sábado, 29 de marzo de 2008

The Earth vs. Sporting Cristal.

Gracias a la conexión hogareña que me brindé ahora puedo hacer cosas que antes no podía. Como, por ejemplo, sufrir la resaca frente a la laptop mientras reviso el reader. Así me he enterado hoy, infamemente despertado por el temblorcillo, de que es el día del "Earth Hour" por el cual se pide que todos apaguemos las luces durante una hora, entre las 20:00 y las 21:00.

Y es que en realidad a mi se me dan muy simpáticas esas iniciativas y pensé, por un momento, participar en ella. Así podía adelantar sólo una hora el sueño nocturno. Sólo una hora, hoy es sábado y no pone la idea de irse a dormir a las 8. En fin. El tema es que, absorto en esas cavilaciones, recordé que hoy a las 7 juega mi esportin querido. Entonces apagar las luces de 8 a 9 significaría perderme todo el segundo tiempo y eso sí como que no me emociona.

Una lástima.

Aunque, pensándolo fino, podría ver el partido con las luces apagadas. Sólo el TV.

O también podría unirme a la campaña del "60 minutes of anti-earth hour". Digo, es un decir.

martes, 25 de marzo de 2008

Otra de Masías 2

A Masías le dijeron que la Municipalidad de Miraflores debía hacer pistas para sus vecinos.

Ahora está asfaltando las calles de Surquillo.

viernes, 21 de marzo de 2008

Te compro tu club.

Esta noticia realmente es para quedarse anonadado. El jugador puede comprar el club. ¿A ver quien le rescinde el contrato en ese contexto?

La vie en rose

No se si fue el tercer o cuarto día de la primera vez que viajé a Buenos Aires, lo que si recuerdo es que fui al cine, de la cadena Cinemark para más inri, por que estaba ya realmene cansado de caminar.

Parado frente a la cartelera me puse a examinar lo que estaban dando y mi primera condición fue que iba a ver algo que no pudiera ver en Lima. Lo primero que me llamó la atención era una película en estreno y que, de sólo ver la litografía, vaticiné que esa película "jamás llegaría a Lima". La película en cuestión se llamaba "La vie en rose" y como era evidente era una biopic de Edith Piaf - a estas alturas por a dar por sentado que todos saben quien es Edith Piaf, macho-.


Así que tomé la decisión y justo cuando me iba a hacer mi cola para comprar mi entrada, mi mirada se fijó en otra litografía de una película que no recuerdo exactamente cómo se llamaba. "Argentina por dentro" o "Argentina dormida", algo así. De pronto pensé que esa tampoco iba a llegar nunca a Lima y que ya que estaba por allá podía ver algo de cine nacional argentino. La sinopsis me decía que era un documental que hacía un breve repaso por la historia reciente argentina. Me pareció interesante y cambié mi opinión inicial.

Me fumé un fiasco de dos horas. El documental no veía mucha historia sino que era una crítica zurdona de la situación de ese país, situación que para un extranjero de derecha no resultó muy interesante a fin de cuentas. La película me causó somnolencia y logró solamente que adelante mis horas de sueño para dormir a pierna suelta en una casi totalmente vacía sala.

Lógicamente mi queja iba por que ... hubiera visto la de Piaf, mejor.

En fin, esa anécdota quedó dentro de mis recuerdos y me quedé con las ganas de ver la película aquella. Más aún cuando hace semanas me enteré que la actríz que hizo de Piaf ganó el oscar. En fin. Hará unas semanas conseguí el DVD de la película - kind of - y me la vi. Quedé tranquilo.

Lo que me llamó la atención es que repasando la cartelera me dí con la sopresa de que mi profecía falló y es que la película de marras está dándose acá. Casi con un año de retraso pero llegó. Claro que me queda la idea que si la actriz no hubiera ganado el oscar, mi vaticinio no hubiera estado tan errado.

Lo gracioso es que, ahora que puedo verla en el cine, ya no tengo las mismas ganas para verla. En fin. Eso me pasa por no tener paciencia y no confiar en los empresarios de cine de mi país. Digo, es un decir.

jueves, 20 de marzo de 2008

Otra de Masías.

Por cierto. ¿Alguien puede decirme por que en el parque central de Miraflores, justo frente a la municipalidad entre las astas de banderas, sacaron el monumento (feo monumento) a los caidos en la Batalla de Arica y pusieron el monumento al asterisco?

Realmente ininteligible.

Leyendo el periódico.

Hoy Perú.21 recogió la recomendación que hice de un blog amigo. Sonómanos fue el blog recomendado del día y eso me alegra. Yo también se los recomiendo.

Por eso, decidí ponerme a leer El Comercio para ver si el periódico me trae algunas otras novedades agradables. Más que novedades agradables encontré cosas que me despertaron algunas reflexiones.

Como siempre que leo El Comercio, empecé por la parte de los deportes. Es decir, por la última página. Y me encontré que nuevamente en el partido del Chelsea, Pizarro ni siqueira fue tomado en cuenta en la banca de suplentes. No es que me alegre de que a una persona le vaya mal - para nada - y es que no me alegro en absoluto. Pero la reflexión que me quedaba es que, desde hace años cuando exisitió en el país la pizarromanía a la que sucumbieron todos, yo siempre dije que a mi no me parecía un buen delantero. Que era un jugador "lauchero", de esos que esperan frente al arco y que esperan cualquier rebote o un pase medianamente bueno para añadirla. Y se muy bien qué es ese tipo de juego por que es el único en el que yo mismo alguna vez desarrollé una suerte de mediocre habilidad - en lo demás era y soy una nulidad, macho, para qué te voy a mentir -.Una suerte de "Checho" Ibarra pero más pintón. Y me dijeron de todo. Desde que no sabía ver fútbol hasta que era un sujeto vil y envidioso. Hoy parece que el mundo se ha dado cuenta que no era el gran delantero que quisieron creer. En fin, yo lo dije mucho antes.

En las páginas de locales me enteré que la Municipalidad de Miraflores, pésimamente dirigida por el imbécil de Masías - según la humilde opinión de este blogger -, cerró la discoteca Tequila Rock. Yo nunca entré al Tequila y digamos que tampoco tenía muchas ganas de hacerlo en el futuro próximo así que la noticia no me va ni me viene. Pero lo que si me dejó alelado es que el periódico señalaba que tras una "profunda investigación" de la municipalidad se descubrió que en ese local se realizaban actividades de prostitución. ¡¡¡¡Colón!!!! Verán, hace ya más de diez años cuando llegué a Lima, mi hermano medio me comentó que era vox populi que en ese huarique atrás de la municipalidad habían putas. Osea, digamos, bastante gente sabía de qué iba el Tequila. ¿Con eso me vienes a vender lo de "profunda investigación"? En fin.

Seguiré leyendo a ver qué mas me encuentro. De repente hay una nota donde el alcalde de Miraflores dirá a quienes manejan por el distrito que tienen que tener cuidado ya que se acaban de dar cuenta que para el lado oeste del distrito hay un acantilado muy grande. Digo, es un decir.

miércoles, 19 de marzo de 2008

Más pobrecitos aún 2

Me he dado cuenta que es un pobrecito aquella persona que, a despecho de su ya evidente mayoría de edad (30-40), utiliza con la finalidad de parecer "bacán", "juvenil", light" y demás, la palabra o jerga, o acróstico u onomatopeya - que no alcanzo realmente a identificar qué diantres es, macho - "refurinfunflais" y sus complementos y variaciones.

De verdad que dan ganas de ir hasta donde se encuentra y arrastrarlo a patadas por imbécil. No es posible que su edad y en su cargo me venga con huevadas de ese calibre.



Puno

Aunque felizmente la opinión de la mayoría de su población es contraria a lo que dijo su presidente regional, yo también soy de la idea de que si empezaran a dar la lata con eso de la autonomía y sedición habría que mandarles los tanques y batallones de arequipeños.

Sin embargo, si he escuchado opiniones peculiares. La primera de ellas se pronunciaba por que a los puneños separatistas habría que mitimarlos. La más peculiar de todas se pronuncio por una solución práctico-histórica. Analizaba: ¿Cuánto ha contribuido Puno al desarrollo del país? ¿Cuánto cuesta mantener ese departamento tan grande? Conclusión: Genera pérdida. Mejor se la rematamos al mejor postor.

Mi madre siente una fuerte nostalgia e identificación con Puno, aunque no con los puneños. Eso a mi me genera ciertos conflictos.

Pero más alla de las bromas y de los despropósitos, creo que esa idea del estado federal debería ser algo que podríamos rescatar. Por lo menos serviría mejor que este híbrido españolizado que tenemos como regionalización. Digo, es un decir.


Miercóles que parece viernes.

En mi ánimo sólo hay paciencia y esperanza para el momento que el jefe se vaya de la oficina. Con esa salida empieza mi laaaargo fin de semana. Y es que, tras cuatro o cinco años de apóstata declarado, yo ya no celebro semana santa. Tampoco "semana tranca" por que, poco dado a viajar en estos días, siempre me encuentro lacio de amigos y nunca me ha emocionado tomar sólo. Además que últimamente le he cogido un respeto, más que miedo, a embriagarme. Cada vez me sorprendo más de que ya no suelo ser como antes y que mis reacciones pueden variar desde el cariño eufórico a la envalentonada más ridícula.

Además, debo decir, lo único que logran los habitantes católicamente practicantes de este país es deprimir a los que nos quedamos en la ciudad. Cuando camino un viernes santo por Lima entiendo por qué millones de personas en su sano juicio huyeron de esta lerda urbe. Me dan ganas de estar en cualquier otro lado, un sitio con sonidos agradables, con colores lindos, con música que me hable de la alegría de estar vivo y no metido en un caleidoscopio gris. De sólo pensarlo me dan ganas de que sea lunes de nuevo para ponerme a trabajar.

Pero este año si voy a hacer algo que quería hacer hace mucho tiempo. Ya estoy a punto de conseguir los aparejos necesarios y el jueves haré las compras definitivas. El viernes va a ser día de parrillada. Para darles la contra a todos aquellos que, sin cuestionarse en absoluto, asumen que a la divinidad le importa si comes o no comes tal o cual cosa un viernes cualquiera del año. Cuando me encuentro con dogmas tan tiernamente ridículos es que me alegro de estar en la vereda del frente. Mientras medio Lima esté masticando sus lentejas con bacalao remojado de un día entero, yo estaré provocando al vecindario con el delicioso olor de los chorizos y el lomo fino que estaré asando.

Cambiando de tema, hoy estuve pensando que alguien debió avisarme en qué momento dejé de ser la carga para ser el cargador. Y aunque me genera cierta satisfacción pensar que estoy en la capacidad de cargar un poquito, no deja de generarme más desazón. Digamos que es raro sentir de golpe que la vida te hace darte cuenta ya estas jugando ligas mayores y que todo lo que conociste antes no eran sino tonterías. Que recién ahora te estas enfrentando derecho a lo que son los problemas y las responsabilidades. Recuerdo a mi hermano mayor - y seguro que se relamerá hasta los "cheekbones" cuando lea esto - diciéndome que si no te vas preparando siempre, la vida te lleva de encuentro. Que nadie va a hacer sonar una campana en ningún lado para que te enteres que ya creciste, tienes responsabilidades, y ya no eres una criatura.

El jefe se fue de la oficina. Ya no tengo nada más que hacer acá. Digo, es un decir.

sábado, 15 de marzo de 2008

Sólo una chiquita

Este es el primer post, de todos los que se han hecho en este blog, que hago desde la comodidad de mi pisito. Por fin, luego de semanas de espera, tengo internet en la casa. Eso tal vez, sólo tal vez, repercuta en que postee más y más seguido.

Quien sabe.

De repente resulta que sólo me termino inspirando cuando posteo desde la oficina. Digo, es un decir.

viernes, 14 de marzo de 2008

La del tercer viernes.

Hoy viernes es día feliz. Claro, hay cheque y eso a todo hombre chambeante que recibe quincena lo pone de buen humor. Por otro lado que esto de escribir los viernes me ha aligerado el pensamiento bloguero por que prácticamente me estoy olvidando de Digo durante toda la semana hasta hoy. Y con la misma tranquilidad de todos los viernes - que como dije son más dados a ofrecerme un tiempito para escribir - pues le doy la atención que se merece.

La primera idea que pasó esta semana y que decidí postear fue una anécdota automovilística. Iba yo regresando a mi Miraflores querido luego de pasar casi toda la mañana visitando jueces en el centro de Lima y rodeandome de abogados (ya saben, la grey a la que uno pertenece). En fin, decía que iba yo en mi taxi por pleno zanjón, leyendo las últimas hojas del último libro de Pérez Reverte - que ya terminé - cuando de pronto siento el vaivén. El primer vaivén me hizo levantar la cabeza y darme cuenta que, en efecto, estábamos yendo muy rápido. El segundo vaivén y la maniobra que no tengo la capacidad de describir me puso a pensar en otras cosas.

Y es que, luego de ver cómo el taxi en el que iba esquivó por un resquicio usualmente pequeño al carro de adelante sin que el carro de atrás nos pegue en la mitad mandándonos a las respectivas, puedo decir que casi no la cuento. Mi taxi se iba a meter una partida de campeonato y lo triste del caso es que yo estaba al medio. El momento, el quiebre, la curva, la frenada, la acelerada, la inclinada del carro, la esquivada del muro y cómo luego de eso seguimos rodando a buena velocidad rumbo a Miraflores prefiero no describirlas con detalle. Valga para ustedes la noticia de que casi me choco con dos carros y, de yapa, termino emplastado en el muro de contención del zanjón. Hubiera sido una escena digna del Chino y demás.

Mientras el taxista me miraba nervioso por el retrovisor sin atreverse a decirme nada - porque seguro pensó que se podía ahorra la retahíla de improperios a que tenía derecho - yo sólo pensaba que no me había dado cuenta, al subirme a ese cumplidor Station Wagon, que no sólo le estaba pidiendo al zambo ese que me lleve a Miraflores sino que también le estaba confiando mi vida. Y casi la pierde, macho, casi la pierde.

El susto me hizo quedarme pensando que en realidad, cada vez que te subes a cualquier carro, le estas encargando tu vida al sujeto que está en el volante. No puedo dejar de pensar en eso cada vez que me subo a un carro ultimamente. Seguramente con los días se me va a ir pasando el susto pero creo que por mientras lo seguiré pensando. Y aunque luego de que se me pase el susto ya no lo pensaré, no dejará de ser verdad.

Yo no soy muy fanático de la velocidad. Me molesta en realidad, me pone muy nervioso. Cuando yo manejaba era de las personas que, más bien, iban despacio. Nunca me gustó correr. Incluso me siento sumamente incómodo cuando subo a un carro y este acelera sin motivo alguno. Por eso es que principalmente, siempre que subo a un carro trato de distraerme leyendo algo - como esta última vez - para no estar pendiente de la velocidad que, mucha o poca, ponga el conductor.

Una idea parecida a ésta que les comento - la de encargarle tu vida al taxista, je - se me ocurrió hace años cuando sentado en el asiento del copiloto del jeep de mi hermano Daniel, quien por cierto le encanta pasarse de los 100 en cada oportunidad que tiene, decidí dejar de ponerme tenso. Bajábamos por Chachi Dibos para tomar el circuito de playas rumbo a Miraflores cual centella y mi cuello soportó los últimos niveles de endurecimiento mientras que mi mirada veía las palmeras pasar y pasar esperando ver en cuál de ellas nos íbamos a chocar. Cansado de la tensión decidí echar la cabeza para atrás y cerrar los ojos. No ver, no darme cuenta de la velocidad ni de cuanto marca la agujita del velocímetro. Tan sólo confiar ... y confié. Es mi hermano - pensé - y no nos vamos a matar.

Con la mirada puesta en otro lado, las cosas se pusieron más tranquilas. Desde entonces, cuando comparto el jeep de mi hermano estoy presto a echar la cabeza atrás y no ver el camino. Ya él sabrá qué esta haciendo. La eternidad me alcanzará para echarle la culpa, si es necesario. Je.

Ahora, eso en ciudad ¿eh? En carretera, todo me da igual.

La otra cosa es que, mientras digería el susto del casi choque (lo que no fue fácil, macho) decidí no llamar ni contar nada a nadie. Preferí guardar esa anécdota para el blog. Es que, vamos, ahora que le dedico sólo un espacio a la semana, me parece lo correcto que por lo menos le de exclsuivas ¿no?

Esta semana regresé al gimnasio. La meta ahora es llegar a los 70. Estoy a 7 kilos de la meta y creo que lo puedo lograr. Ya ahí paro la mano. Pensar que hace dos meses estaba 84. Eso motiva. Ahora, lo que desmotiva es el ver que hay ropa casi nueva que ya no la puedes usar por que te hacen ver como enfermo. Tengo un pantalón con una sola lavada que ya no puedo usar y un terno en igual situación. Lo doloroso del caso no es que la ropa ya deje de quedarme sino que uno tiene que reemplazarla y eso cuesta, macho. Gratifica, claro, pero cuesta. Aunque ... en algo tienen que irse los ahorros ¿no?

Por cierto, hablando de costos, el otro día entré al News Café y ... no paga, macho. Pedimos unas fajitas, nos trajeron un platito caliente lleno de cebollas y nos bajaron cuatro cheques por eso. No paga. Lo que si se me han antojado son los rolls. Yo no tengo mucha experiencia en comida japonesa. A las justas he probado dos que tres cosas en el restorancillo que está en el Centro Peruano Japonés (que escuché decir que no es muy bueno pero personalmente a mi me parece que está como pide chumbeque) al que me llevó Omar. Bueno, la última visita ahí se probaron unos rolls cumplidores. Yo ya había probado rolls varias veces pero nunca hasta esa vez me parecieron tan buenos. Así que estoy a la búsqueda del lugar y la oportunidad. Los consejos serán bien recibidos, por cierto (con tal que no tenga que salir del país).

Hablando de salir del país, el otro día me di cuenta que estoy fregado con esto del APEC. Verán: todos los hoteles están acá por Miraflores con lo que el tráfico y la circulación van a estar aún más difíciles que de costumbre. Seguramente uno se va a tardar eones en entrar y salir de Miraflores. Eso me perjudica el lugar de chamba que es donde mi vida se gasta más. Pero, como si eso no fuera suficiente, los encuentros van a ser en el Pentagonito - lease a escasas dos cuadras de mi casa - con lo que no sólo me perjudican el lugar de trabajo sino que de hecho me van a perjudicar también el lugar de descanso. Osea, como todo el mundo viene al país, me perjudican. Solución: irme del país.

Posiblemente la siguiente visita a Buenos Aires se hará en pleno APEC. Es una idea tentadora. Siempre es un gusto volver a Buenos Aires.

Bueno, por hoy creo que basta. Además que esto ya se está pareciendo a una bitácora de vida. Falta que empiece el post poniendo "querido diario". Digo, es un decir.

viernes, 7 de marzo de 2008

El post de los viernes.

Ha pasado una semana del último post que me mandé y tal parece que recién los viernes a las seis de la tarde tengo la tranquilidad y las ganas suficientes para ponerme un post caballeroso. Ya parece que estuviera copiando los Pensamientos de Jueves del blog de Dragón que hace tanto tiempo no leo. Y no es que de pronto haya dejado de gustar de la lectura de ese blog sino que, al igual como no tengo tiempo para escribir, tampoco tengo tiempo para leer todo lo que el reader de google me dice que tengo que leer. En fin.

Y es que hay que ser sinceros y reconocer que he tenido la semana más movida en ... hum ... ¿cinco meses? Claro, es que entre la huelga del poder judicial y las vacaciones judiciales (estas personas no dan puntada sin hilo) he tenido una etapa de relajación. Demasiada relajación en realidad y esa demasiada relajación me está pasando la factura en estos días ya que tengo que esforzarme el triple para evitar que se caiga lo que hice mal. Hay que asumir responsabilidades, ni modo.

Lo que si me tuvo entretenido fue el conflicto de los de la Gran Colombia. Y bueno, aunque lo de Colombia fue una avivada grande como el Cumbal, la visceral antipatía que le tengo a Hugo Chávez, Correa y demás me hizo ponerme, mentalmente y a distancia, del lado Uribista. No es que piense que este sea un dechado de virtudes pero ... a la hora de escoger bandos, escojo el que menos mal me cae.

Ahora que despues de la Cumbre de Río parece que no va a haber ni la menor escaramuza (ni siquiera lanzada de piedra) me quedo con una desagradable desazón y es que, el subdesarrollo es una pandemía, tenía el morboso deseo de que al menos se metan una piña. Ya sé, ya sé. Esos deseos de guerra son despreciables pero ... me confieso ante ustedes hermanos que he pecado.

Aunque sea una piñita, una pechada hubiera sido suficiente. En fin.

Otra cosa que me ha tenido contento es el último libro que tengo. No sé si lo habré dicho antes pero la verdad es que, desde que hace muchos años me pasaron para leer el prólogo de "La Piel del Tambor" - fragmento que hechiza cuando lo lees por primera vez -, soy un fiel lector de Arturo Pérez Reverte. Y bueno, que Arturo sacó su último libro "Un día de cólera" y yo me lo estoy zampando complacidísimo. El libro no decepciona, es justo lo que uno espera de Pérez Reverte. La historia que cuenta son los disturbios en Madrid del 2 de mayo de 1808 - sigan el enlace si quieren saber más que yo no se los voy a contar - y, cómo es lógico, el escenario principal son las calles madrileñas. A punta de referencias e historias he llegado a conocer un poco el centro histórico de Madrid. Pero lo que me emocionó es que el libro traía, gentilmente adosado a una pestaña interna de la tapa, un plano de Madrid en 1808. Y a mi que me gustan eso de los planos, pues estuve en mi garbanzal.

Luego de leer "Un día de cólera" cuando vaya a Madrid - que espero algún día ir - la veré con otros ojos. Y es que toda ciudad donde se haya hecho una escabechina de ese calibre es una ciudad a la que hay que tener respeto. Mucho respeto.

Por cierto, regresando al tema colombo-mono-gorila, alguien puede explicarme qué carajos pinta Nicaragua en este entuerto. Osea, el tema lo llevabamos bien bacán, consternados los peruanos, preocupados los chilenos, callados los paraguayos, uruguayos y bolivianos y bailando - siempre bailan éstos - los brasileños. Ya nos habíamos puesto de acuerdo, Alan mandó sus puyas a Chávez y este no nos empelotó. Hasta Bush dijo lo que tenía que decir y ahora nos sentábamos a ver cómo se acababa esto cuando de pronto sale el pelado del nicaragüense y ... viene a alborotar el gallinero. Si ni siquiera Bolivia, que por lo menos es gallo de este corral, dijo nada y me viene un bananero a subirse al coche y a sacar la lengua todavía.

Es incomprensible, de verdad. Y lo que me parece más increible es que se viene con ínfulas. Rompe relaciones diplomáticas con los colochos y lo vienen a declarar como si fueran Francia. Igual que meses atrás, cuando nadie lo llamó, que vino a opinar sobre Humala. Sinceramente yo no entiendo. ¿Desde cuando Nicaragua ha llevado la voz cantante en algo? Digo, tu me dices Nicaragua y yo pienso en el lago enorme que tienen, en Violeta Chamorro y en los Contras. Una nación centroamericana modelo, de las que son consideradas como equipo de liga distrital de la Copa Perú. Algo así como el Santa Rosa de Ocopilla que jugaba por mi casa cuando yo vivía en Huancayo.

Eso me recuerda que cuando trabajaba en aquella empresa - cuyo nombre no voy a mencionar - me contaron que cuando fueron a abrir la sucursal en Nicaragua - jamás supe por qué en Nicaragua - se sorprendieron por que las calles - no me fío de la veracidad del chisme pero si cuento la anécdota por que viene a tema - no tenían nombre. Y que las direcciones se daban por las señas particulares de cada calle. "La casa amarilla de la calle del parte" o algo así. Osea que si pintaban la casa de azul, nos íbamos todos al cacho. Lo que si recuerdo era un sitio que era conocido en mismo Managua como "La Bomba" por que al frente de esa casa había estallado hace muchos años una bomba y desde entonces esa se volvío la dirección oficial. La correspondencía la mandaban a la "casa amarilla en la calle de la bomba". En fin.

Desiada letra por este viernes. Veremos cómo nos trata la siguiente semana en la que, por cierto, empiezo de nuevo el gimnasio. A ver si paso de la barrera de los 70. Aunque no sé que tan beneficioso va a resultar eso ya que motivaría que tuviera que cambiar todo mi guardarropa, de nuevo.

Por cierto, mañana quiero pegármela. Espero que se pueda dar la oportunidad, no quisiera ponerme a tomar solo. Digo, es un decir.

viernes, 29 de febrero de 2008

El post del 29 de febrero

Del 29 de febrero del 2004 no recuerdo absolutamente nada. Seguramente lo pasé estudiando o repasando mi exposición para el examen de grado que lo dí el 12 de marzo de ese mismo año. No trabajaba y vivía en Miraflores con mi hermano Daniel. Algunos días iba a almorzar con Alvaro y la gente y varios otros días terminábamos cheleando en las noches. No tenía enamorada y visos de tenerla ya que mi última confusión había terminado malamente semanas antes. A mis amigos del día a día de ahora - que resultan ser los amigos del día a día hace ya muchos años - no los frecuentaba tanto como ahora. Ernesto tenía enamorada y aún estaba en la universidad y con Christian no tenía comunicación hacía meses. Era un tiempo aburrido, para qué.

A lo que iba era que yo no sabía lo que era un blog ni mucho menos tenía uno. Pero hoy si. Y como no tengo la menor idea de lo que será de mi vida el próximo 29 de febrero (del 2012) - ni siquiera si es que estaré vivo - creo que esta la oportunidad imperdible de tener un post del 29 de febrero. Tal vez sea el único.

Esa fatalidad del tiempo que se va y no vuelve es un regalo - entre tantísimos otros - de mi padre. Recuerdo que un día en mi infancia, allá por los tiempos cuando Cusco era una ciudad linda y acogedora y no la olla de grillos que parece ser y los cusqueños éramos gente agradable y amistosa y no el puñado de irracionales que hoy se ve, mientras veía el reloj negro de marco blanco colgado en medio del comedor le dije: Pá: ¿te has dado cuenta que cada segundo pasa y para que pase otro igual tenemos que esperar un año entero? Osea, para que vuelva a ser las 3:43 pm con 32 segundos del 15 de junio - por poner una hora y fecha cualquiera (vamos que no pretenderán que me recuerde la fecha y la hora también) - tengo que esperar un año entero.

Mi viejo, que estaba trabajando en algo, levantó la mirada y me dijo con su voz entre ocupado, fastidiado por la interrupción y ternura hacía el nene que era, que cada segundo que pasa se va y ... no vuelve nunca. Por que las 3:43 pm con 32 segundos del 15 de junio de 1987 jamás volverá - como que no volvió -. No se exactamente qué pensé pero estoy seguro que, si esa expresión hubiera pertencido a mi léxico en ese entonces, mi exclamación fue un equivalente a un "a la mierda!!!!!".

Cuando siento que el tiempo pasa aún recuerdo la frase de mi viejo. Entre muchas otras, debo decir.

En fin.

Ayer mientras conciliaba el sueño en el incómodo asiento del avión de LAN que me traía desde Trujillo, pensé que tenía que postear mi continuo asombro (que ya dejaría de ser asombro por que siempre que viajo lo pienso) por cuán genial inventó resultó ser el avión. Es lo máximo. ¿Que porqué lo digo? Bueno. Ayer me desperté en mi cama - el mejor lugar donde puedo despertar -, almorcé en Puerto Malabrigo a unos 650 kilómetros al norte de mi casa y cuando volví a reposar mi cabeza y conciliar el sueño .... estaba en mi cama. Gracias al avión no tuve que extrañar la mullidez de mi colchón ni el calor - ultimamente demasiado calor - de mi pisito.

Pero esta no es la primera vez que lo pienso. Recuerdo cuando, la vez que me tuve que ir a Tumbes, me encontré almorzando un arroz con mariscos en Huaquillas, Ecuador, y pensaba ensimismado, mientras negaba rotundamente que el monito intente echarle ketchup a mis mariscos, que si bien estaba en Ecuador, esa noche yo iba a dormir en mi casa. Como que efectivamente lo hice.

A estas alturas, ya tengo para cambiar un pasaje nacional gracias a las millas acumuladas. Las dos idas y vueltas a Argentina del año pasado me salieron a cuenta.

Cambiando de tema, la Universidad Católica por segunda vez en sus mas de 90 años de vida me volvió a admitir como su alumno. Ahora voy a llevar la maestría y espero que me trate mejor. Por lo menos yo tengo una mejor disposición hacia ella y, sobre todo, una mejor idea sobre lo que realmente quiero lograr. Aunque eso es relativo por que las cosas cambian. Pero lo que realmente ocupa mi mente no es tanto las ideas y los propósitos sino las gracias a la vida por el sempiterno apoyo. Me siento aún más endeudado.

Y bueno, creo que con eso ya tenemos bastante por este 29 de febrero.

Claro que podría escribir más pero ... el gusto está en saber cuándo parar ¿no? Digo, es un decir.

jueves, 21 de febrero de 2008

Cuando te tienes que abrir ... te cierras.

Te lo juro, macho, por mi madrecita que yo tenía todas las ganas de verme el eclipse de luna. Hasta había consentido dejar de ver por unos minutos a mi esportin querido que ganó con mucha suerte para subir a la terraza y ver a la luna teñirse de rojo.

Las bolas.

No vi nada. El cielo de Lima, tan despejado en verano cuando se trata de colaborar con tu cancer de piel durante las mañanas, ayer se cerró y tercamente no dejó ver ni un cachito de luna. Esa bola blanca luminosa que vi ayer era el faro del parque de atrás de la casa y, no, no tuvo ni tendrá eclipse.

Mas, mientras a mi esportin querido le metían - y los anulaban- tres goles, recordé la vez que vi un eclipse lunar. Debió ser el 88 o el 89. Yo aún era chiquillo y vivía en Huancayo. Un Huancayo de épocas de terrorismo y escasez. Pero en fin. Recuerdo que mi casa quedaba en un primer piso independiente y que en el segundo vivía una tía mia con mi prima y que esa noche mi viejo, mi hermano medio y yo subimos a la casa de la tía para cenar y para ver el eclipse. Hacía frio, mucho frio y todos estábamos encasacados.

Y así, en un largo y aburrido proceso que duró toda la noche, nos levántamos de frente del televisor e ibámos a ver a la luna que se iba poniendo, poco a poco, totalmente roja.

A mi me pareció un fraude, macho. Yo entendia un eclipse lunar de la misma forma que un eclipse de sol y esperaba ver cómo la sombra circular iba a ir tapando progresivamente todo el sátelite hasta que no se viera nada de él. Pero no. Por el contrario, la luna se puso roja y eso me pareció una estafa. Y aunque me dijeron que los eclipses de luna son así, con luna roja, yo no me sacaba de la cabeza que eso no era verdad y que un verdadero eclipse sólo se puede llamar así si es que el astro desaparecía. Que lo que yo había visto era un vil engaño y no un eclipse con todas las de la ley.

!Ya no hacen los eclipses como antes! fue mi idea al irme a mi cuarto a dormir. Y de esta frase si me acuerdo bien por que me sigue causando gracia.

Y creo que algo de razón tuve por que en los de hoy, veinte años despues, ya ni siquiera hacen eclipses que se puedan ver. Digo, es un decir.

jueves, 14 de febrero de 2008

Con palo no vale, Valentín.

Empecemos por la premisa principal, macho. Al igual que todo el mundo este día no me quita el sueño tal cual día. No lo hizo cuando me encontró inmerso en alguna relación y no lo hace hoy que lo paso sin estar metido en una relación. Okey. Punto uno aclarado y pasamos a lo demás.

Sin embargo me pareció que hacer un post declamando el poco aprecio que le tengo a la fecha como fecha era ir con la corriente. Me hizo recordar, como muchas cosas de la vida me hacen recordar, a una tira de Mafalda, esa donde Miguelito declara que no ve televisión por que no quiere ser un número más en las estadísticas dentro del rubro "personas que están viendo televisión en este momento" y Mafalda, aterrizadora cruel ella, le informa que ya forma parte de las estadísticas dentro del rubro "personas que no están viendo televisión en este momento". Es decir, si eres un romántico comercial y celebras 14, pasas a ser del montón aquel formado por "las personas que se compran el cuento". Y si por otro lado, no celebras 14, pasas a ser del montón aquel formado por "las personas que no se compran el cuento". Te pares dónde te pares no vas a poder asumir una postura original o diferente. Acá no hay medias tintas.

En ese orden de pensamientos, la idea de ser uno más que haga un post diciendo exclusivamente que no celebra 14 me disgustó y decidí, en un arriesgado intento de ser original, que mi blog ignore la fecha así como ignoró muchas otras. La indiferencia iba a ser el rasgo distintivo de mi opinión respecto al 14. Pero ... no sé. Cómo es la vida que justo el día de hoy, que debía ignorar, me dieron ganas - y tiempo - de postear.

Por ello es que inicio el problema proclamando mi posición y definiendo en qué pelotón escojo estar para agotar ese tema ahí y no hacer de este post justamente aquello que no quería hacer.

Hoy mientras regresaba del Callao, a dónde tuve que ir por una incómoda diligencia, me puse a pensar en la celebración que exultaba la ciudad. Ya habían orgullosas mujeres con globos de todo tamaño, forma y color y algunas flores. Pensando en lo incómodo que debe resultar caminar por la La Marina a las cinco de la tarde cargando un ramo de rosas y con toda una tarde planeada por delante me di cuenta que en mi no queda ni una sola gota de nostalgia - ¿Será líquida la nostalgia? - por esos trances. Hasta se podría decir que estoy algo aliviado de no tener que participar del rito.

Son pocas las veces que regalé flores, no llegarán a diez. Pero, por el contrario, cada flor regalada significó todo lo que una flor puede significar. Regalé rosas principalmente, pero también claveles y girasoles. Nunca lo hice por el nimio hecho de "tener un detalle" sino que lo hice por que me nació de la entraña. Y si bien de chiquillo intenté ser un estilo de romántico clásico, la persona que me sufrió en esa época podrá dar fe que fueron intentos terribles, acartonados y poco eficaces. Claro que eso no quita que la ternura provoque una sonrisa cuando recuerdas, luego de diez años, aquellas torpezas. Y es que esa es la palabra. A mi estas cosas premeditadas, preplaneadas, canonizadas, me hacen actuar torpemente por que limitan al máximo la pobre capacidad de improvisar que tengo. Con todas esas termino actuando con la ternura y el romanticismo de Robocop.

Es me hace recordar otra cosa y es aquella vez que paseando por Larcomar con mis padres - sólo con la visita regular de mis padres iba a Larcomar, lugar que suelo evitar constantemente - vi a una joven parejita sentada en una de esas mesas que están no dentro del restorán sino afuera, en la plaza donde la gente camina. Ni el muchacho ni la niña tendrían aún 18 años, la bisoñéz se les notaba en los ojos, en las manos, en el nerviosismo. Pero tal parece que el muchacho - o la muchacha - se había esmerado y había roto la billetera por que estaban sentados en el Mangos ante una mesa pequeña suculentamente servida. El tenía un plato de Lomo o Cuadril - no recuerdo bien - y ella luchaba con un gran club sandwich que evidentemente no quería. La cara de compromiso en ambos era grande como la mar. Ella másticaba y en cada movimiento se notaba que maldito si quería comerse ese tremendo sandwich y que sólo lo hacía por que no se atrevía a rechazar la invitación. Y él comia preocupado sin saber qué se estaba comiendo y sintiendo la enormidad de la evidencia que su parejita estaba igual de incómoda que él. Yo sonreí por la lástima que me inspiró. Tener la certeza de que ellos entraron a comer ahí no por que realmente quisieran comerse algo ahí sino por la idea vertida de que, para celebrar lo que fuese que estaban celebrando, tenían que ir a comer a algún sitio especial y romper la exigua billetera para ello. Seguir el manual de Becker, que de rimas sabría algo pero de gileo hace rato que dejó de funcionar.

Y es que a veces, macho, uno da las cosas por sentadas. Cuando me dijeron alguna vez que no importaban las celebraciones prefabricadas, dí por sentado que no iban a haber celebraciones prefabricadas. Grande fue mi sorpresa cuando, tiempo despues, me reclamaron precisamente por la ausencia de celebraciones prefabricadas. Y mayor aún fue mi indignación cuando todo el mundo - menos yo - sabían que "no me importan las celebraciones prefabricadas" significa en realidad "en esas celebraciones prefabricadas tienes que sorprenderme para que terminemos celebrando prefabricadamente". Lo cual me vuelve a hacer pensar que alguien tendría que escribir el diccionario "Mujer - Castellano, Castellano - Mujer".

Al inicio, lo escueto de mi billetera durante mi adolescencia hizo que los 14 de febreros sean fechas de paseo cerca de la casa de quien me padeció. Un año fue bacán, al año siguiente fue ya no tan bacán. Al tercero ya fue monse. El cuarto no llegó por que las cosas tuvieron su partida de defunción definitiva días antes de la fecha aunque, tú lo sabes, las cosas llevaban varios meses en UCI. Ese año el 14 lo pasé jugando taco con los muchachos.

La siguiente vez me hicieron un regalo simpaticón. Simple y bonito que guardé durante muchos años. Regalito que me agarró con las manos vacias y que motivó que, meses despues, ordenara mi primer Rosatel - uno de esos que realmente significaban lo que querían decir -. La inocente tarjeta de cartulina estuvo entre mis libros durante muchos años hasta que el temor a unas manos demasiado curiosas y a una furia descontrolada me hizo tomar la decisión dolorosa de tener que deshacerme de la tarjeta. Y es que para mi las sonrisas de la memoria no tienen por que interferir con lo que siente el corazón. En fin. Al año siguiente, siguiendo lo que aparece ser una costumbre mía, el tema se cerró días antes de la fecha.

De ahí pasé muchos años en blanco. Y cuando tuve de nuevo la posibilidad de pasar un 14 acaramelado - aunque sin celebración prefabricada - el trabajo, disfrazado de un amigabilísimo rostro delgado y barbado y a quien aprecio mucho más de lo que parece, me comunicó que tenía que irme, literalmente, a la frontera norte del país. La tarde de ese 14 lo pasé en la sala de embarque 18 del terminal de vuelos nacionales esperando que a las 5:45 saliera el vuelo rumbo a Tumbes. En Tumbes la plaza de armas estaba copada de gente. Parecía que todo Tumbes estaba allí, dando vueltas, riendo, conversando. Yo salí del hotel y me dí un par de vueltas extrañando mi casa más que a mi pareja. Luego me colgué un ratito del teléfono y mandé nostalgias por el hilo. De este 14, en el que no vi a mi pareja de entonces, mantengo el segundo regalo que recibí. Una tierna escultura de biscuit a quien, con los amigos de la oficina, apodamos como "El Cachetón" y que desde entonces reside en mi oficina y me mira desde lo alto del librero que tengo a la espalda.

En el último 14 de febrero que pasé recibí el tercer regalo de esta torpe historia. Iniciando el primer tiempo, Carlos Orejuela marcó el único gol de Sporting Cristal que así vencía a Sport Boys de visitante. Ese fue mi regalo. Lo grité. Claro que lo grité. Luego intenté arreglar los problemas que, a pesar de no estar planeados, nacieron de genial manera mucho antes incluso del gol de Cristal. Ese día los problemas y la pelea nacieron casi desde el saludo y es que hay días que están puestos ahí para que una pareja se pelee. No recuerdo en qué terminó todo. Quiero creer que se arreglaron los problemas y la noche terminó bien pero, en verdad, no recuerdo. Tal vez el nudo del asunto fue por que ella esperaba que sorprenda y yo, como ya confesé, dí por sentado que eso no era necesario. En fin.

Nunca he dicho que soy un sujeto ejemplar. Por el contrario, siempre he reconocido que suelo ser ... torpe. Aunque algunas veces lo soy más de lo debido o lo prudentemente correcto. Por eso hay veces que me pongo a hablar de la divina providencia cuando sólo quieren que me calle y escuche. En fin. Lo bueno es que me doy cuenta, peor sería si siguiera viviendo en la inopía y la inconsciencia creyendo que todo lo malo que pasa es por que soy salado o por que todo el mundo se confabula para engañarme cual genio maligno cartesiano.

Este año, fiel a mi "costumbre", el tango se acabó semanas antes de la fecha. Por eso este 14 lo voy a pasar trabajando y esperando que sea ya 16, día en que me voy a reencontrar con el amor de mi vida. Y por mientras, los dos goles que hasta ahora ha marcado el Cienciano me sirven para mantener la sonrisa en el rostro.

Aunque, ahora que lo pienso detenidamente, este 14 si tengo alguna nostalgia. Tengo nostalgia del siguiente pecho femenino que sostendré en mis manos y besaré mientras unos labios ansiosos como los mios musiten en mi frente que me permiten estar ahí, a pesar de mi torpeza, por que creen y sienten que para ambos es ese el mejor lugar donde tengo que estar.

Largo el post ¿no? Y bueno, tenía ganas de escribir.

Que la pasen bien y eviten las aglomeraciones, feliz 14! Digo, es un decir.

lunes, 11 de febrero de 2008

The hell in my back

Gonzalo no va a la playa.

En los diez últimos años, no serán cinco las veces que Gonzalo fue a la playa. Mayormente convencido por suaves y curvilíneas razones que le propusieron la idea y le insistieron "algo". Como decía el refrán de la abuela, esas razones jalaban más que un par de buenas carretas. Aunque, en la comparación, sigo dudando sobre la comodidad de las carretas. En fin.

La espalda de Gonzalo no recibe dosis altas de rayos del sol nunca. La piel de Gonzalo tiene un tono claro hace mucho tiempo. Obviamente, en la casa de Gonzalo no existe un bloqueador solar ni nada que se le parezca.

Ayer Gonzalo subió a la terraza a lavar su ropa. El calor lo obligó a sacarse el polo. Luego de un mes y medio de entrenamiento, Gonzalo ya no tiene tantos reparos para sacarse el polo.

Desde ayer en la tarde, la espalda de Gonzalo no hace otra cosa que recordarle que hacen años que no recibía sol. Esta enrojecida de la furia y Gonzalo no soporta la camisa del lunes.

Pobre la espalda de Gonzalo.

Gonzalo ya decidió comprarse un bloqueador solar y, sobre todo, lavar su ropa en las noches hasta que acabe el verano.

También está considerando la posibilidad de ir a la playa, por si vuelven a aparecer las mismas razones de siempre. Digo, es un decir.

viernes, 8 de febrero de 2008

¿Creativo? Si, cuñao

En la vida he llegado a conocer varios publicistas y demás profesionales de la comunicación. Incluso mi mejor amiga es publicista. Y debo reconocer que todos ellos son muy buenos en el arduo y nunca del todo bien poderado arte del "autobombo".

¿Que a qué me refiero? Muy simple. Todos ellos muestran la constante consciencia de ser muy buenos y aptos en todo. Todos y cada uno de ellos dominan los secretos escondidos de toda actividad humana que pueda resultar interesante y gratificante (aunque no rentable). ¿Escribir? Claro, no he conocido comunicador que no piense que escribe excelente. ¿Hablar en público? Claro, todos son desenvueltísimos. ¿Musica? Y, ellos conocen las tendencias y marcan el ritmo de la moda. ¿Moda? Sin dudarlo ¿Foto? Bueno, macho, son profesionales. ¿Video? Pero hombre, si el resto de mortales no saben distinguir un paneo de un zoom (que no lo sabemos). ¿Bacanería? Puf, claro, empezando con que trabajan en jean ¿manyas? ¿Posería? Pues claro, no te olvides que son "creativos". ¿Blogs? Uf. pareciera que la blogosfera la crearon ellos o para ellos. En fin.

Y aunque soy un convencido que la profesión de alguien no determina qué tan buena persona es, si debo reconocer que les deja una impronta en su accionar. Y, dependendiendo de ello, yo he ganado cierto ojo para distinguir publicistas, hasta en la escritura.

Y bueno, sé que yo tal vez no tenga mucha catadura moral para criticar sobre estos temas por cuanto mi cartón me hace pertenecer al grupo más fácil para la crítica, pero como este es mi blog doy rienda suelta a estas cavilaciones.

¿A que viene todo esto?

A que no entiendo cómo, macho, una fracción de esta gente tan bacán, no tuvo mejor idea que traer este año el grosero remake - repetición sería más adecuado - de una propaganda de televisión argentina para celulares. Más ahora que, con la globalización, Youtube, blogs y demás plumas del gallo deben ser poquísimas las personas en este país que no hayan esbozado, el 2007, una sonrisa con el "tema del verano" de CTI Mobil Argentina.

Es decir, yo sé que con Argentina hay un constante "toma y daca". Nos copiamos cosas suyas, y ellos se copian algunas cosas nuestras. Todo en una total hipocresía entre sonrisas y reconocimientos. Pero esto si me parece un suicidio. Es casí peor que la propaganda de Brahma "doblada al ecuatoriano".

Aunque, debemos reconocer en su descargo que se tomaron el trabajo de "doblar la canción al peruano" para eliminas los rastros de dejo rioplatense. También eliminaron algunas tomas donde aparecen los edificios de Mal del Plata - ante la inexistencia de una vista así en nuestro litoral - y tuvieron la gentileza de utilizar otras tomas para algunas partes. ¡Ah! y no podemos dejar pasar el detalle del cambio de la letra. ¿Cuál? Claro, en el argentino el estribillo es:

"Clavo, que te clavo la sombrilla"

y, en el peruano, es:

"Claro que te clavo la sombrilla".

Y bueno ... es la propaganda de Claro ¿no?

Es decir, un verdadero despliegue de capacidad e inventiva. Pero, en líneas generales, es el mismo comercial.

En fin.

A mi personalmente, me parece pésimo. Una razón más para mantenerme lejos de Claro.

Y ¿a qué venía toda la introducción sobre los publicistas? ¿Acaso ellos tienen la culpa? ¿Acaso pueden hacer algo ahora? Bueno ... no lo puedo explicar con solvencia, supongo que si. Es sólo que esa idea me estaba dando vueltas en la cabeza hace semanas y este post se apareción llanito para ponerlo. je.

La próxima hablo de arquitectos. Digo, es un decir.

Más pobrecitos aún.

Estos últimos días en que me he ganado varios dicterios me han convencido de que, en realidad, soy un pobrecito.

¿Qué es ser un pobrecito? Definitivamente no es una calificación económica - de la que salvo raspando - si no más bien cualitativa. Pobrecito vendría a ser aquel que no tiene nada que ofrecer, que carece de inventiva, que ... en fin. ¿Sinónimos? Pues, fantoche podría ser. Adefesio me parece más correcto. Bueno, de todas formas creo que me dejo entender.

Pero, siguiendo la línea de pensamiento, me he dado cuenta que hay gente que es más pobrecita que yo.

¿Por ejemplo?

Son más pobrecitos que yo aquellos que piensan que Miguel Mateos, Vilma Palma y los Enanitos Verdes hacen todo el "Rock Argentino". Y más pobrecitos aún son aquellos que creen que, si les suman a El Tri, Hombres G y Maná tienen todo el "Rock en Español".

Como ven, de otras cosas también salvo raspando. Digo, es un decir.

Nota: Por mi parte no soporto a Miguel Mateos, a Vilma Palma, a los Enanitos ni a Maná y ya me cansé mucho del Tri y de los G.

Lenguaje Chifa.

En este Perú de Alan García 2008 hay cosas peculiares que todos hemos sufrido. O es que acaso alguien me va a venir a decir que nunca entró a un buen chifa. ¿Y acaso en aquella situación nunca se vieron ante los dos chinos del chifa hablando en su idioma? ¿O hablando por teléfono? Y bueno ... son chinos ¿no?

Pero el problema no es tanto cuando hablan en chino. Claro que te pueden estar mentando la madre y tu ni cuenta te das. El problema, macho, es cuando intentan chapucear el español. Y si bien hay chinos chiferos que soy muy competentes en hacerse entender en castellano, hay otros que ni el paso de los años ni la mayor aplicación les facilitan lograr la articulación.

A media cuadra de la casa de un buen amigo hay, desde que yo conozco el barrio, un chifita tristón donde algunos incautos suelen apurar, también, algunas cuantas cervezas. Sin embargo la tristeza del local nos previno de entrar. En los 12 años que debo estar frecuentando esa cuadra, no debo haber entrado a ese chifa más de dos veces. Y las dos veces salí con ganas de no volver nunca más. Bueno, fue este chifita el que hace unas semanas anunció un sábado que no iba a atender. ¿Cómo lo anunció? Pues, como resulta lógico, mediante este anuncio.



Peculiar ¿no?

Pero no sólo hay que reconocer el esfuerzo sintáctico de hacer entender el mensaje sino, sobre todo, el esfuerzo de aparecer también competente ortográficamente como puede verse en la tremenda tilde que acentúa la palabra "atencíon"

Ahora, personalmente, yo me quedé en ascuas por que nunca supe qué pasó al día siguiente qué el chino muy gentilmente me pedía que esté atento.

Supongo que me perdí un ofertón de aquellos. Digo, es un decir

miércoles, 6 de febrero de 2008

Nene

Yo soy una persona con poca paciencia, macho. Ese era mi "motto": "tengo poca paciencia". Je.

Y entre las cosas que no entraban dentro de "mi paciencia" estaban los infantes. Desde que tengo memoria he tenido poco o nada de aprecio por los infantes y, salvo algunas situaciones donde tienes que sonreir para no herír susceptibilidades, siempre procuré estar lo mas lejos posible de sus irregulares y juguetones caminos ... y sobre todo de sus berridos.

En fin.

Y es que, en lo que se refería a mis propios hijos - que hay personas que me profetizan que no los tendré y mucho menos que llegue a conocer a alguna mujer dispuesta a convertirse en su madre - yo estratégicamente me saltaba la etapa de los berridos para encontrarme con un crio ya grandecito, a quien poder contarle cosas y conversarle y todas esas actividades que uno se imagina.

Sin embargo, un incidente reciente despertó en mi una fibra que creí inexistente. Luchito, que no es mi hermano pero es mi "hermano", tuvo a su primer nene y la visión de la linda criatura me hizo trasladarme por un momento a un escenario que yo no imaginé jamás. Viendo el sueño del bebe y sus ojos abrirse mientras encontraba una posición algo más cómoda que en la que estaba me imaginé - y me complací en la imaginación - de estar, al igual que Lucho a mi costado en ese momento, velando el sueño de un infante. Mi infante.

Pero bueno, el post no va a hablar de mis imaginaciones sino más bien del hijo de Luchito, mi hermano. Y es que, desde que lo encontré aquel día - décimo primero de nacido, lo recuerdo bien - durmiendo la constante siesta que eran sus días me sentí distinto, se abrió dentro de mi una ventana que me muestra una etapa que, lejos del fastidio con que la relacionaba, se aparece agradable. Ahora. No es que me apure ¡eh! Las cosas vendrán a su momento - si es que vienen, no se olviden que me mandaron la maldición de la soledad absoluta y la ausencia de descendencia - y en su momento se harán.

Ayer la vida me ha premiado con la posibilidad de ser el padrino del primer hijo de mi mejor amigo y caramba, macho, que me he emocionado. Como que me sentí un poquito más importante y con alguito más de responsabilidad que antes. Espero responder a esas expectativas. Quiero ser un buen padrino. Y bueno, aunque ello implique el participar en un rito del que no estoy en absoluto convencido, lo realmente importante es que puedo decir, con toda la seriedad, sinceridad y compromiso de que soy capaz, eso que me dijeron ayer.

Que, nene, si en algún momento llegaras a precisar algo, lo que sea. Cualquier cosa. Ten la seguridad que mi brazo estará ahí para ayudarte a salvar la distancia que te separa de ella. La total y completa seguridad. Y ustedes también, Lucho y Tessie.

Seré un Godfather .... and i will make everybody an offer they cannot reffuse.

Digo, es un decir.

martes, 5 de febrero de 2008

¡¡Chan Chan!!

- ¿Chan Chan?
- Si. Chan Chan.
- Y eso ¿qué quiere decir?
- ¿Ah?
- Que ¿qué signfica eso?
- Que se acabó el tango, macho. Qué más va a significar.

lunes, 4 de febrero de 2008

En el cambio de estación.

¿Sabes?

Hoy estuve pensando en aquella vez, creo que fue la última, en que me escribiste en el chat que yo tendría que ser bien iluso para pensar que la separación te ha afectado. Incluso te reíste. Y es que, más allá de si es verdad o no aquello que pusiste - que mis argumentos tengo para pensar que no lo es - esa bala dirigida a mi parte sensible no causó el efecto que quizá esperabas. Y es que en realidad a mi me alegraría mucho que no te haya afectado. Que tengas la capacidad y la posibilidad de ser aún más feliz. De encontrar alguien que te dé lo que yo no te dí y con quien puedas comulgar en aquellas cosas con las que conmigo no lo hacías. No quiero, bajo ningún punto de vista, que tu vida se vuelva un luto por que ya no estamos juntos. A parte de presuntuoso y arrogante me parece injusto. Posiblemente en algún momento tu alegría me despierte algún celo incomprensible pero también me despertará el raciocinio y entenderé que eso es bueno.

Y es que, aunque a veces sea difícil entender, yo no guardo reproche. Guardo un pequeño resentimiento por la infidencia y la falta de cariño que mostró. Pero también sé que tu agresividad es la respuesta que tienes al mundo que contigo fue tan agresivo. Que tu real sentir y pensar no están en esas palabras hirientes sino que las subyacen y, lo que es más peculiar, las contradicen. Pero yo no puedo convivir con esa agresividad general y absoluta de la que, ingenuo yo, me creí a salvo y quizá terminé siendo la principal víctima, sin enterarme.

Y es que, aunque tu razonamiento te haga recurrir a excusas elaboradas en las que tratas de entender el por qué del final, la verdad es una sola y es que dos personas necesitan compartir mucho más que lo que compartíamos tu y yo. Y si algún día ves en retrospectiva verás que es cierto, que lo que compartíamos no era consecuencia de lo bien que estábamos sino que era el requisito para que podamos siquiera pensar en estar bien. Y eso no es sano. No es sano por que es falso y al ser falso se iba a doblar cual lata de aluminio apenas el peso aumente. Por eso es que estoy convencido que fue la decisión necesaria, más allá de quién, cómo, cuándo y dónde la tomó.

En algún momento yo pensé seriamente en cargar todo el compromiso ¿sabes? Y lo planee y lo estudie y lo acepté y hasta empecé a hacerme a la idea. Era ese tiempo donde las cosas que teníamos eran geniales por que eran consecuencia del mucho cariño que cultivamos. Sin embargo, más allá de asignar responsabilidades, hubo un momento en el que esas cosas geniales dejaron de ser consecuencia de lo bien que estábamos y se empezaron a poner como las causas para que estemos bien. Repito la idea por que me parece clave. Esa reversión en los papeles no me terminó de llenar. Quizá fue en ese momento en que dejé de cargar el compromiso. Así como la decisión de hacerlo la tomé en silencio y no te enteraste sino hasta semanas después, la decisión de no hacerlo también la tome en silencio y no nos enteramos sino hasta que ya era evidente que las cosas no iban a seguir.

Sé también que quizá por mucho tiempo no merezca de tu parte sino los más agrios epítetos y los más dolorosos dicterios que puedas crear. Lo acepto. Eventualmente me enteraré de ellos. Y es que quizá, en una visión más objetiva distinta a la mía y a la de las poquísimas personas que creo, sólo creo, que me estiman, las merezca todas. Dicen bien que el infierno esta lleno de buenas intenciones y yo te juro por la madre que me dio a luz que, en efecto, sólo he tenido buenas intenciones. Intenté crear realidades paralelas, mentiras estratégicamente colocadas para satisfacer todas las curiosidades, caprichos y morbos. Todo para mantenerte encerrada en una burbuja de la cual saldrías en algún momento a un escenario agradable, apacible y sin hostilidad. Pero no conté con lo esencial y es que asumí sin consultarte que tu también ibas a pensar que esa burbuja iba a ser un lugar cómo para ti. Que no lo fue. Y pensaste que mis pantomimas también estaban hechas para engañarte a ti. Dijiste que antes ya te habían mentido y que por ello no confiabas en mi. Y tal vez ahora también pienses que lo hice. Pero no. Si ha habido alguien a quien no mentí en estos meses fuiste tu. Todos los demás se llevaron su cargamento de mentiras y silencios. Me terminé ahogando en mis buenas intenciones sin pensar en qué las fundamentaba. Y cuando vi, ya no había fundamento.

Tal vez te deba varias disculpas. Por no ser lo que, por cortesía y mínimo don de gente, tenía que ser. Por no hacerte sentir más veces lo que te merecías. Que te lo merecías ¿eh? Más allá de lo que aquellas personas acostumbradas a juzgar apariencias piensen, yo sigo pensando que te lo merecías y yo no lo dí. Mi error, lo sé. Por eso acepto los reproches de tu memoria y tu corazón, los acepto en silencio y los muerdo con resignación. No puede ser de otra manera.

En tus características y formas me gané el derecho a tenerte en mi nostalgia que, mira qué gracioso, recién varios días después me obliga a dejar salir aquellas lágrimas que nos debía y que mi supuesta "racionalidad" me negó la satisfacción de verterlas en el momento correcto. Si bien sigo convencido del tema y no me arrepiento de la decisión que tomé, la verdad es que la tristeza me agarró en estos días; me agarró desprevenido, distraído y no me abandona. Bien merecido lo tengo. Que miro a mi alrededor y las cuatro paredes de mi vida me denuncian que estoy sólo, las pocas caras que veo recurrentemente me hacen darme cuenta que dependo de ellas para mi salud emocional mucho más de lo que ellas jamás van a depender de mi. Que me siento un hermitaño y que nunca me dejé de sentir así. Porque ¿sabes? contigo a mi lado también me sentí sólo y sé que tu también te sentiste así en mi compañía. En estos últimos días mi refugio, en donde no había conocido un sólo día triste, hasta ahora, se volvió la suma de esas realidades y me enrostró mi individualidad, aquella que hoy por hoy es la equivalencia de la tristeza que tengo. Esto que vivo hoy es una situación que busqué y, lo que es peor, pienso que es la correcta.

Hoy ocupas en lugar privilegiado el parnaso y la compañía que tanto detestaste. Lo siento pero no lo puedo hacer distinto. Más sí debo darte una confesión y es que te has convertido en mi nuevo paradigma, increíble ¿no?, en virtud del cual terminaré calificando todo lo venidero que conozca y que pase por mis manos. Se compararan pues en tu sonrisa, en tu calidez, en tu ternura y en tu ardor como, por más trillado que resulte el símil, las olas se estrechan ante el acantilado.

Te debo una gratitud, que te la tengo desde siempre, te debo una disculpa que algún día, cuando las cosas sean propicias, te la sabré dar y te debo mis mejores deseos. A diferencia de un amante despechado está fuera de mi cabeza el pensar que lo bueno de tu vida se acabó con mi salida. Por el contrario, soy un convencido que lo bueno de tu vida recién va a comenzar ahora que ya no estoy en ella. Que los motivos para que sonrías son mucho más valiosos que mi simple y anodina presencia.

Tal vez el saber que me choqué de narices con mi propia limitación y la conciencia de mi infelicidad te causen algún sentimiento alegre de venganza realizada. Estas en tu derecho, creo yo. Yo aún no me termino de entender y aunque es cierto afirmar que he de buscar hasta debajo de las pocas piedras que me anime a levantar para ver si encuentro aquella compañía con la que no sienta más soledad - ni se la cause yo a ella - también es cierto decir que hoy por hoy no me tengo muchas esperanzas.

Lo gracioso es que, cavando en mi corazón y mi consciencia, mi deseo más fuerte respecto a esta etapa de cambio que vivimos no se refieren a mi. No es el encontrar rápidamente una tranquilidad ni encontrar la compañía que encaje con mi soledad. El deseo más fuerte es para ti. Deseo que vayas bien, con buen viento, con buena velocidad, hacia el punto donde vas a estar mejor, donde vas a ser feliz. Se feliz y has las cosas en pos de ello. Cuidate y escoge bien.

No deseo nada más. Salvo, quizá, dejar de sentir esta nostalgia y esta tristeza que hace días me tiene atrapado. Pero ese camino lo debo caminar sólo, tal como yo lo escogí.

Gracias, perdóname ... y adios.


jueves, 31 de enero de 2008

Un agradecimiento

El sábado se me ocurrió comer pescado. Me gusta cómo me está saliendo últimamente el pescado frito así que enrumbé hacia el supermercado con la única intención de comprar pescado. Parado frente a la pescadería no sabía si decidirme por los cumplidores filetes de tilapías que siempre compro o probar algún otro pescadillo que me sorprenda gratamente. Y perdía el tiempo en estas ictícolas tonterías por que a mi costado había una señora que se compraba dos kilos de perico y pedía que se los trocearan como para ceviche.

Por esas cosas que pasan por que el hombre es un ser animado, volteé el cuello y mi mirada se encontró con la de la amigable señora quien esbozó una cortés sonrisa. Sonrisa que yo, obviamente, devolví. Y de pronto se me ocurrió hacerle la pregunta que tantas veces me hice mentalmente y nunca me acordé de hacérsela a alguien que tuviera la capacidad de responderme. Vamos que la señora estaba que se compraba dos kilos de pescado para hacer ceviche.

Asi que, tras un intrascendente comentario sobre que el clima estaba excelente para hacer ceviche, le pedí que me aconsejara en el arte de hacer un buen ceviche. Y ella empezó, con claridad me fue dando uno a uno los consejos y los secretos, las críticas a algunos ingredientes y las loas a otros, destrozando palabra a palabra mi idea de que para el ceviche tu sólo cortabas pescado y echabas limón y sal. Como todo platillo tiene un ritmo, un ritual, un orden y una sabiduría. Desde el corte y la sazón hasta el punto de la cebolla, todo me vino envuelto en los dos minutos que el muchacho del supermercado se demoró en cortar sus dos kilos. Al recibir su bolsa la señora me miró y me dijo hasta luego, yo respondí nuevamente con sonrisa cortés y un buen gracias.

Para este momento mis dudas se disiparon. Compré un buen filetón de perico del cual sacaron tres filetes y el resto me lo llevé entero, dispuesto a aplicar mis recién adquiridos conocimientos. Ya en mi casa, antes de apanar los filetes, me dedique con cariño y primor a cortar el pescado. Trozos grandes, sustanciosos. Y seguí paso a paso la receta de la señora del supermercado. A los ingredientes indicados les saqué alguno y añadí otro que me gustaba más. Luego exprimí. Exprimí parejo por que, tal como me dijo la señora, el limón debía tener cierto nivel que, definitivamente, no era el que yo solía usar las pocas veces que me aventuraba a hacer un ceviche.

Y es que yo me aventuraba pocas veces a hacer un ceviche por que mis ceviches, simplemente, no sabían a ceviche. Sabían a pescado crudo con limón, que no es lo mismo. Luego de una paciente espera, saqué el bol de la refri y probé. Lo había logrado. Por fin mi ceviche supo a ceviche. Hasta Leche de Tigre obtuve. Y mi alegría se tradujo en agradecimiento. Me hubiera gustado encontrar a la señora del supermercado y decirle que, de verdad, en serio, le estaba agradecido. Pero como sé que mis posibilidades son ínfimas y que además, en el imposible caso que la encuentre y la reconozca, quedaría como un completo imbécil agradeciendo efusivamente a una persona que no se va a acordar de mi y que va a pensar que soy loco… o imbécil es que escribo mi agradecimiento a través del blog, que es lo más masivo que tengo a mano.

Gracias.

Ahora mis sábados dejarán su clásica monotonía para coger una monotonía nueva. Digo, es un decir.

viernes, 25 de enero de 2008

Sueño húmedo

Como la gran mayoría de gente, yo no suelo recordar mis sueños. Por eso es que no puedo contar extensas historias sobre si tengo o no tengo sueños eróticos y cómo son estos. Las pocas veces que puedo recordar no develaron en mi subconsciente ninguna verdad soterrada y sórdida. Usualmente en aquellos sueños interactuaba con la persona que, en la vida real, también interactuaba. "Fidelidad hasta en los sueños", que le llaman.

Sin embargo, hoy (en estos tiempos en que me tengo que volver a acostumbrar a estar nuevamente sólo) me desperté medio sobresaltado y algo conflictuado. La protagonista de mi sueño húmedo era ... ¡¡¡¡¡una tomba!!!!

Bueno, aunque, como reconocimiento a mi subconsciente y a mi imaginación debo reconocer que la del sueño, más que tomba, era una simpatiquísima y ricotona mujer enfundada en un uniforme de policía.

Jamás había profundizado en el tema pero creo que mi subconsciente me ha querido dar alguna alerta respecto al uniforme. ¿Fijación? ¿Fantasía? No lo sé. Lo único de lo que puedo estar seguro es que, más que el uniforme, a mi me emocionó la mujer que estaba adentro.

Que si fuera únicamente por el uniforme, Dios mío, qué problema. Digo, es un decir.

La universidad pública

Entre las muchas cosas que me voy dando cuenta a medida que pasa el tiempo es que yo soy, tan pronto, un historiador frustrado. Me hubiera gustado seguir la carrera de historia y lo habría hecho si es que a mis 15 años hubiera tenido las cosas tan claras como las tengo hoy. Claro que eso es imposible por que no por gusto han pasado casi trece años. En fin. Tampoco es que me arrepienta de la elección pero, simplemente, me doy cuenta que hay cosas que me dan mucha más felicidad cuando me ocupo en ellas.

Pero el problema no está en darse cuenta que a uno le hubiera gustado hacer algo. El problema está si, una vez que te has dado cuenta de eso, no haces lo posible por lograrlo. Así que el año pasado decidí que este 2008 iba a ser el año de mi vuelta a las universidades. Por una parte tengo decidido y ya casi totalmente programado iniciar la maestría en la Católica y, por otro lado, decidí seguir la carrera de Historia. Total, la idea no es terminarla en cinco años ¿no? Curso a curso iría avanzando y de acá un buen tiempo ya no sería un historiador frustrado. Sería simplemente (y genialmente) un historiador.

Todo muy bonito. Sin embargo, como todo plan, esos sueños requirieron confrontarse con mi billetera y la prioridad de esta es, definitivamente, la maestría. Es que la maestría yo la veo, más que como un tema académico (que lo es), como una inversión. Ya contaré cómo es que me perdí una oferta por no estar matriculado siquiera en una. Incluso siendo alumno de maestría se me abren puertas a algúnos puestos que, vistos fríamente, superan hasta en un 50% lo que gano ahora. Por ello el desembolso prioritario de la billetera iba a ir a las arcas de la Católica. ¿Y la Historia? Bueno. Ahí tenía dos opciones. O la seguía en la Católica (lo que implicaba que volviera a llevar cursos en Letras y me pelee por los horarios y pague una boleta adicional en la máxima escala posible) o la seguía en otra universidad. La cátedra de Historia en Lima la dan la Católica, la Villareal y San Marcos. Descartada Católica, la opción a escoger era definitivamente San Marcos.

Y la idea no me pareció para nada desagradable. Revalidaba mis cursos y estudiaba en dos campus que son, prácticamente, vecinos. Viví muy emocionado los últimos meses del 2007 con la idea de iniciar mi segunda carrera, la profesión escogida, aquella que iba a ser la que me daría las más íntimas y personales satisfacciones profesionales. Cantaban los pájaros, florecían las plantas, el sol brillaba (pero no quemaba), el cielo era azul y yo andaba hecho un imbécil saltando como Heydi mientras pensaba en que el camino universitario por fin (trece años despues de que ingresé al mismo) se me presentaba tentador, agradable e interesante.

Así que esperé con mucha alegría el día que iba a ir a dar mi examen de ingreso a San Marcos. Incluso estuve repasando algunas cosas. Aritmética, Algebra, Física. Total - pensaba - si ingresé una vez a la Católica, puedo ingresar cuantas veces quiera a cualquier otra. Pasó noviembre, pasó diciembre y llegó el 2008 que, como dije, era el año de universidad ... y terminó siendo el año del golpe.

Cuando entré a la página web de la decana los sueños se me hicieron añicos. Meses de planes y sueños se reventaron con un "plaf!" que me mandó la mandíbula al sueño y me quitó la reacción por segundos. El costo del examen de ingreso eran de S/. 1,200.00. Bueno, vamos por partes, los que postulan por primera vez pagan un monto mucho menor. Pero los que ya somos egresados nos jodimos por que nos enyucan un concepto de "prueba especial" por el que tenemos que pagar mil doscientos bataraces. Ahora, yo supongo que esa prueba especial te la deben tomar en el salón VIP del aeropuerto y con cuatro anfitrionas que te sonrien mientras marcas las bolitas de la tarjeta de respuestas (me acaba de entrar una duda ¿los exámenes seguirán siendo con tarjetas para marcar la bolita con lápiz o ya habrán inventado un método más moderno? Caray, me sentiría tan viejo si ya no habría que marcar la bolita. En fin.) pero lo más probable es que no sea así y que lo especial que tiene esa prueba especial es que tiene 10 preguntas menos que la otra y que cuesta como las onzas de oro.

Osea, por que soy egresado de otra carrera, me jodí. Y si yo no tuviera chamba y sería un hombre que deposita sus esperanzas en meterse a otra carrera que le pueda ofrecer las oportunidades que no tiene, qué hago. Osea, yo puedo pagar ese monto (aunque me dolería, la verdad) pero no me parece que sea adecuado. Menos aún si sólo es por el derecho a dar el examen (contemplando la eventualidad que no ingrese y me quede sin soga ni cabra). Se supone que San Marcos es universidad pública ¿no? Pero tal parece que esta actitud es general por que, la Villareal te cobra mil luquitas si eres egresado. Osea, todos a aprovecharse del pelotudo que tiene la intención de estudiar una segunda carrera en un país en el que la mayoría de la gente no entiende lo que lee, si es que lee algo más que el menú del día.

La pregunta sería ... ¿pero por que no postulas como cualquier otro mortal, te fajas como los machos en el examen regular y te ganas tu vacante a pulso calato? Bueno, pues por que si hago eso, no podría convalidar los cursos que llevé en la Católica. Osea, a soplarme de nuevo Mate 1, Lengua 1, Filosofía, Psicología y todos esos cursitos que pasé y que no pienso soplarme de nuevo. Vamos que si yo quería volver a la universidad era para estudiar lo que yo quisiera, no para volver a estudiar Letras de nuevo, con el problema que ahora ya no encajaría en ciclos iniciales. ¿Las razones? Pues un oscuro terno de lunes a jueves, dos entradas galopantes que liberaron mi cráneo de una buena parte de peso capilar y .... más o menos 20 kilos más. Es decir, no es para tanto, amigo.

Conclusión: este 2008 no empezaré al camino de la Historia.

Hoy, leyendo el feed del Comercio me dí además con la sorpresa que San Marcos cobra 800 lucas más a los que han ingresado por concepto de "constancia de ingreso". Osea, encima, si ingresaba, tenía que completar las dos luquitas y a ello hay que sumar las legalizaciones del título, las copias certificadas de los syllabus de todos los cursos que llevé, los certificados de estudio, en fin. A este paso, mejor sigo la carrera en la Católica y me evito todos esos trámites y esas molestias. Vamos a ver. Quien sabe y para el 2008-II vuelvo a llevar clases en Estudios Generales para completar los prerequisitos que me faltan (si es que me faltan) a pesar del terno, el pelo corto y los kilos de más (que van bajando poco a poco, no se lo crean).

Pero de que jode, jode. De reiniciar mi emocionante vida universitaria sólo he pasado a llevar una simple maestría, que encima no es la que yo estaba esperando. Pero, hombre, las inversiones son inversiones y los negocios son los negocios. ¿Mi negocio? ... seguir siendo abogado.

Ahora me pongo a pensar ... ¿si algún día llego a terminar Historia y se me da por ... veamos ... estudiar Literatura? ... ¿Cuánto me cobrarán? Digo, es un decir.




lunes, 21 de enero de 2008

Post atrasado

Hoy salí de la casa rumbo a la oficina. Pantalón de terno, camisa, corbata, lentes oscuros, el saco en la mano izquierda, la mochila con mi ropa del gimnasio en el hombro derecho, el celular en el bolsillo de la camisa y El Comercio en la mano derecha. En San Borja brillaba el sol mañanero y yo me incorporaba a la vida luego de un domingo que lo pasé, prácticamente, en estado vegetal. Al llegar a la esquina vino una señora seguida con su hija, supongo, aunque más parecía su nieta. La mozuela de unos 11 o doce años caminaba despreocupaba, veraniega, como aburrida.

De pronto me di cuenta que todas las personas de esa edad están en vacaciones y que este lunes a las 8 y 45 no tenían más obligación que la de no dormir hasta muy tarde o, en el peor de los casos, caminar atrás de su mamá-abuela. Vacaciones de enero. Hace ya un par de años que yo no tengo vacaciones en enero. Mejor dicho, hace ya varios años que enero dejó de ser, para mi, sinónimo de vacaciones.

Y eso me trajo a la memoria un post que quería poner y no puse, como tantos otros. Una reflexión ante la avalancha navideña. Como aquel pensamiento que tuve y quise postear y no lo hice que me salió cuando abrí la bolsa del primer y único panetón que compré en esta pasada fiesta (los demás me los regalaron). Cuando solté la cinta adhesiva de seguridad y abrí el plástico, mi pisito se llenó de un aroma dulzón. Agradable. Y esas partículas adheridas a mi pituitaria me trajeron recuerdos de tiempos pasados, de infancia y de Cusco, de regalos y mesa repleta. Así que, antes de zampar el primer mordisco a mi mitad de panetón - me correspondía la mitad - reconocí que las fiestas de fin de año, para mi, huelen a panetón.

Pero el pensamiento que recordé esta mañana luego de ver a la muchachilla de marras es que, ante la progresiva pérdida de encanto que las fiestas decembrinas van teniendo cada año en mi vida, reconocí que cuando era chiquillo la navidad y el año nuevo no me gustaban por si sólas sino que lo que realmente me fascinaba es que marcaban un hito. El inicio de unos largos tres meses en los que no tenía que hacer nada, salvo jugar. Navidad era el "inicio de las vacaciones" y traía juguetes nuevos al inicio y libros interesantes después. Digamos que, como todo, lo más importante no era la fecha misma sino lo que venía despues.

Cuando enero dejó de ser sinónimo de vacaciones y navidad dejó de ser un "punto de inicio" para convertirse en un feriado más que me implicaban muchas complicaciones y mucho gasto la magia se empezó a irse y a limitarse al aroma de un panetón que comes en buena y agradable compañía.

Por ahora en el estudio nos han suprimido las vacaciones. Lo cual no es intrínsecamenete malo. Raro es el abogado que, trabajando para otro, goce de todos sus derechos laborales. Bemoles de la carrera y, creo, de todo trabajo. Cuando vuelva a tener vacaciones, creo yo, volveré a tener navidades aunque estas no caigan en diciembre sino que sean los siguientes "puntos de inicio" de temporadas en las que yo no tenga más obligación que hacer mis abdominales. Y eso, sólo dos veces a la semana. Digo, es un decir.

jueves, 17 de enero de 2008

Me levanté

Hago dos sesiones de abdominales por cada semana desde hace tres semanas. Y sufro.

Al inicio no podía ni siquiera incorporarme. La fuerza sólo me alcanzaba para levantar ligeramente el torso. Al principio me dolía mucho el cuello ya que, ante la falta de fuerza en el músculo abdominal, mi cuello se tensaba hasta causarme persistentes dolores. Poco a poco dejó de dolerme el cuello y empecé a sentir que el músculo iba agarrando fuerza.

Hoy, por fin, pude incorporarme. Y no fue sólo una vez. Terminé la serie de treinta incorporaciones y me sentí feliz. Estoy volviendo a funcionar como un ser humano en actividad. Eso es bueno.

Para festejar este acontecimiento .... ¡¡¡¡no voy a volver a hacer abdominales hasta el martes!!!!

Digo, es un decir.

martes, 15 de enero de 2008

Esta no se la sabían

Por eso se las comparto.

Acá esta el tributo que el recordado grupo peruano "We all together" brindó al mártir de la medicina peruana.

Con ustedes: "Carrión"






Digo, es un decir.

Volver a decir.

El otro día llegué a la oficina, prendí la computadora, inicié el firefox y abrí el gmail. Tenía un comentario en Digo. Eso sorprende, son pocos los comentarios que tengo en Digo, creo que no soy el "comentario kind of blog". Yani me sorprendió con un comentario que sinceramente no esperaba. Me echó algunas flores y yo recordé que en los últimos días había pensado que mi blog, mi querido Digo, tal vez no sea un buen blog. Total, ya casi ni escribo. Ni siquiera cumple el papel catártico que alguna vez buscó tener ... y no lo consiguió. Hacía tiempo que no me sentaba a escribir algo que no sean noticias o jerigonza legal.

El comentario de Yani me sacudió. E hizo que me dé cuenta de que si algo tiene Digo que puede motivar comentarios agradables es quizá lo único de lo que esta lleno: mis cavilaciones (que algunas no llegan siquiera a categoría de razonamientos). Y hacía tiempo que no cavilaba. Estaba poniendo videos, comentando noticias, como dirían los brasileños: "pura pipoça".

Gracias, Yani. Gracias por la visita y por el comentario (si es que algún día vuelves a pasar por acá). Gracias por que nos sacaste, a Digo y a mi, de esa molicie que evitaba que dijera cosas por decir. Gracias por darme nuevamente ganas de poder tener algun dicho, sólo por decir.

¿Cuando te das cuenta de que te estas volviendo viejo?

Cuando descubres que estas tomando con tranquilidad, con perfecta y fria racionalidad, situaciones que podrían ser, tranquilamente, todo un desastre emocional. Te ves al espejo y no te ves ojeroso, flaco, cansado, angustiado, echo una mierda. Al contrario, te ves como ayer, como en la mañana. Te ves viejo. Alguna voz le dice "madurez", yo siento que estoy algo más viejo que ayer.

Viejo y solo. Digo, es un decir.

lunes, 14 de enero de 2008

Bye Bye Beer

El sábado, como casi todos los sábados, salímos con mi pata Ernesto. La elección de esta vez fue El Sargento Pimienta. Hacía muchos, muchísimos años que no iba al Sargento, desde aquella vez que me nos dimos cuenta que de noche todos los gatos son pardos. En fin, mucho que contar y poca intención de hacerlo.

Nuestra primera felicidad fue económica. Habíamos oído que el Sargento cobraba cover. trece luquillas para ser exactos y por ello nos acercamos a la puerta billeteras en ristre. Nadie nos pidió nada y eso fue motivo de la primera alegría. El Sargento pagó, para qué. Pero lo que no pagó fue la chela.

Nos ofrecieron dos Barenas de 650 ml a 17 lucones. Lo cual me pareció un precio razonable considerando que en otros lados una jarra de sabediosquechela más agua te la cabecean al mismo precio. Pero ... la Barena es lo peor que he tomado en los últimos meses (y eso que he tomado algunas cosas, eh?). Estaba helada pero era demasiado suave, demasiado ácida, demasiado light, demasiado sin gracia. Hubiera cambiado todo ese botellón de 650 ml por una buena botellita de Pilsen. Si existiera la posibilidad en el Sargento de pedir otra marca de chela, la noche hubiera sido redonda.

La Pilsen nos la tomamos en otro huequillo barranquino al que estamos cayendo regularmente. Pero fue en ese momento, justo cuando apurábamos el segundo vaso, que caimos en cuenta en toda la enormidad de la evidencia. La cerveza dejó de emocionarnos. Y ojo, no es que tomemos todos los sábados hasta perder el control de los esfínteres - aunque a veces dan ganas, de embriagarse, se entiende -, pero de que tomamos un par de buenas chelas, las tomamos. De pronto nos dimos cuenta que el líquido dejó de ser agradable, refrescante, embriagante y empezó a ser, únicamente, embotante. La sensación que tenemos luego de una botella de cerveza es sólo la de una mayúscula hinchazón abdominal. La botella la terminamos tomando de compromiso y por no votar, más aún, la plata a la basura.

Creo que va a ser motivo para que empecemos a tomar más pisco en el Bolivarcito. Eso si pone ... aún. Digo, es un decir.


Pareciera que no bloggeara ¿no?

Pero estoy que bloggeo más que nunca. Obviamente no en mi querido y entrañable Digo. Pero tengo otro bebé que, por estar referido al amor de mi vida, ocupa todo mi oficio bloggeril. Y va bien, para los pocos meses que tiene ya esta reconocido en los ránkings y en algunos de los círculos "especializados" por llamarlos de alguna manera.

Y ojo, a diferencia de otras veces no es que no tenga que postear, tengo muchas ideas. Tantas que incluso cuando me siento con la intención de hacerme una para "Digo", termino desistiendo ante la avalancha de ideas que recuerdo que me hacen sumamente difícil el tener que escoger una para postear.

En fin. Por lo pronto este pequeño post está para decirle a este, mi querido blog: "Digo": sigo vivo y bloggeando. No te he olvidado pero si te he sido infiel. Y lo que es peor, también con el otro soy feliz. Digo, es un decir.

lunes, 7 de enero de 2008

Alucinante 2



Yo quiero uno igualito.

jueves, 3 de enero de 2008

En la oficina, cualquier cosa saca una sonrisa 4

La elecciones primarias estaduales en EEUU y la ventaja de Barack Obama en las encuestas trajo el tema a colación.

Barack Obama, por si no lo conocían.

Abogado 1: Obama lidera las encuestas.
Abogado 2: Si, es verdad, en Iowa ¿no?
Abogado 1: Si. Eso me alegra mucho. Yo quiero que Obama sea presidente.
Abogado 2: ¿Si? ¿Por qué?
Abogado 1: No sé, me cae bien. Además, es un negro ... presidente. Por fin.
Abogado 2: Si, pero Hillary Clinton también va ... y ya que hablamos que sectores no representados en la presidencia, pues ella es mujer.
Abogado 1: Si, pero ¿qué quieres que te diga? Entre el negro y la mujer ... prefiero al negro.

miércoles, 26 de diciembre de 2007

Curiosidad navideña

¿Que carajos es un "churumbel"?

miércoles, 19 de diciembre de 2007

martes, 18 de diciembre de 2007

Ayayay ... estos musulmanes II

Uno de mis equipos preferidos, como ya lo dije alguna vez, es el FC Barcelona de España. Lo es desde que empecé a ver fútbol, hará 15 años, y tenía un equipazo donde jugaban Romario, Stoichkov, Guardiola, Bakero, Koeman, etc, etc, etc.

Bueno, el Barcelona es parte de esa cultura global, ese cúmulo de conocimientos, hechos, situaciones, instituciones y demás que son conocidos a nivel global. Y por eso creo que redundo algo al ponerles acá el escudo del FC Barcelona, para que se ubiquen dentro de lo que voy a contar.



Bueno, si ven bien, en la esquina superior izquierda encontrarán una cruz roja en fondo blanco. Esa es la Cruz de Sant Jordi (San Jorge en buen cristiano) que es el patrono de Barcelona. En la esquina superior derecha está la bandera de Cataluña pero eso es otra historia.

Ok. Ahora la historia.

¿Sabían que en Arabia Saudita y Argelia no aceptan esta versión del escudo del Barça?
¿Por qué?

Bueno, pues por que la Cruz de San Jorge hiere ciertas susceptibilidades allá. Ellos la relacionan con la cruz de los templarios y las cruzadas.



¿Y entonces qué hacen?

Bueno, como no pueden evitar que uno se encariñe con el Barcelona que es muchísimo más carismático que el acartonado y prepotente Real Madrid, a mi modesto entender, pues han decidido quitarle un trazo a la cruz. Entonces el escudo culé (que así se le dice al Barça) queda así:



Y es con este último escudo que se venden las réplicas bambas de las camisetas blaugranas. ¿Y por qué hacen eso? Pues por que si no la "policia religiosa" de Arabia que lucha "para la promoción de la virtú y la prevención del vicio"; una suerte de inquisición musulmana y una institución que, ya me imagino, nuestro cardenal se moriría por implementar en versión chola; se llevan toda la mercadería.

Pues eso no es todo.

Resulta que hace unos meses el Inter de Milán, el equipo que anda puntero en Italia, se fué a jugar a Turquía. Turquía es también un país musulmán, aunque mucho más occidentalizado que sus colegas. Pero de que es musulmán, es musulmán hasta el tuétano. Es lo grita a los cuatro vientos su bandera que es la musulmanía en simpleza y contundencia ya que su símbolo es ... la medialuna islámica.



Es igualita a la bandera de Suiza, pero musulmana. Je.

Bueno, les contaba que el Inter de Milán fue a jugar a Turquía pero con esta camiseta.



Lo que generó las iras de los musulmanes que vieron la recreación de la túnica templaria y los cruzados y demás cosillas de hace mil años. En fin.

¿Y cómo sé yo todo esto? Bueno, 20 minutos es un sitio entretenidísimo.

viernes, 14 de diciembre de 2007

Yo opino ...

... que el alcalde de Miraflores es un imbécil descriteriado.

No voy a decir más al respecto.

Por ahora.

jueves, 13 de diciembre de 2007

Alucinante.

Tengo que postear esto. Definitivamente.



La narradora explica todo con prístina claridad. Pero, los que no entienden inglés pueden encontrar la explicación en la página donde yo encontré esto: Microsiervos.

Me quede anonadado, por eso tampoco digo nada. Digo, es un decir.

miércoles, 12 de diciembre de 2007

Se fueron

Hoy vine con ganas de postear algo. Algo entretenido, sustancioso, que me saque una sonrisa mientras lo escribo.

Pero el día fue pasando y fui postergando el momento de escribir mi post.

Ahora me da flojera. Se me fueron las ganas. Así que por lo menos escribo esto para no sentirme igual de mal. Tal vez me sienta peor. En fin. Mañana escribiré algo.

Y hoy no termino el post de la forma usual por que, a fin de cuentas, no dije nada. Aunque todas estas letras dieran a entender que dije algo, en realidad, no dije nada. Digo, es un decir.

La Guerra de las Galaxias.

A mis hermanos les compraron muchas cosas de la guerra de las galaxias. Tenían las naves chiquitas, las naves grandes, las espadas que se prendían con un foco, las figuritas y muchas otras cosas que destruyeron durante su infancia antes de que caigan en mi poder, durante el cual, terminé de destruir lo que faltaba destruir y perder las piecesillas

Tampoco era que me quitara mucho el sueño eh?

Y es que yo gocé la saga cuando la reeditaron en el año 1996. Desde ahí me las vi todas a medida que fueron saliendo.

Pero este muñeco si lo hubiera pedido a gritos. Digo, es un decir.


lunes, 10 de diciembre de 2007

Como todos ...

.... los vi volver.

En realidad no los ví volver, los ví aparecer por que yo a Soda no lo había visto nunca antes así que eso de volver como que es una falacia por que volver implica irse y, ante mis ojos, no se habían ido nunca, por que nunca habían llegado. Pero ahora si llegaron y se fueron y por ello alguna vez en el futuro si podré decir que volvieron o, en todo caso, que volví yo.

Quedé cansado como cadena de bicicleta pero contento. La cerveza que cerró el día nos encontró al borde del MOR en un mullido sofá de un cálido bar miraflorino. Eran más de las dos de la mañana y mi cuerpo había soportado:

  • Cuatro horas parado.
  • Una hora y media de tensión uretral.
  • Dos horas de impacto solar directo en la cara.
  • Cinco horas sentado.
  • De cuarenta a sesenta minutos de brincos.
  • Dos horas de canto a grito pelado.
  • Dos horas y media de aplauso.
  • Una hora de movimiento rítmico de cuello
  • Veinte minutos de caminata
  • Una salchipapa recontra tóxica.
A las tres de la madrugada del domingo cuando por fin apoyé mi cabeza en mi almohada, era un hombre feliz.

¿El momento más difícil de toda la espera?
La hora y media que transcurrió entre las tres y las cuatro y media durante las que me pasaron factura las tres botellas de agua que me había tomado. No había baño por ningún lado, no tenía sencillo para el baño público y no me atrevía a alejarme mucho por que en cualquier momento iba a empezar el ingreso que empezó a las 4 y 30. En años de visita al Nacional, nunca uno de sus baños me acogió tan bien ya que en él, y gracias a la tensión de la hora y media anterior, conocí un nuevo estilo de placer. Doloroso, pero nuevo.

¿La frase del día?
Adelante nuestro en la cola estaba la popular gordita con su enamorado. Si pues, la gordita. ¿Acaso no hay siempre una gordita cerca en todo sitio? Bueno, durante el aburrimiento de la cola, ella y su enamorado se pusieron a jugar con el largavista trucho que les enyucaron por 20 bataraces. Cansado de ponerselos de la forma regular, el causita se los puso al reves, de tal manera que veía por la salida. Emocionada la gordita posó y le dijo sonriéndole: "¿Me ves chiquita?" A lo que pensé para mis adentros: "Dificil" pero Christian lo dijo mejor y en voz alta: "That's imposible".

Y bueno, si quieren saber más sobre el concierto, pueden leer uno de los miles de blogs que seguramente contarán sus emociones, las canciones, las luces, los efectos. Ellos sabrán contarlo mejor que yo que, por otro lado, tampoco tengo mucha intención de contarlo. Digo, es un decir.

PD. Me estuve quedando sin batería. Así que el último cartucho de mi cumplidor Motorola Z3 se fue en grabar este video que salió como el orto pero que prueba que yo sí estuve ahí, en Oriente Alta. Ahi se los dejo antes que Youtube me lo borre.



miércoles, 5 de diciembre de 2007

Monumentos para todos los gustos.

Existen personajes entrañables en cada grupo. Siempre está el bromista, el ociosón, el aburguesado, el engreido, el fastidioso, etc. E incluso está siempre el famoso "picador", aquel que nunca tiene sencillo y siempre para "picando" a la gente. Si, ese mismo al que la imaginación popular bautizó como "Camarón".

Bueno, pues nada. Que en la ciudad andaluza de La Línea de la Concordia (que limita con Gibraltar) encontré el monumento al Camarón.



Sentado y en actitud de pedir, como no podía ser de otra manera. Si le dan click en la imagen, verán que no les miento y que la placa del monumento dice bien clarito: "CAMARON".

Y bueno, pues nada más. Digo, es un decir.

P.D. En realidad si hay algo más que decir. El del monumento es el popular "Camarón de la Isla" (de la isla, todavía) cantaor flamenco "aspañol" que falleció en 1992. Dicen que era el mejor. ¿Más información? Pues recurran a la fuente de las fuentes.