El mes de mayo ha sido el mes en que he posteado menos desde que abrí "Digo", salvo el primer mes de vida de este blog que en realidad no cuenta por que no fue un mes entero sino que fue sólo una semana. Y si pues, la vida no ha estado muy posteadora. Estas últimas semanas han sido de descubrimientos, de molicie, de frenética actividad, de noches largas y días cortos.
Hace ya varios días, y se lo he comentado a quienes tengo cerca, tengo la sensación de que algo va a revolucionar mi vida que, siendo sinceros, se ha arutinado un poco. Tengo el presentimiento de una inminuente voltereta que va a traer de cabeza mi modo de vida, en todo sentido, que de pronto mi ritmo ya no va a resultar adecuado para lo que voy a enfrentar. Y bueno, hay que reconocerlo, algunas cosas si han cambiado en las últimas semanas. Algunas personas han reaparecido y otras han terminado de desaparecer, otras amenazan con volver a asumir un papel protagónico y unas pocas renuncian a seguir el camino que se les ofrece mientras veo alrededor y sonrío con la cercanía de quienes siguen. Se me han fortalecido algunos vínculos y se han aflojado otros. Los negocios van viento en popa, la universidad me recibió bien y me trata mejor. Por lo demás, todo anda viento en pos. Si pues, las cosas se están pintando diferente que hace un par de meses. Y eso me alegra.
Pero aún siento que viene más.
Tengo cosas que vienen y que se van a ir. Pienso y, no creo equivocarme, que voy a extrañar mucho lo que voy a dejar ir. Pero también tengo la certeza de que es lo mejor dejar ir. No por el inutil romanticismo de sentirse un sacrificado alejandote de lo que te trae algunas alegrías y satisfacciones sino por que, de verdad, hay cosas que son imposibles de ignorar y aún más difíciles de afrontar. No siempre la confrontación es la mejor arma. Por el contrario, a veces es mejor dejar un compromiso inconcluso y asumir otro - que tampoco es malo - para, quien sabe, retomar las cosas más adelante. Los negocios son complicados.
Y dentro de ese vórtice de cambios, de puntos de vista diferentes, de la importancia de cosas a las que no les presté importancia durante mucho tiempo, del descubrimiento de nuevas necesidades, este blog se quedó corto. Se quedó sin reacción. No supo sobreponerse a la realidad, cual definición que tras ciertos cambios en la realidad se quedó desactualizada y, más que corresponder, se estira para seguir haciendo referencia a lo que antes describía. Digo va a tener que cambiar, aunque por ahora no sé cómo y a qué.
Podría ser muy fácil decir que cierro el blog. Pero no lo voy a hacer por que, más allá de lo bueno o malo que puede contener, no reniego de lo que pensé y pienso. Probablemente ya no piense igual en muchas cosas pero no por eso tengo que extinguir la colección de fantasmas que es este blog y que, más allá de pretensiones diversas, fue la idea de su apertura. Asi queno lo voy a cerrar, pero si estoy viendo la forma de cambiar el enfoque.
¡¡¡¡Todo va a cambiar!!!!
Y mientras más cambia, más sigue siendo igual, ¿no? Digo, es un decir.
Hace ya varios días, y se lo he comentado a quienes tengo cerca, tengo la sensación de que algo va a revolucionar mi vida que, siendo sinceros, se ha arutinado un poco. Tengo el presentimiento de una inminuente voltereta que va a traer de cabeza mi modo de vida, en todo sentido, que de pronto mi ritmo ya no va a resultar adecuado para lo que voy a enfrentar. Y bueno, hay que reconocerlo, algunas cosas si han cambiado en las últimas semanas. Algunas personas han reaparecido y otras han terminado de desaparecer, otras amenazan con volver a asumir un papel protagónico y unas pocas renuncian a seguir el camino que se les ofrece mientras veo alrededor y sonrío con la cercanía de quienes siguen. Se me han fortalecido algunos vínculos y se han aflojado otros. Los negocios van viento en popa, la universidad me recibió bien y me trata mejor. Por lo demás, todo anda viento en pos. Si pues, las cosas se están pintando diferente que hace un par de meses. Y eso me alegra.
Pero aún siento que viene más.
Tengo cosas que vienen y que se van a ir. Pienso y, no creo equivocarme, que voy a extrañar mucho lo que voy a dejar ir. Pero también tengo la certeza de que es lo mejor dejar ir. No por el inutil romanticismo de sentirse un sacrificado alejandote de lo que te trae algunas alegrías y satisfacciones sino por que, de verdad, hay cosas que son imposibles de ignorar y aún más difíciles de afrontar. No siempre la confrontación es la mejor arma. Por el contrario, a veces es mejor dejar un compromiso inconcluso y asumir otro - que tampoco es malo - para, quien sabe, retomar las cosas más adelante. Los negocios son complicados.
Y dentro de ese vórtice de cambios, de puntos de vista diferentes, de la importancia de cosas a las que no les presté importancia durante mucho tiempo, del descubrimiento de nuevas necesidades, este blog se quedó corto. Se quedó sin reacción. No supo sobreponerse a la realidad, cual definición que tras ciertos cambios en la realidad se quedó desactualizada y, más que corresponder, se estira para seguir haciendo referencia a lo que antes describía. Digo va a tener que cambiar, aunque por ahora no sé cómo y a qué.
Podría ser muy fácil decir que cierro el blog. Pero no lo voy a hacer por que, más allá de lo bueno o malo que puede contener, no reniego de lo que pensé y pienso. Probablemente ya no piense igual en muchas cosas pero no por eso tengo que extinguir la colección de fantasmas que es este blog y que, más allá de pretensiones diversas, fue la idea de su apertura. Asi queno lo voy a cerrar, pero si estoy viendo la forma de cambiar el enfoque.
¡¡¡¡Todo va a cambiar!!!!
Y mientras más cambia, más sigue siendo igual, ¿no? Digo, es un decir.
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