viernes, 16 de noviembre de 2007

Espresso

El otro día caminaba con Omar, muy buen amigo de la oficina, rumbo al estudio luego de almorzar un buen Bembos. Cruzando el parque Kennedy el Starbucks se fue mostrando frente nuestro. Omar soltó la idea de comprarnos un café para la tarde de chamba que venía. A mi no me pareció mala idea, sobre todo por que nunca me desagrada de todo tomarme un buen café mocha del Starbucks.

Pero, una vez frente al mostrador, la roñosería que forma parte de mi carácter se presentó en todo su esplendor. Recordé que pocos días antes había sacado una cuenta de mis despilfarros semanales y un rubro estaba formado por los constantes cafes especiales starbukianos. Así que, ascetico yo, decidí no comprar un café, que aparte no es que estuviera muy muy muy antojado. Que cuando me antojo, no hay razonamientos que valgan.

Pero, ya estaba adentro ¿no? Asi que opté por hacerme el gourmet y pedí un café expreso.

Con la copita en mi mano, recordé a mi madre con sus gustos de café y su saboreo placentero de amargas tazitas de café expreso. La copita la terminé en la oficina, luego de darle espaciados "piquitos", opté por meterme un tanganazo con el resto y sentir en carne viva la mas vívida experiencia que puede incluir el fonema "amargo".

No me gustó.

Pero a mi el café, en líneas generales, sí me gusta.

Así que llegué a una conclusión: Tomar café expreso es como morderse un ajo. Es decir, nadie niega que tienen un sabor especial y en la mezcla de ingredientes precisa, pueden llevar a un comensal al cielo pero ... ni uno ni otro podrán dejar de ser "ingredientes" no "productos". Creo yo, en mi inopia, que el café expreso sirve para mezclarlo con otras cosas y hacer cosas deliciosas. No para tomarselo todo de un sorbo. Es casi casi como morderse una cebolla ¿capisci?

La próxima que venga con dudas a la hora del café, pues o no compro nada o me compro un americano y me dejo de tonterías. A no ser que quiera castigarme por algo. Digo, es un decir.

1 comentario:

Dragón del 96 dijo...

Tomar café espresso es como tomar vino o comer queso, hay que tenerle el gusto. Normalmente no se toma con azúcar y de un solo sorbo. Si, es amargo, pero es cuestión de tenerle gusto sino no.

Slaudos.