lunes, 7 de agosto de 2006

Gloria enhiesta en milenios de historia

Las fechas me ganaron y nunca pude, aunque quise, cerrar oficialmente el ciclo de Julio que abrí a inicios de ese mes. Y aunque no salió exactamente como quería, pues para ser la primera vez, creo que tan mal no me fue. Entonces, para cerrar ese ciclo, hago una última mención patriótica y me dedico a un tema recurrente: El Himno.

¿Cuando te aprendiste de memoria el Himno Nacional? Posiblemente no lo recuerdes pero de hecho existió algun momento en el cual ya te lo sabias. Somos libres y todo lo demás. Yo, sinceramente, no lo recuerdo. Jardín de niños nunca hice asi que supongo que me lo debí aprender en primero de primaria y tambien me imagino que mi padre me habrá hecho ensayar y me habrá ayudado. Recuerdo tambien que lo cantaba como lorito y que un par de años despues recién entendí lo que cantaba. Me tardé mucho tiempo en identificar en qué momento decíamos "seámoslo" por que, como se canta separado, no lograba identificar esos fonemas.

Luego me dí con la sorpresa de que habían muchas estrofas, tantas que resultaba casi titánico aprenderselas todas (como si fueran pocas, el año pasado el Tribunal Constitucional desenterró una estrofa más, o sea que ahora el Himno no tiene seis sino siete estrofas). Pasé, como todos, por esas temporadas donde uno deja de ser niño que canta voz en pecho y empieza a ser un adolescente que no canta el himno por que le parece poco interesante y vuelta empezé a cantarlo con la mano en el pecho por decisión propia, especialmente en los partidos de la selección a los que soy asiduo.

Reconocí igualmente que la primera estrofa no es muy simpática y resulta mas bien poco auspiciosa para nosotros los peruanos. Quizá en 1821 debió resultar muy poética pero en la actualidad, sinceramente, poco favor nos hace. Y es aquí donde quería llegar. Hace ya tres o cuatro años, en los primeros días de agosto, sintonicé en canal 7 una repetición del genial programa de Mabela Martínez quien había dedicado su emisión de fiestas patrias a mostrarnos diversas versiones del Himno Nacional. Es decir, aquella canción tan solmene y rígida que empieza con los metales, tambien podía ser interpretada de otras formas mas actuales, menos acartonadas y mas amigables. Asi escuché el Himno en Jazz, el Himno tocado por niños con percusión en latas de galletas y, finalmente, el Himno cantado por un guitarrista con pinta de trovador quien entonó no el clásico "Largo tiempo el peruano oprimido" sino que se desenvolvió con una estrofa nueva, nunca antes oída que hablaba de Tupac Amaru y otras cosas. Para qué, me gustó mucho.

La señora Mabela Martinez explicó luego que esa estrofa la compuso Chabuca Granda por pedido del Gobierno Revolucionario de las Fuerzas Amadas (léase Velasco) con la finalidad de sustituir la primera estrofa. Granda la compuso pero, a fin de cuentas, a los militares les parecio mas práctico que mejor se cantara la sexta estrofa (hoy sétima) en vez de cambiar la primera y asi fue como pasamos a "Sobre su cima los andes sostengan" y la estrofa de Granda quedó olvidada.

¿Quieren saber que decía? Aca se las pongo y conste que, personalmente, me parece muy bonita. Feliz de la vida la cantaría como la oficial. Digo, es un decir.


Gloria enhiesta en milenios de historia
fue moldeando el sentir nacional
y fue el grito de Túpac Amaru
el que alerta, el que exige
y el que impele, hacia la libertad.
Y el criollo y el indio se estrechan
anhelantes de un único ideal
y la entrega de su alma y su sangre
dio el blanco y los rojos
del emblema que al mundo anunció
que soberano se yergue el Perú.
Para gloria de Dios.

1 comentario:

Anónimo dijo...

por todos los cielos primo, por un demonio q esa estrofa esta mejor...