Un buen día lunes, Augusto (que es el nombre que le pondré para efectos de éste blog), hombre casado de unos 43 años con dos hijos de 11 y 9 años, se dirigia como todo buen peruano a su chamba. Tomo su combi en Comas y se dirigia a Ate por la via de evitamiento. De pronto los policias paran la combi y, ante los gritos destemplados de una señora que no paraba de gritar "¡Ese es, ese es!", lo bajaron de la combi. Ojo no estamos en el Chile de 1973 sino en Lima, Perú, el 2004.
La policia (un patrullero de las águilas negras) lo detuvo y, previas marrocas, lo subió al carro y se lo llevó a la comisaría. Le dijeron que lo estaban deteniendo por violación de menores y aunque él dijo que no, igual lo llevaron a la comisaría para que "brinde" su declaración. La declaración fue un tema de rutina. Luego de un rato en la comisaría regresó la señora vociferante (quien ya había intentado pegarle por monstruo) con una llorosa y asustada niña de nueve años. Trajeron a la pobre criatura hasta donde estaba sentado Augusto. Ella, asustada totalmente, no dejaba de mirar el piso mientras la jalaban hacia una habitación llena de policias. Entonces, frente a Augusto, la señora vociferante (madre de la niña) empezó a pegarle y a gritarle para que levante la mirada, vea a Augusto y le diga a los policias que él era el violador que la atacó el sabado anterior (hacían dos días). La niña totalmente nerviosa y asustada, logicamente, empezó a llorar, levantó la mirada y musito que sí, que él era. ¡¡¡¿Estas segura?!!! ¡¡¡Miralo bien!!! Y entre sollozos la niña de nueve años se confirmó en lo dicho, posiblemente por que quería irse a su casa y que la dejaran tranquila. Como si no hubiera tenido suficiente.
En lo que a Augusto se refiere, la policia lo puso a disposición del Juez Penal de Turno quien no tardó mucho en dictar mandato de detención y disponer que se vaya a la carceleta mientras se remitian los actuados a la Fiscalía competente. Asi, a las 2 de la tarde, Augusto entró en la Carceleta de donde salió a las 8 de la noche rumbo al Penal de San Pedro, osea, Lurigancho. En Luri lo recibieron como se recibe a todos los que estan acusados de violación de menores. Se sabe que consiguió protección dentro del penal pero, de que lo bautizaron, lo bautizaron. Sólo salió de Luri cuatro meses despues.
Y ¿por que salió? Bueno, por que durante la investigación fiscal se comprobó lo siguiente:
- La niña tenía un cuadro severo de presión y trauma, no era un sujeto fiable. Ante la presión que recibió podía haber declarado con la misma mínima convicción que fue el Pato Donald quien la violó. No recordaba nada, su mentecita no quería recordar, y su madre la conminaba a gritos a que recuerde y que le diga a un grupo de desconocidos si el pobre infeliz que estaba ahí parado y a quien nunca había visto era el que la violó.
- La niña nunca vió quién la violó. El episodio sucedió un sábado en la noche mientras ella jugaba en la calle correteando por que en su casa no habia nadie. Todos se habían ido a festejar un bautizo en una casa de la cuadra. Las calles de su asentamiento no tienen luz. Ella no sabe quien fue el delincuente.
- La madre sospechaba de un borracho desempleado que por esas épocas vivió en su cuadra. En realidad no había indicios que fuera él pero, como estaba desempleado, era alcohólico y tenía entre 25 y 30 años, nadie podía convencer a la señora de que había sido él. Aunque la fiscalía consiguió testigos que dijeron que él estuvo todo el rato en el bautizo. Igual, a la madre nadie le sacó la idea de la cabeza. Esta persona fue declarada no habida, luego del bautizo del sábado nadie lo vió mas.
- La señora estuvo covencida que tarde o temprano encontraría a este sujeto. El lunes, mientras se iba a sentar la denuncia en la comisaría, vio sentado a Augusto en la combi que llamaba pasajeros y juró por los huesos de sus antepasados que, si el borrachín se lavaba y se ponía una camisa ... resultaba igual que Augusto. En buen romance, ella creyó que Augusto "se parecía" a "su" sospechoso y llamó a la policía.
- Augusto vivía a unas veinticinco cuadras de donde sucedió el tema, tanto sus vecinos como su señora dijeron que ese sábado, él habia jugado pichanga hasta las seis de la tarde y luego tomó hasta casi las nueve, hora que llegó a su casa y se tumbo a dormir la borrachera.
Con todo esto, Augusto, estuvo cuatro meses en Lurigancho, perdió el trabajo, su mujer casi lo mata antes de que pudiera enterarse de todo el cuento y fue violado y desfigurado en el Penal. Y todo por que a alguien en un estado emocional febril se le ocurrio que "se parecia" a quien "posiblemente" violó a una niña. Las suposiciones y conjeturas en este caso son infinitas (¿y si ...?). Yo me quedo con dos reflexiones.
Primera, que fácil es en el Perú, caer preso y ser acusado de lo peor que se puede uno imaginar. Si le pasó a él ¿por que no nos podría pasar a nosotros?
Segunda, hay gente que pide que se mate a los violadores. Pero no ven que tambien se hubiera podido matar a gente como Augusto, como tu y como yo. Basta que estes en el momento y en el sitio exacto y ... te fregaste. A no ser, claro, que confies en el "excelente" sistema judicial peruano. Es decir, confies en que no te van a matar pero si que vas a perder la chamba, que vas a quedar con un buen corte en la cara y con un buen desgarramiento rectal. Digo, es un decir.
1 comentario:
espinoso el tema, pero tambien hay que desarrollar medidas fuertemente disuasivas o las verdaderas lacras seguiran pudriendo a mas victimas
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