resulta que todos estan de acuerdo en que debemos matar gente. Otra vez el circo romano, otra vez la irracionalidad.
Lo sorprendente es que esta iniciativa salió del mismo presidente (Bueno, de García yo, personalmente, me espero cualquier cosa) y ahí mismo fue suscrita por personajes tan mediocres de quienes no sorprende en absoluto que apoyen una iniciativa como esa. Pero lo que no advierten (y eso es lo lamentable toda vez que son personas que nos "gobiernan") es que, jurídicamente, el Perú no puede aplicar pena de muerte.
Veamos, la Constitución de 1979 reservó la pena de muerte únicamente para los delitos de traición a la patria en caso de guerra exterior. La del 93, por presión popular, incluyó al terrorismo. Sin embargo esta disposición no se efectivizó nunca. ¿Por que? Pues por que era contraria a un instrumento internacional que el Perú suscribió el año 1981: El pacto de San José o, su nombre técnico, la Convención Interamericana de Derechos Humanos. La misma que dio inicio a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y a la Corte Interamericana de Derechos Humanos a la que estamos sometidos casi todos los estados americanos. Este hecho fue un acontecimiento mundial y mereció el aplauso general. Los estados americanos se hacen cada día un poco mas civilizados.
Pues en esa convención se estipuló que los países, que al momento de suscribir el pacto habían abolido la pena de muerte, no podían establecerla nuevamente. En la misma lógica, aquellos como el Perú que la habían restringido a ciertos delitos graves, no podían ampliarla a otros. Es por eso que jamas se aplicó la pena de muerte para los terroristas, por que no se podía, por que era contrario a un pacto internacional que hay que respetar. Sobre todo en estos tiempos de globalización y de relaciones internacionales.
Ahora hablamos de pena de muerte a los violadores de menores (que son sujetos despreciables, no cabe duda) pero lo que nadie dice es que, para ello, tendríamos que salirnos del sistema americano, lo que nos convertiría en una nacioncilla como Cuba, terca y apestada en el concierto internacional. Y es que en este tipo de cosas no caben las medias tintas, el pacto no acepta que te vayas de "a poquitos" o que lo denuncies por pedacitos. O te vas o te quedas, así de simple.
¿Entonces que va a pasar aca? Simple: El Perú no se va a salir jamas del Pacto de San José. Eso sería un suicidio internacional que no nos podemos permitir. Vamos a tener una ley aprobada por el Congreso (con el voto favorable de Sucari y Hildebrandt probablemente) que nunca se va a aplicar. Es decir, nos vamos a meter todos el dedo a la boca. ¿Y para qué? Digo, es un decir.
Lo sorprendente es que esta iniciativa salió del mismo presidente (Bueno, de García yo, personalmente, me espero cualquier cosa) y ahí mismo fue suscrita por personajes tan mediocres de quienes no sorprende en absoluto que apoyen una iniciativa como esa. Pero lo que no advierten (y eso es lo lamentable toda vez que son personas que nos "gobiernan") es que, jurídicamente, el Perú no puede aplicar pena de muerte.
Veamos, la Constitución de 1979 reservó la pena de muerte únicamente para los delitos de traición a la patria en caso de guerra exterior. La del 93, por presión popular, incluyó al terrorismo. Sin embargo esta disposición no se efectivizó nunca. ¿Por que? Pues por que era contraria a un instrumento internacional que el Perú suscribió el año 1981: El pacto de San José o, su nombre técnico, la Convención Interamericana de Derechos Humanos. La misma que dio inicio a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y a la Corte Interamericana de Derechos Humanos a la que estamos sometidos casi todos los estados americanos. Este hecho fue un acontecimiento mundial y mereció el aplauso general. Los estados americanos se hacen cada día un poco mas civilizados.
Pues en esa convención se estipuló que los países, que al momento de suscribir el pacto habían abolido la pena de muerte, no podían establecerla nuevamente. En la misma lógica, aquellos como el Perú que la habían restringido a ciertos delitos graves, no podían ampliarla a otros. Es por eso que jamas se aplicó la pena de muerte para los terroristas, por que no se podía, por que era contrario a un pacto internacional que hay que respetar. Sobre todo en estos tiempos de globalización y de relaciones internacionales.
Ahora hablamos de pena de muerte a los violadores de menores (que son sujetos despreciables, no cabe duda) pero lo que nadie dice es que, para ello, tendríamos que salirnos del sistema americano, lo que nos convertiría en una nacioncilla como Cuba, terca y apestada en el concierto internacional. Y es que en este tipo de cosas no caben las medias tintas, el pacto no acepta que te vayas de "a poquitos" o que lo denuncies por pedacitos. O te vas o te quedas, así de simple.
¿Entonces que va a pasar aca? Simple: El Perú no se va a salir jamas del Pacto de San José. Eso sería un suicidio internacional que no nos podemos permitir. Vamos a tener una ley aprobada por el Congreso (con el voto favorable de Sucari y Hildebrandt probablemente) que nunca se va a aplicar. Es decir, nos vamos a meter todos el dedo a la boca. ¿Y para qué? Digo, es un decir.
1 comentario:
La pena de muerte a los violadores es un tema realmente absurdo para creer que éso funcionaría y ahuyentaría a cada tipo enfermo que desee arruinar la vida de un niño, la gente no puede pedir si quiera que ésta se realize porque andamos en otra sociedad, son otros pensamientos, lo que hay que cambiar primero es la percepción que tiene la gente hacia el otro, matando a tantos no arreglas nada..entonces? que se hace? cada uno juzga lo que conoce y piensa, solo espero que favorezca a los que necesitan un poco MAS de justicia.
Publicar un comentario