Me estoy conociendo. Algunos de mis procesos mentales ya los tengo identificados, conozco sus causas, sus efectos y hasta la forma cómo controlarlos y evitarlos. Miro para atrás y me veo como era, tan agresivo, tan intolerante, tan resentido, tan callado, tan reservado. Vamos que realmente debió ser dificil soportarme ¿eh? Y lo mas probable es que lo siga siendo.
Y eso hace que ciertas percepciones que he tenido hayan cambiado. Entonces ciertos personajes de mi historia ya no aparecen tan terribles como los pensé, los recordé y los etiqueté. Tal vez el terrible haya sido yo y mi accionar haya causado tantos muertos y heridos en lineas ajenas como los he contado yo en las mias. Y todo eso sin que yo me de cuenta. Pero bueno, tampoco es tiempo de intentar resucitarlos (a la par de que es prácticamente imposible), tampoco es tiempo para preguntar ¿o si?
Y eso hace que ciertas percepciones que he tenido hayan cambiado. Entonces ciertos personajes de mi historia ya no aparecen tan terribles como los pensé, los recordé y los etiqueté. Tal vez el terrible haya sido yo y mi accionar haya causado tantos muertos y heridos en lineas ajenas como los he contado yo en las mias. Y todo eso sin que yo me de cuenta. Pero bueno, tampoco es tiempo de intentar resucitarlos (a la par de que es prácticamente imposible), tampoco es tiempo para preguntar ¿o si?
Pero creo que de lo que si es tiempo es de reconocer y rectificar. Decir a los personajes "gracias por participar en esta historia" y sobre todo, pedirles disculpas por los muertos y heridos. Aprendimos a vivir en ese camino y gran parte de lo que es hoy se debe a ellos, a los muertos y heridos. Por ellos, por los mios que los conte y los conte varias veces y los eche a las caras de las personas, como piedra que lanzaba para intentar luego, una vez lanzada, recogerla y hacer como que nunca fue lanzada; pero sobre todo por los tuyos en los que nunca me detuve a pensar.
Gracias y Disculpas. Nunca te las dí, tampoco te las pedí. Creo que ya era hora ¿no? Digo, es un decir.
Gracias y Disculpas. Nunca te las dí, tampoco te las pedí. Creo que ya era hora ¿no? Digo, es un decir.
1 comentario:
Gracias y disculpa son las dos palabras que primero aprendí cuando llegué a Japón. Ese país me enseñó el valor de ambas y ahora no dudo en repetirlas.
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