martes, 13 de noviembre de 2007

¿Por que no me callo?


Fernando Savater, a quien leo con mucho gusto por esa costumbre que tiene de hacerme leer de forma ya organizada y claramente escrita cosas que yo ya pensaba y sabía pero no podía decir y de quien ya hablé en este blog acá, escribió una vez que estaba en contra de la reinstauración de la monarquía cuando, allá por 1978, se debatía la nueva estructura que iba a tener el Estado Español y que luego fue plasmado en la Constitución Española de 1978. Cuando la gente le preguntaba por qué estaba en contra del Rey cuando el, en ese entonces, chavalillo se veía muy mono con su esposa griega y la pinta de españolon que no le cabía en el cuerpo, Fernando respondía que él no se oponía por que pensara que el Rey fuera malo, es más, reconocía que el Rey era bueno pero lo que no le gustaba era que, aún en el caso que el Rey fuera malo, igual tendría que aguantarlo. "Bancarseló" dirían los argentinos.

¿Y?

Pues nada, que cuando me enteré que Juan Carlos I hizo lo que muchos hubieramos querido hacer con Hugo Chávez (en mi caso añadiría una mentada de madre y un buen pescozón al mono ese) pues caí en cuenta que el Rey siempre me pareció un personaje agradable y que me inspiraba confianza. Me cae bien. Luego de ello pensé en lo que dijo Savater y, como casi siempre que recuerdo algo que dijo Savater, pensé que yo pienso lo mismo.

Claro que luego, por esa manía de la concatenación de ideas, recordé a Alejandro Toledo rompiendo todo protocolo real y estampando sendos besos en las mejillas de una sorprendidísima y casi indignada Reina Sofia y de (no estoy seguro si fue el mismo Toledo, otro personaje o sólo una leyenda urbana) cuando alguien acá en el Perú, frente a Felipe de Borbón, Príncipe de Asturias, le dijo: "salúdeme mucho a su mamacita".

1 comentario:

Greta dijo...

dignisimo primo... el de la referencia fue Sanchez Cerro despidiendose del rey George VI